Capítulo 29

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La casa sin Daniel y su familia se sentía vacía pero a la vez más tranquila, al fin volvíamos a la normalidad.

En mis clases de ballet cada vez sobresalía más del grupo.

-Me encanta la pasión con la que bailas- solía decirme Carlos.

Hoy voy a ir a verlo jugar Basquetbol, está en un torneo y este juego es su pase a la final. Como Leo también juega iré con Karol.

-¿Traes todo?- dijo mi amiga antes de que me abrochara el cinturón de seguridad.

-Eso creo- respondí.

Cuando llegamos al lugar David estaba afuera en la calle muy alterado y con el celular en la mano.

-¿Pasó algo?

-Carlos- dijo.

-¿Le pasó algo?- me comencé a preocupar- ¿dónde está? ¿lo puedo ver?

-Entren está en el vestidor.

Tomé las cosas del auto y fuimos a dónde nos dijo David. Carlos tenía la pierna muy inflamada y rojiza parecía que le ardía o le dolía demasiado. Gael le estaba dando un poco de agua pero él estaba sudando.

Abrí los ojos demasiado por la sorpresa.

-Solecito no te preocupes ¿sí?

-Pero, ¿qué te pasó?- me senté a su lado.

-No tengo idea. En la mañana solo tuve un poco de ardor y comezón en la pierna pero ahora está como una torta y me duele mucho- hizo una pausa y estiró la pierna inflamada-  siento un montón de hormigas corriéndome de arriba a bajo.

Un doctor llegó a dónde estábamos  y dijo que no era nada grave que solo era un piquete de algún animal, pero que se pondría bien.

No pudo jugar el partido y no pude darle la sorpresa, espero que para la final ya se encuentre bien y pueda jugar sino no sé cómo lo voy a tranquilizar, le puso tantas ganas a la competencia como para no poder jugar en la final.

Fui con él a su casa para quedarme un rato haciéndole compañía, pero antes fuimos por una medicina que le recetó el doctor.

-Que tengan linda tarde- nos dijo la señorita de la farmacia.

-Gracias igualmente- le respondí.

-¿Qué te sucedió?- preguntó Kim a Carlos- ¿te encuentras bien?

-Sí solo fue un piquete de algo, supongo que de ayer que estuvimos en el pasto con Lya.

-A entonces ¿aún son novios?- preguntó confundida.

-Sí ¿por qué la pregunta?- dijo Carlos.

-No solo una tontera, no me hagan caso.

Por más que Carlos insistió en que le respondía su prima no dijo nada del porqué de su extraña pregunta. Peor lo ignoramos y seguimos nuestro camino.

Cuando llegamos a su casa se tomó las pastillas y se recostó en el sofá mientras yo le ponía un ungüento que habíamos comprado.

Me senté en el piso y me recargué en su hombro mientras él me acariciaba el cabello.

-Gracias por estar aquí- me dijo y me besó la frente.

Me levanté un poco y le di un largo besos en los labios.

   

Hace unas semanas Diego me pidió ayuda para declarársele a Thai, ya tienen varios meses hablando y él quiere hacerle una sorpresa, algo que sea muy especial, y que le encante, y quien mejor para ayudarlo que yo.

Hoy es el día y espero que todo salga perfecto.

Thai 11:20 am: Lyaaa, que crees!! Encontré una nota de Diego en mi cuarto, parece un acertijo
Thai 11:20 am: No entiendo nada ayudaaa!

-Ya lo vio- dije aliviada.

Lya 11:22 am: qué dice?
Thai 11:22 am: Dice: Lugar dónde conocí a la niña más bonita del mundo. Quiere que valla?
Lya 11:22 am: supongo que quiere verte ahí.

Ya no me espondio ¿habrá ido? Le mandé otros mensajes pero no me responde.

Espero valla para el parque donde se conocieron, supongo que se acuerda de eso, yo voy camino a su casa espero siga todas las pistas, recorriendo los lugares donde se vieron, su primera salida y el primer beso.

En lo que Thai seguía las pistas, Diego y yo estabamos preparando la sorpresa.
El último punto para llegar era su cuarto, donde había unos cordeles en forma de triángulos que decían "Quieres ser mi novia" un gran Stich en su cama sosteniendo un girasol -su flor favorita- y una caja con una carta y unos chocolates.

-Escóndete esta abriendo la puerta de la entrada- le dije a Diego mientras iba yo también a esconderme.

Nos pusimos del otro lado de la cama y nos agachamos para que no nos viera, Diego estaba muy nervioso y yo estaba tremendamente emocionada.

-¡Ay!...- no dijo más y soltó unas lágrimas.

-¿Te gusta? -dijo Diego abrazándola.

-Tú me gustas, pero esto me encanta- le devolvió el abrazo y yo tomé unas cuantas fotos del momento y me fui a mi casa para dejarlos solos.

Unas horas después mi madre entró muy emocionada a mi cuarto y me entregó una carta.

Sueño contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora