CAPÍTULO 1: "Comenzando"

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(Antes de empezar: ADELANTE EL ESTRENO :). La segunda cosita, la historia esta vez se va a narrar en tiempo presente. Que la disfruten muchísimo, tanto o más que la anterior. Un beso muy fuerte: lalimyqueen.)

Narra Mar:

7 de la mañana. El llanto de Bruno se escucha por toda la habitación y no nos deja dormir. Ha sido una noche horrible, además, Thiago está resfriado y todas las veces me he tenido yo que levantarme. Tres tomas de leche y 4 cambios de pañal... Para lo poco que come... Hace demasiada, ya saben...

Thiago ni se mueve. Él sigue profundamente dormido. Aunque en 15 minutos debe levantarse para ir al colegio. Yo este año... No voy a ir. Tengo que cuidar de Bruno. Tengo clases particulares en casa. Cuando Bruno crezca un poco y pueda ir a la guardería, yo podré regresar al colegio como todos los chicos. Pero de momento, tenemos que estar así, Thiago en el colegio, y yo en casa con Bruno.

Actualmente vivimos en la vieja Fundación BB. Ahora se llama Hogar Mágico. Barto se esforzó por cambiar y reformó todo. El viejo cuarto de Thiago ahora tiene una cama más grande y una cuna, más un armario pequeño para la ropa de Bruno, nuestro armario, el cambiador de Bruno, los juguetes de Bruno, el escritorio de Thiago... Casi todo es de los dos amores de mi vida. Es lo que tiene tener hijos, todas tus atenciones a partir de su nacimiento van a ser para él. Y Bruno, es el más mimado de todo el Hogar.

Y tras pensar como ha cambiado nuestra vida en los últimos tres meses, vuelvo a escuchar el llanto de Bruno. Me levanto de la cama, lo agarro y lo acomodo en mis brazos:

— Por el día sos un ángel y por la noche un demonio... No nos dejas dormir enano — creo que tiene hambre por la forma en la que abre la boquita. Por lo que me bajo la remera y el corpiño y lo acerco a mi pecho... Él, instintivamente, empieza a tomar.

Thiago entonces se despierta y nos mira:

— Mar, que lindo es ver tu teta desde primera hora de la mañana — dice sarcásticamente con voz de dormido. Tiene el pelo pegado a la frente y los ojitos aún bastante cerrados.

— Buen día — le respondo riendo.

— ¿Ha llorado mucho?

— Esta es la octava vez, así que sí. Ha llorado bastante.

— Tiene 3 meses, es normal que llore — Thiago se incorpora en la cama y me abraza, observando como Bruno toma.

— Como hoy vos no te moviste del sitio.

— Sabes que estoy enfermo. Ayer terminé agotado de estudiar Mar, y tengo que estudiar, para darles un buen futuro a ustedes. No voy a estar viviendo de la plata de Barto toda mi vida teniendo ya mi propia familia.

— Barto está encantando con Bruno, Thiago. Se le ve en la mirada. Cada vez que lo ve se vuelve loco y me lo saca de los brazos para jugar con él.

— Ya sé, nunca pensé que iba a cambiar tanto.

— Todos hemos cambiado con Bruno — lo miro. No puede estar más tierno mirando a Bruno. Le brillan los ojitos, sé lo mucho que nos ama, y todo lo que haría por nosotros dos.

— Te amo — tengo que decirlo. Desde el nacimiento de Bruno me he hecho llorona, romántica y protectora. Sí, todos hemos cambiado con Bruno, y mucho.

— Yo también — se acerca y me da un beso corto en los labios.

Y de repente, como ya es costumbre a la mañana, Justina abre la puerta de golpe mientras canturrea una canción. Ella también ha cambiado con Bruno, no saben todo lo que lo ama.

— ¡Buen día! ¿Cómo se despertó lo más lindo de la casa? — pregunta mientras se acerca a nosotros —. Lo siento señorita Rinaldi — dice al verme desnuda la parte de arriba mientras le doy el pecho a Bruno.

— No te preocupes Tina. Brunito se despertó con hambre.

— Ojalá empiece a comer bien...

— El médico dijo que yo tengo menos leche al ser más joven. Mañana tenemos que ir al pediatra y me va a mandar leche en polvo para suplemento alimenticio.

— Me parece bien. Ya le cambio yo, bajen a desayunar, y usted, señorito Bedoya, póngase el uniforme porque en menos de una hora tienen que ir al colegio.

Y mientras que termino de darle la teta a Bruno, Thiago se cambia para ir al colegio. Después me cambio yo: una blusita rosa, unos jeans y unas zapatillas blancas; salimos del cuarto, le dejo a Bruno con Justina para que lo cambie, y bajamos a desayunar. Y como siempre, todos nos han ganado, pues ya están desayunando.

— ¿Demasiado sexo anoche? — pregunta Lleca nada más vernos. Todos comienzan a reírse. Pero a Thiago y a mí no nos hace ni pizca de gracia.

— No tenemos sexo adelante de Bruno por respeto, así que mejor callate — le respondo a Lleca de mala gana. Después me siento al lado de Jaz para desayunar. Thiago se sienta enfrente mía, entre Rama y Tacho.

— ¿Cómo durmió ratoncito? ¿Y vos Thi, estás mejor del resfriado? — nos pregunta Jaz mientras pone dulce en su tostada.

— Sí, algo sí. Aún me quedan dos pastillas por tomar, así que creo que me recuperaré pronto.

— Ratoncito — llega mi turno — se despertó 7 veces. Así que apenas dormí.

— Te cuesta ser mamá, ¿eh petisa? — bromea Tacho.

— ¡No soy petisa! — replico en voz alta y fuerte. Me enoja mucho Tacho cuando me dice así. Porque sé que soy petisa, pero no hace falta que nadie me lo diga.

— No peleen y déjenme hablar — avisa Rama sonriente —, ¡tengo un nuevo tema!

¡Se me había olvidado contarles! Jaz, Tacho, Rama, Thiago y yo, en nuestros tiempos libres, nos dedicamos a cantar temas propios. De momento tenemos dos: "Nenes bien" y "Ángeles del mundo"... Y nuestra banda, se llama Teen Angels.

— ¿En serio? — pregunto sonriendo.

— Sí, bueno, en realidad es un tema especial para Mar.

Thiago pone los ojos en blanco. De vez en cuando, Thiago, por mucho que estemos comprometidos, y enamorados, y tengamos un bebé, está celoso de Rama. Yo, a Rama no le tocaría ni con un palo, pero bueno, a Thiago se le mete en la cabeza que Rama gusta de mí, y es imposible hacerle pensar lo contrario. El "señorito Bedoya Agüero" es una persona muy terca.

— ¿Y cómo se llama? — pregunto, entusiasmada.

— Escaparé. Y es una canción de amor perfecta dedicada a Thiago — dice Rama, con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Ya es hora de irse! — anuncia Jaz mientras mira a su reloj de muñeca.

Todos se levantan de la silla, con el uniforme puesto ya y salen de la cocina mientras recogen sus almuerzos. Solo Thiago y yo nos quedamos en la cocina.

Thiago da la vuelta a la mesa y se sienta a mi lado. Me agarra de las manos y acaricia mi anillo de plata con una flor de oro en el medio. El anillo de compromiso... Nuestro.

— Te amo — me dice sonriendo.

— Te amo — lo abrazo y le doy un beso corto en los labios —. Suerte en el colegio.

— Los amo. 

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora