CAPÍTULO 26: "Distanciamiento"

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Narra Mar:

No entiendo nada. ¿Amor de mi vida? Miro a Bruno. Incluso él, que es un bebé todavía, tal vez entendía mejor que yo lo que Rama me acababa de decir. No paro de pensar en sus palabras... Amor de mi vida. ¿Yo soy el amor de la vida de Rama? Pero, si en ningún momento hemos tenido nada más allá de una gran amistad. Ni siquiera antes de estar con Thiago, pudimos tener algo. Bueno, en realidad tampoco tuvimos mucho tiempo de darnos una mínima oportunidad. Pero, realmente, a mí Rama ni siquiera me gustaba, ni me gusta. Ni un poquito.

— ¿Amor de mi vida? — pregunto frustrada.

Él suspira y da un paso, acercándose aún más al pasillo, ya literalmente fuera de la cocina:

— Sí. ¿Ves como ese cheto te hizo perder la cabeza? Ya no entendés nada... Sos hueca. Dentro de poco ganaras a Tefi incluso. No tengo ganas de volver a hablarte por un tiempo, así que ni me busques. Chau Bruno — Rama sale de la cocina dando un portazo fuerte.

Me muerdo el labio pensativa. ¿Qué mierda le está pasando? Anoche estaba perfectamente conmigo, y ahora... Es como si se le hubiera olvidado toda la amistad que compartimos.

No puedo resistir que una lágrima caiga por mi mejilla. Estoy muy confusa porque no consigo entender lo que le pasa a Rama. Antes estaba bien, y después de discutir con Thiago, es como si hubiera cambiado para siempre. He tenido una mañana realmente dura. Muy frustrante. Siento a Bruno encima de la mesa y me preparo un té... Necesito tranquilizarme y a la vez despejarme, porque está a punto de explotarme la cabeza.

— Buen día — dice alguien desde atrás.

Me doy la vuelta, y una chica joven, de pelo rubio y ojos hermosos está en la puerta sonriéndome:

— Buen día — respondo educadamente.

— ¿Sos la mamá del nene? — camina hasta donde está Bruno y lo alza —. Es hermoso.

Levanto una ceja:

— Sí, soy la madre del nene. Se llama Bruno.

— Conocí al papá hace un rato — ¿papá? ¿Quién es esa mujer? —. Ay perdón... No me he presentado, soy Cielo, la nueva mucama. Nico me ha contratado. Ahora voy a trabajar acá, para ayudar en todo. Si necesitan cualquier cosa, me dice.

Ahora entendía todo:

— Encantada — me acerqué y la saludé educadamente con un beso en la mejilla —. Yo me llamo Mar. Y muchas gracias, en verdad, si necesitamos ayuda, Tina sola no puede con todo.

— Bien, creo que nos vamos a llevar bien. Me encantan los chicos... Nunca pensé que fuera a haber bebés acá. Pero parece que sí los hay — le da a Bruno un beso en el cachete —, y muy lindos además.

Sonrío:

— Eso espero. También están Alelí y Monito, y bueno, Cristóbal, el hijo de Bauer.

— Se van a divertir mucho conmigo. Espero que sean muy buenos nenes. Que les guste el baile, porque conmigo, van a bailar mucho. En el tiempo libre, obvio. Nico me ha dado permiso.

¿Baile? Eso sonaba muy bien:

— Y también que se relajen todas las cosas con tu llegada. No es que estén muy bien, sobretodo esta mañana. Malvina no es que sea muy tranquila, y no se mete mucho en nuestros problemas. Ella tiene su vida y nos ignora un poco, aunque sé que nos quiere — sonrío —. El problema, es que creo que acá nos hace falta una mamá, y Tina tampoco está a la altura de ese puesto. Trata de ser menos dura, y a veces lo consigue. Pero no es lo mismo...

-...-

Narra Thiago:

Con miedo, entro en el despacho de Nico. Sí, he sido el elegido por el destino para darle la noticia del embarazo de Jazmín. Aunque también, fui yo quién le hablé de dicha posibilidad. Pero no me corresponde. Yo ya me enfrenté cuando me tocó hace ya un año.

Nico levanta la vista de los papeles en los que trabaja encima de la mesa y me mira fijamente:

— ¿Ya tenés noticias?

Asiento con la cabeza:

— Sí. Mar me he estado contando todo.

— ¿Y qué? — me pregunta ansioso.

— Jazmín está embarazada.

Nico suspira. Entiendo que le han metido en un quilombo. Porque lo mío, fue diferente, mi papá me echó, pero era mi papá. Nico es un simple tutor, pese a que nos quiere mucho. Y sí, el Consejo de Menores puede tomar represalias contra él.

— Voy a llamarles para hablar con ellos — se levanta de la mesa y se dirige a la puerta —. Gracias por aviso Thiago, y también por dar la cara.

— Yo he pasado por ello, y he hecho lo que he pensado que era conveniente.

— Está bien hecho, de verdad. No quiero que te arrepientes.

— Gracias Nico.

— De nada Thiago.

Tanto Nico como yo, salimos de su despacho. Nos encontramos a Jaz y a Tacho en la sala, sentados y hablando tranquilamente.

— Menos mal que los he encontrado rápido — dice Nico —. Creo que tenemos una charla pendiente. Solo les digo, que no está bien lo que han hecho. ¡Y sabiendo que ya había pasado otra vez! ¡Y también sabiendo que me pueden meter en graves problemas!

Tacho me mira seriamente:

— Claro, como alguien muy chusma ya lo ha debido contar todo... O al menos eso parece.

Trago saliva:

— Solo he hecho lo que he creído conveniente.

— No se peleen — avisa Nico —. Thiago ha sido directo.

— Claro, como esta vez no es su problema, ahora se mete en los problemas de otros — añade Jaz.

— Eu, cuidado. No quiero que se peleen. Thiago ha hecho lo correcto y no quiero que se enojen con él por una pavada, ¿de acuerdo? — les pregunta Nico frunciendo el ceño.

— Es que tiene la boca muy grande. Es medio hueco el cheto — dice Rama saliendo del pasillo —. Y su novia también tiene la boca muy grande, no sabe de lo que habla, pero aún así, tiene que culpar a todos de las cosas que ocurren.

Levanto una ceja:

— Cuidadito de lo que decís de Mar, ella no está acá para defenderse pero me tiene a mí. Ella no te ha hecho nada.

— Claro que no me ha hecho nada, a menos que no sepas lo que ha pasado en la cocina hace un rato. Más tarada no puede ser.

— ¡¡¡Basta!!! 

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora