CAPÍTULO 4: "Preparativos"

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Narra Thiago:

Mi papá si que se enojó bastante con mi tía el otro día. Sí, el bebé era de su novio, el gran Nicolás Bauer, un famoso arqueólogo. Y que al parecer, a mi tía la quería bastante. Pero bueno, lo que mi papá quería era que mi tía se hubiera casado antes de quedar embarazada. Pero al día siguiente, a mi viejo ya se le había pasado el enojo, y todo seguía como antes.

Y hoy... Hoy es un gran día. Tenemos muchas cosas que celebrar: nuestro primer beso, nuestro aniversario, la llegada de Brunito a la panza de Mar, ¡y el 16º cumpleaños de Mar!

Es lunes. Me levanto a las 5 de la mañana para preparar todo. Al bajar a la cocina, me encuentro a Jaz esperando también para ayudar. Es una gran amiga...:

— ¿Bruno? — me pregunta susurrando.

— Lo dejé dormido.

— Él es un punto importante en la fiesta de Mar. Antes de que ella se despierte le tenemos que bajar.

— Claro.

— Mi idea es, que Bruno aparezca junto a la torta de cumpleaños con unos globitos atados en las muñecas.

Revoleo los ojos:

— Mi hijo no es un juguete Jaz... Tiene que ser otra cosa.

— ¿A qué hora traen la torta?

— A las 6 y media. No pueden traerla antes porque la pastelería abre a esa hora.

— Bueno, voy a hinchar globos, coloca los regalos en la mesa de la cocina.

Asiento:

— Después me ayudas a hacer el desayuno.

— Sí, Rama dijo que vendría a ayudar pero todavía no ha aparecido.

— Acá estoy — dice Rama apareciendo por la puerta —. Perdón si llego tarde, pero anoche no podía quedarme dormido. Pensaba en todas las cosas que pasaron en un año... Y no podía creérmelo.

— Nadie puede creérselo — Jaz se ríe.

— Yo en un año me volví padre. Cuando estaba en Londres ni me lo imaginaba, y ahora no puedo imaginar mi vida sin Bruno y Mar.

— ¡Oh qué tierno! — exclama Jaz agarrando un par de globos de color rosa de la bolsa.

— Rama, anda colgando las tartas de cumpleaños — le doy un paquete con tortas de cumpleaños de colores para decorar —. Luego tenemos que llamar a los pequeños para que tiren él confeti (🎉), cuando Mar aparezca en la cocina.

— Y mientras nos ayudas a pensar que puede hacer Bruno — añade Jaz mientras ata uno de los globos ya hinchado.

— Por cierto Jaz, ayer Malvina compró un aparato con helio, está en la sala, anda a por él así vas más rápido.

Jaz sonríe y sale de la cocina para agarrarlo. Rápidamente miro a Rama, tal vez él sepa algo de lo de Jaz y Tacho. Últimamente ni siquiera se hablan a la hora de comer, ni tampoco durante las clases:

— ¿Sabes qué la pasa con Tacho?

Él niega:

— Sé lo que le pasa a Tacho con ella. A Tacho la encanta... Pero cada vez que él se acerca, ella le aleja. Y Tacho está sufriendo mucho por ella, por eso no vino a ayudar, la pasa mal cada vez que la ve.

Mal de amores... ¿Jaz y Tacho? Nunca lo hubiera imaginado... Son algo... Distintos:

— No sabía...

— No cuentes nada Thiago, Tacho me mata.

— ¿A Mar tampoco?

— No, a nadie. Por favor.

Bueno... Mar si que era poco discreta, pero tampoco me parecía bien que la dejaran al margen de contarla el tema de Tacho y Jaz...

— Rama, ¿dónde podemos poner a Bruno para la sorpresa de Mar?

— Es muy tierno, pero en tus brazos estaría perfectamente. Con un regalito entre sus manos — Rama sonríe.

— Me gusta. Acepto la idea.

Al ratito, vuelve Jaz y sigue hinchando globos. Yo termino de colocar los regalos, que hay bastantes, y Rama cuelga todas las tartitas. El desayuno: tostadas, medias lunas, jugo de naranja y jugo de manzana, frutas frescas, leche chocolatada, café, huevos, salchichas y beicon por si a Mar la apetece desayuno americano. Va a estar todo buenísimo.

— ¿Hora? — pregunta Jaz.

— Seis y cuarto — respondo mirando al reloj —, voy a bajar a Bruno. Si viene el de la torta firmen. Es una con flores y de 4 pisos. De color violeta y blanca. Revisen que no tenga ningún fallo antes de firmar chicos, por favor.

— Sí señor — Jaz ríe.

— Todo tiene que estar perfecto Jaz. No me fallen chicos.

Subo corriendo a por Bruno, y por suerte, Mar está dormida. Me acerco a la cuna, está allí, dormidito. Mi bebé, es más lindo:

— Bruno — lo agarro —, buen día. Hasta la hora de la siesta no vas a dormir hoy si — susurro haciéndole un mimo en la nariz —, es el cumpleaños de mami.

Bruno hace un puchero y empieza a abrir los ojitos. Pero antes de que se ponga a llorar, lo saco del cuarto y cierro la puerta para que no despierte a Mar:

— Vamos a vestirnos para que mamá nos vea lindos, ¿dale enano? Y te tengo que cambiar y tenés que desayunar también.

Sí, todavía me quedan cosas por hacer antes de que lleguen las 7 y Mar se despierte. Pero es entonces, cuando una voz femenina aparece atrás mío y me pregunta:

— ¿Qué pasa acá?

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora