CAPÍTULO 2: "Cuando el amor viene, se queda"

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Narra Mar:

— Espere señorita, a Bruno le toca la toma de la leche.

La señorita Petinal pone los ojos en blanco. Siempre la molesta cuando tengo que ir a ver a Bruno. Pero Justina, no puede darle de comer. Y mi hijo mamadera no toma. Sí, Brunito está un poco consentido.

— Sí usted sigue estando de un lado para el otro mientras la estoy dando clase, va a empezar con la lección de secundaria cuando tenga 20 años señorita Rinaldi.

— He avanzando bastante, así que no se queje.

— Esta con el temario de primaria aún.

— De sexto año. Y el año pasado no sabía ni leer. Y si tanto la molesta, vaya a darle clases a otra persona. Tengo un hijo y tengo que estar pendiente de él.

— Haga lo que quiera, ya se lo voy a decir a Don Bartolomé.

— ¡Haga lo que quiera! — la saco la lengua y salgo corriendo a nuestro cuarto.

Y allí en la cuna, con los ojos tan abiertos como siempre, las manitas y los piecitos moviéndose, está mi Brunito.

— Ya está acá mamá, la vieja amargada no me dejaba venir con vos mi amor — lo agarro y lo pongo en mi regazo.

Brunito ríe feliz y sé que me ha perdonado la espera.

— ¿Tenés hambre verdad? — le acerco al pecho y rápidamente empieza a tomar. Y al poco rato, alguien llama a la puerta —. ¿Quién?

— Tu suegro — es Barto.

— Pasa con los ojos cerrados.

Barto pasa con su traje oscuro, sigue siendo algo tétrico, pero bueno, por lo menos me aprecia, y con Brunito se lleva re bien.

— ¿Ha pasado algo con la señorita Petinal?

— Sí, que no me deja moverme del asiento y yo necesitaba darle de comer a Bruno.

— Mar, no lo digo de malo, pero tenés que centrarte en el estudio si querés conseguir algo en esta vida.

— Ya, pero ahora tengo que estar pendiente de Bruno, Barto. Creo que sabés todo el sacrificio que tenés que hacer por un hijo.

— ¿Y si dejás de darle...?

— ¿La teta?

— Eso.

— Mañana el doctor me va a mandar leche en polvo y empezará también a tomar en mamaderas pero no se si esa leche le va a gustar demasiado. Igualmente, va a seguir tomando leche materna.

Barto suspira:

— Algún día tendrá que dejar de tomar, tu leche...

— Cuando el pediatra me diga que se la quite se la quitaré.

— Llamaré a Kendra, así mañana puede acompañarte a la clínica.

— Pedí hora por la tarde para que Thiago pueda venir y no falte a clase.

— Bueno, ¿puedo mirar ya? Además de venir a hablar con vos quería verlo a Bruno.

Separo a Bruno con cuidado del pecho y me visto:

— Ya está.

Barto se da la vuelta y se acerca a nosotros:

— ¿Cómo está ratoncito? — lo agarra y lo coloca en su regazo —. A estudiar Marianella, yo me quedo con Brunitis.

Revoleo los ojos:

— Cuidelo bien.

— No lo dude que lo voy a cuidar bien.

— Bueno — le doy a Bruno un beso en la frente y salgo para retomar la clase con la señorita "Soy la mujer más amargada del planeta".

-...-

Narra Jaz:

Estamos en un examen de dibujo. Podías elegir o francés, ahí estaba Thiago, estudiando francés con sus amigos los chetos, o elegir dibujo. Y ahí estábamos nosotros tres: Rama, Tacho y yo.

— Jaz... — escucho que me llaman desde atrás. No sé que carajo quiere ahora Tacho. Para una asignatura que se me da medianamente bien, ahora me van a poner un 1 por culpa del teñido.

— ¿Qué? — le pregunto susurrando sin darme la vuelta.

— ¿Cómo va el dibujo número 7?

— Aún no llegué a ese.

— ¡Romero! ¡Morales! — nos grita el profesor desde el escritorio —. Afuera de clase, tienen los dos un 1.

— ¡Pero si no hicimos nada! — reprocho.

— Estaban comentando el dibujo número 7, media clase les escuchó, así que afuera. Dale. Y rápido si no quieren ir a visitar al director.

Recojo mis cosas rápidamente y salgo de clase. Tacho sale atrás mía. Cerramos la puerta y ambos nos sentamos en el piso, esperando a que nos den permiso para volver a entrar en clase:

— Los siento Jaz...

— No valen ahora las disculpas. Es la única asignatura en la que no me voy a sacar un 1 y vos lo arruinas todo tarado.

— ¡No te pongas así!

— Sí me pongo así... ¿Qué querías preguntarme?

— No entendía el enunciado del ejercicio.

— ¡Para eso está el profesor!

— Es qué dijo que no le hiciéramos preguntas...

Me tapo la cara con las manos. Es un tarado, y por su culpa me han puesto un 1 en dibujo. Tengo ganas de partirle la cabeza.

-...-

Narra Thiago:

Acabo de terminar la clase de francés. Tengo un par de llamadas de Barto, igual la ha pasado algo malo a Mar o a Bruno, así que nada más salir de clase, voy al baño corriendo y lo llamo:

— ¡Papá! ¿Pasó algo?

— Problemas con Mar.

Lo sabía, la ha pasado algo malo a Mar.

— ¿Dónde están?

— Ella está bien, está en clase y Bruno está acá conmigo.

Me calmo, menos mal que no ha pasado nada malo, pero mi papá me ha puesto nervioso.

— Dale besos a mi campeón, ¿qué ha pasado con Mar?

— Está teniendo algunos problemas con la profesora particular.

— Papá, Mar se tiene que acostumbrar al estudio.

— Ya, pero con Bruno no se acostumbra porque esta todo el rato distraída con el nene. Se levanta a darle de comer, a cambiarle los pañales...

— Mar es demasiado... Sobreprotectora con Bruno, pro si no sabías.

— Lo sabía hijo, habla con ella, porque la profesora ha dicho que se va a despedir si sigue así. Presta poca atención en las clases además y la responde mal a la señorita Petinal.

— La señorita Petinal siempre fue algo maleducada, yo era un nene cuando me daba clases de matemáticas y siempre era duro conmigo.

— Bueno, habla con ella hijo, un beso y suerte con las clases.

— Gracias papá, besos a todos...

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora