Capítulo 22: "Mi fallo"

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Narra Tacho:

No sé que decir. Había criticado a Thiago hacía un año por haberle hecho lo mismo a Mar. Y ahora, Jazmín está exactamente en la misma situación que Mar hacía un año. Y por mi culpa.

Ahora me va a tocar hacer el mismo trabajo que Thiago. Están aguantando los retos de Jazmín, cambiar pañales, levantarme a las tres de la madrugada para darle la mamadera al bebé o beba que fuéramos a tener.

Y todo por mi culpa...

Fue una noche hacia unas dos semanas. Javi yo le habíamos hecho ya un par de veces. Siempre cuidándonos. Hasta ese momento había tomado precauciones pero estaba tan caliente esa noche, que me olvidé de ellas. Directamente fui a por ella para hacerlo. Sin pensar en nada más. Y ella se dejó. Era algo extraño por el día nos odiábamos y por la noche nos amábamos. Ella me dejaba que le hiciera el amor profundamente. A ambos nos encantaba.

Y esa noche fue igual que el resto. Solo que esa vez, ocurrió en el oscuro sótano donde antes se encontraba el salón de clases, ahora vacío. Lo hicimos apenas sin hacer ruido, porque Tina dormía mal y era capaz de buscar que estaba ocurriendo al mínimo ruido que sus orejas escucharan.

— Te dije que no entraras, Tacho — me reta Mar desde atrás.

La miro:

— Lo siento.

No sé si salirme del baño o quedarme. Lo que sé es que el arrepentimiento ahora no me servía de nada. Si ese test había salido positivo, muchos me iban a matar. Además de que Thiago me iba a retar por haberle dicho todo lo que le había dicho el año pasado. Literalmente, "me iba a tragar mis propias palabras".

— Jaz, ¿me quedo con vos?

— Sí, Mar. Por favor — Jaz habla a mis espaldas. No puedo mirarla a la cara. Me da mucha vergüenza por todo lo que he hecho. Por todo lo que la va a tocar sufrir por mi fallo.

— Tacho, por favor. Andate — me pide Mar.

Trago saliva y me voy del cuarto de baño, caminando lentamente hasta la cocina, donde Rama y Thiago hablan. Thiago tiene a Bruno en brazos.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal. Puede que me toque realizar la labor que está realizando ahora mismo Thiago, hasta el resto de mis días.

— Buen día, Tacho — me saluda Rama.

— Hola Tachín — dice Thiago, y al mismo tiempo hace que Brunito me salude con la mano —. Hola tío Tacho.

Él es un buen padre, pero yo sé, de antemano que nunca voy a conseguir ser como es él. El padre modelo perfecto: lindo, educado, que nunca falla, que se queda con Bruno cuando hace falta y Mar quiere tomarse un respiro... Nunca voy a estar a su altura. Y solo de pensar en ello, me produce depresión.

— Necesito hablar con los dos. Porque les juro, que con lo que acabo de ver... No sé si ponerme a llorar, gritar... No tengo ni idea de lo que puedo hacer, es algo demasiado fuerte — les confieso.

— ¿Viste a la gitana con otro? — me pregunta Thiago riéndose.

— No estúpido, no es eso. Y de verdad, ojalá hubiera sido eso. Cuando lo he visto he estado a punto de desmayarme.

Rama me mira y me hace una señal para que me siente justo al lado de él. Yo me siento y suspiro fuerte:

— Contá.

— Vi un test de embarazo.

— ¿Cómo test? — Thiago abre mucho los ojos, asombrado.

— Tranquilo, no es de Mar — le aviso.

— Menos mal, porque hubiera sido preocupante. Apenas hemos podido hacerlo, no hemos terminado desde que ha nacido Bruno porque siempre aparece su llanto.

Rama lo mira mal:

— ¿Lo hacen adelante del nene?

— No tarado, nos llevamos el vigila bebés, pero solo fue una vez. Porque es imposible. Hasta que no tenga tres años dudo que podamos volver a hacer algo. Mar no lo deja solo ni a palos.

— Mar tiene un instinto maternal enorme. Y eso es bueno — opina Rama. Y así, siguen hablando del tema de Mar y la maternidad sin dejarme hablar del tema del posible embarazo de Jazmín.

— Cuando Bruno tenga 9 años, y empieza a separarse un poco de su madre, y salga a jugar a la callecita con sus amigos, y Mar vaya atrás a vigilarlo, no va a ser tan bueno, te lo aseguro Rama — dice Thiago frunciendo el ceño —. O cuando renga novia y vaya a mirar atrás de él lo que hacen. A mí no me va a gustar, y a Bruno menos.

— ¡Me quieren dejar hablar de una vez! — grito enojado —. Dejen de hablar de la maternidad de Mar...

— No te pongas así — me dice Thiago con el ceño fruncido.

— ¿Ah no? Me pongo así porque la que puede que esté embarazada es Jazmín El test es suyo. Y el bebé, si es que existe, es de los dos, de ella y mío.

-...-

Narra Jaz:

— Vamos a mirarlo juntas, ¿si? — propuso Mar —. Estoy con vos, no te va a pasar nada malo.

— Pero Tacho ya lo sabe, yo no quería que supiera nada.

— Estoy segura de que Tacho lo va a saber comprender, vos tranquila Jaz.

Suspiro y Mar agarra el test:

— ¿Preparada?

Asiento con la cabeza y ambas miramos el test.

— Dos rayitas — digo.

— Eso significa que... — Mar traga saliva —. Estás embarazada.

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora