Capítulo 37

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-Prefiero el rosa, me queda mejor- le dije a Karol.

-Sin duda alguna, ese vestido te queda fantástico- me respondió.

La boutique en la que nos encontrábamos la habían abierto recientemente y toda la ropa estaba increíblemente preciosa, aunque el precio era algo elevado, pero está era una ocasión especial, una no se gradúa de la secundaria todos los días.

La graduación será un punto crucial en mi vida, para la mayoría de los adolescentes este punto llega al salir de preparatoria, pero en mi caso y en el de Carlos también, se nos presentó un poco antes, o quizá demasiado.

Las oportunidades no llegan dos veces en la vida, o es ahora o no será nunca. Aunque las cosas no son tan fáciles como decir que "sí" a las oportunidades que se nos presentan; implica dejar y perder muchas cosas y si en estos momentos hiciera una lista de pros y contras, creo que perdería más cosas de las que estoy ganando.

Pero en un futuro haber aceptado está oportunidad será un pase hacia nuevas y mejores oportunidades. A parte ¿no siempre había querido vivir en Europa?

Debo dejar de darle tantas vueltas al asunto, me vaya o no Carlos sí se irá, de nada sirve que me quede.

Y así es la vida, uno crece y crece tanto que es necesario cambiar de vida para poder crecer más y es eso implica matar todo lo que tenemos, aunque matar no significa olvidar o dejar de amar, sino al contrario, la muerte solo nos hace valorar más la vida y con ello llevar más grabados los recuerdos en el alma. Y al cambiar de vida vuelves a nacer, pero esta vez eres más fuerte, sabes amar y pensar.

De vez en cuando volver a tu antigua vida no estaría mal, yaque fue la que te enseño a ser.

-Ocho mil quinientos pesos- dijo la señorita de la boutique. Le di el dinero exacto y nos salimos de la tienda, fuimos a comprar algunos accesorios e hicimos una cita en el salón de belleza.

-¿Está bien este color de uñas, Lya?- me preguntó Bety. Mi mamá era clienta precuente del lugar.

-Me gustaría un tono más claro, no quiero que mis uñas resalten más que yo.

♡ ♡ ♡ 

Entramos a la iglesia para la misa de agradecimiento, todos estábamos realmente elegantes, algunos irreconocibles, como la niña rarita, Lily, se veía wow, jamás había notado que sus ojos eran azules.

Al salir de misa nos tomamos algunas fotos en la catedral, el atardecer ayudó demasiado, era perfecto, poder plasmar un monto en una fotografía, miles de emociones y pensamientos plasmados ahí.

Entramos todos juntos al salón de fiesta que estaba espectacular, yo ya había venido a fiestas aquí pero lo arreglamos hermoso. La vista era única, se veía gran parte de la ciudad ya que el salón es muy alto, algo así como arriba del bosque. Hasta el mínimo detalle estaba perfectamente bien decorado y cuando digo hasta el último lo digo enserio, cada servilleta tenía nuestros nombres.

En la parte trasera había un jardín con una fuente y algunos juegos para los niños a demás de personas que los cuiden para que los adultos y los jóvenes estemos más a gusto disfrutando la velada.

Colgando del techo había un marco gigante dónde cabíamos todos los del grupo y nos acomodamos para más fotos pero estás eran graciosas.

Los invitados entraban y los acomodábamos en las mesas que nos habían asignado y para nosotros había una enorme mesa en el centro, que más bien eran un montón de mesas juntas, para estar todos unidos, por última vez.

Comenzaron a sonar unas cuantas baladas mientras cenábamos, no sabía si cantar o comer, no podían poner otra música en este momento, aunque era hermoso.

-Falta Thai- le dije a Karol.

-No debe tardar- contestó al momento en que se alejaba para recibir a su tía.

Vi entrar a Diego con un pantalón megro y una camisa de vestir, pero Thaimar no estaba con él, así que me acerqué a preguntarle por ella.

-Me llamo y me dijo que estaba saliendo de su casa- fue lo único que me dijo. Qué raro que no se hayan venido juntos.

El salón está algo retirado así que tardará un poco. Fui a la mesa y me comí unas papas cambrai que por cierto estan muy picosas, pero deliciosas.

-Vamos al jardín- dijo carlos interrumpiendo mi mordida a la papa.

Me terminé el bocado y salimos al jardín, había unos cuantos fotógrafos y les pedimos unas fotos, de pronto solo estabamos él y yo, y las mariposas volvieron a revolotear en mi estómago y traté de disfrutar hasta el último momento porque sabía que después ya nada sería igual.

Me tomó de las manos.

-Este es el mejor año, han sucedido muchas cosas, y la mejor es que me permites estar contigo, gracias por todo solecito... Te amo- me besó.

No puedo explicar la sensación que recorría todo mi cuerpo en ese momento, supongo que era felicidad, o nostalgia, o todo junto, simplemente era mágico.

Traté de olvidado todo en ese momento y la verdad que fue muy fácil hacerlo.

-Yo tambien te amo- contesté.

-Lyaaa- grito Thai, interrumpiendo nuestro momento. Fuimos juntada, tocador.

Su vestido era guinda, corto y suelto, pero muy lindo. El mío era palo de rosa, con una transparencia en la cintura y ajustado del talle, la falda caía hasta mis pies con una suave tela de gaza lisa, el anclaje del talle brillaba un poco en la noche, lo suficiente para notarse pero no tanto para verse exagerado, el vestido era simple pero fino.

Volvimos al salón y no paramos de bailar en toda la fiesta.

Sueño contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora