Narra Jaz:
La fiesta de Mar está siendo todo un éxito. Barto, Tina, Nacho, Jero, Tacho, Rama, Alelí, Malvina, Nico (el novio de Malvina), Cristóbal (el hijo del novio de Malvina), Monito, Bruni, Thiago, Mar y yo, todos en el salón bebiendo, comiendo y disfrutando. La verdad que Bruno se está portando muy bien y está bastante tranquilo.
Ha habido un problema: Barto no nos ha dejado comprar alcohol. Pero no sé como han hecho Nacho y Jero para conseguirlo y lo han traído de fuera. Ahora mismo estoy yendo al cuarto de los chicos, que es donde está escondido. Mar y los más chiquitos son los únicos que no están bebiendo.
Al llegar al cuarto, Tacho está rellenando su vaso. El tarado de Tacho, últimamente se comporta conmigo de manera insoportable:
— Hola — digo de mala gana.
— Hola Jaz — noto que ya ha bebido un poco, y eso que la fiesta acaba de comenzar —, ¿qué querés? Yo te sirvo.
— No gracias, no quiero que me pongas un vaso hasta arriba de alcohol, no quiero emborracharme.
Tacho me hace burla y yo le saco la lengua:
— Inmaduro — agarro ron y lo mezclo con limón.
— Inmadura.
— Tarado.
— Tarada — Tacho me sonríe, abre la botella de ron de vuelta y pone un poco más en mi vaso. Saco mi vaso enseguida y un poco de alcohol se derrama en el piso.
— ¡¿QUÉ HICISTE?! — le grito —. Si Don Bartolomé se entera de esto se va a enojar con nosotros.
— ¿Y qué? — Tacho se encoge de hombros. No puede ser más tarado. Sin duda. Todo le importa una mierda, hasta que Don Bartolomé se entere de que estamos bebiendo sin su permiso. Antes me daba igual, pero ahora que nos trata bien, quiero serle fiel y no tener ningún problema con él.
— Sos tarado en serio, Tacho. Ahora te toca limpiarlo a vos. ¿Dale? Así no tiras más alcohol.
Él deja con cuidado la botella de ron en el piso y se acerca a mí con paso tranquilo.
— Apestas a alcohol — digo poniendo cara de asco.
— ¿Te importa que beba acaso?
— No, pero lo digo por la higiene y bienestar de la gente que está en la fiesta. Además, hay tres niños y un bebé, y Monito igual hoy duerme acá.
— A Monito le da igual.
— ¿Y cómo sabes? — yo también me acerco a él.
— Porque acá a veces huele mal y él nunca dice nada.
— Te crees muy inteligente — me muerdo el labio —, muy bien Tachito.
— No me acuerdo si te lo dije alguna vez, pero estas muy muy buena, gitana.
Sin duda, está borracho.
— ¿Cuántas copas llevas?
Me hace tres con los dedos. Yo revoleo los ojos.
— Estás muy buena — repite —, ahora mismo te comería la boca.
¿CÓMO?
— Tacho, frena un poco, estás borracho. No sé cuanto te llenaste las copas o si bebiste rápido, pero el alcohol te está afectando demasiado, no bebas más, ¿si?
Pero no me deja seguir, él se acerca a mí y comienza a besarme. Al principio dudo, pero unos segundos después comienzo a seguirle el beso. Poco después nuestras lenguas se juntan y comienzan a juguetear entre ellas, hasta que notamos pasos atrás nuestra:
— ¿Están ocupados? — nos pregunta Thiago.
Yo me separo de Tacho y lo miro. Trae a Bruno consigo. Tenemos que calmarnos.
— Venía a por una copa para Nacho, pero si molesto vengo más tarde — dice Thiago. Uau... Está muy sorprendido.
— Pasa — le dice Tacho separándose aún más. Deja el vaso en el piso y se va del cuarto.
— Perdón por interrumpirles.
— No pasa nada, ha sido algo pasajero — doy un trago a mi ron con limón.
— Perdón por preguntar Jaz, ¿pero a vos te gusta Tacho?
— ¡Claro que no!
— Perdón, pero es que vi que se estaban besando, sabes que a mí no me gusta meterme.
— Entonces no te metas — digo de mala gana, dejo el vaso debajo de la cama y me voy malhumorada del cuarto.
¡Maldito Thiago! ¡Maldito Tacho!
-...-
-mientras en la fiesta...-
— ¿Así que sos vos el papá de mi sobrino? — le pregunta Barto a Don Nicolás Bauer.
— Sí — Nicolás sonríe —, la verdad que estoy muy contento de tener un hijo con su hermana. Ya tengo uno — Nico mira al pequeño y muy rubio Cristóbal, quién juguetea con Alelí y Monito en medio de la pista de baile —, no sabe lo bien educado que está Cris.
— Me alegro mucho.
— La mamá está afuera y trabaja mucho, por eso le estoy criando yo, básicamente. Ahora Malvina para él será una figura materna.
Barto duda que Malvina pueda ser una buena figura materna, ni siquiera lo va a poder ser para que sea una buena madre con el hijo que lleva en su vientre. Es demasiado inmadura.
— Claro. A mí me costó mucho criarlo a Thiaguito, pero ahora mismo, es el chico perfecto.
— Mal... Me contó que la dejó embarazada a una de las nenas de su Fundación.
— Sí, a Marianella. Pero han tenido un nene precioso, Brunito. Es un santo. A mí me adora.
— ¿Y no han tenido problemas con la justicia?
— No, porque la tutoría la tiene la mamá de Mar. Que ahora está viviendo en España, aunque está acá de interna. Por esa razón no hemos tenido ningún problema. Lo que pasa, que como yo tengo cedida un parte de la tutela, si de ahora en adelante pasa algo mientras que esté conmigo... Pues yo si puedo tener problemas.
— ¿Y el resto de los nenes de la fundación?
— Bien. ¿Por cierto... Usted es profesor verdad?
— Sí, aunque actualmente no trabajo.
— No le importaría trabajar acá, dándole clases a Marianella. Es que con el tema del bebé, aún no empezó como tal el colegio y está estudiando en casa.
— Sin ningún problema — Nico sonríe. Tal vez, trabajando en la mansión pueda estar más cerca de Malvina.
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Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemas
FanfictionDe regreso en el Hogar Mágico, Thiago y Mar se enfrentan a la crianza de su hijo Bruno, la cuál no va a ser nada fácil. Por su parte, Jaz y Tacho, comienzan a tener relaciones sexuales sin ningún tipo de protección, de la cuál, nacerán consecuencias...