Narra Mar:
Bajo a desayunar con Bruno. Hoy, como la mayoría de los días, he tenido que hacerlo todo sola. Le he tenido que bañar sola, le he tenido que cambiar sola, pero él también ha tenido que estar solo mientras yo me he estado bañando y vistiendo. Porque desde que el tarado de Thiago se fue ayer a la noche, aún no ha vuelto.
Y justo, al entrar en la cocina, me lo encuentro acostado en la mesa, dormido. Así que el estúpido ha dormido en la cocina:
— Buen día — digo.
Él sigue encima de la mesa sin moverse. Miro a Bruno:
— ¿Lo querés despertar a papá?
Bueno mueve la manito y yo se la agarro. Me acerco a Thiago y le pongo la mano en el pelo, lo que provoca que él comience a moverse. Al terminar de despertarse me mira:
— Hola.
— Buen día te dije ya.
— No tengo ganas de hablarte — me responde como si nada.
— Bueno, no pasa nada, pero ahora me vas a cuidar a Bruno, al menos hasta que termine de preparar el desayuno — digo poniéndole a Bruno en las piernas.
— Puede prepararlo Tina.
— Tengo hambre y creo que Tina sigue dormida. No te alteres, no quiero que Bruno sufra.
— Yo tampoco quiero que mi hijo sufra, además, tampoco me quiero pelear con vos — me miro suspirando —. Vos te pensás que yo quiero que Bruno sufra y la pase mal, pero eso no es así Mar, yo amo a mi hijo.
— ¿Y por qué ayer te comportaste así?
— No tenía un buen día — dice mientras agarra a Bruno de las manitas y se las acaricia. Los amo a los dos, a Bruno y a vos, con toda mi alma. Vos tenés que entenderlo, lo hice todo por ustedes el pasado año mar. Me distancié de mis amigos, de mi familia, de mi casa, me la jugué por los dos, y vos seguís sin entender que hice todo eso porque los amo. No sé porque te pusiste tan brusca ayer Mar, si yo daría la vida por ustedes.
— Thiago, no me gusto que dijeras eso sobre Bruno, listo. Por eso me enoje.
— Bueno, basta ya de discutir. Perdón por haber dicho eso.
— Perdón aceptado. Pero no repitas eso, por favor.
— Bueno, no volverá a pasar — él sonríe y sigue jugando con las manitas de Bruno.
De repente, Jaz irrumpe en la cocina. Está despeinada y con la cara completamente pálida. Sé al momento que la pasa algo:
— Jaz, buen día — sonreí —. ¿Qué pasó?
— Mar, te tengo que contar algo.
— Sí, decime.
— Pero no acá. Thiago, lo siento pero es algo personal que no quiero que sepas.
— No pasa nada, yo me quedo cuidando al enano. No te preocupes Jazmín.
Salgo de la cocina dejando a Thiago solo con Bruno y voy con Jazmín hasta el baño:
— No sabés lo que pasó — dice agarrándose la cabeza —, lo peor que pudo pasar pasó. Pero no sé, fue tan raro... Simplemente me dejé llevar. Confié en él.
No estoy entendiendo nada:
— Jaz — suspiro —, no te entiendo para nada. ¿Me querés explicar un poco mejor lo que pasó?
— Sí, anoche. No sé como fue, pero sin más ocurrió.
Vuelvo a suspirar. En serio, Jaz parece que quiere que no sepa lo que pasó anoche:
— Contame, con detalles.
— Lo hice con Tacho.
Abro mucho los ojos. Es algo que me sorprende, no por parte de Tacho, sino por parte de Jazmín. Porque Jaz siempre decía que Tacho no la gustaba, y ahora me está contando que había tenido relaciones con él.
— Jaz, pero, ¿cómo fue?
— Ocurrió sin más, ya te dije. Aún no entiendo porque lo hicimos.
— ¿Te obligó?
Ella niega con la cabeza:
— Claro que no, simplemente él quería y yo en ningún momento le dije que no.
— ¿Entonces quisieron los dos?
— Maso... Osea sí, pero yo no lo esperaba. Fue muy raro.
Levanto una ceja, extrañada:
— Pero, ¿se cuidaron?
— No lo sé — dice secamente, aunque a punto de quebrarse, por lo que la abrazo al momento —. No se lo he preguntado, Mar.
— ¿Querés que le pregunte yo?
— No Mar, se va a enojar. No quiero que le digas nada, no quiero que se vuelva a hablar del tema, te lo pido por favor.
— Jaz, tenés derecho a saber si se cuido o si no se cuido. Sabés perfectamente lo que puede llegar a pasar, y yo lo sé mejor que nadie, porque he pasado por lo mismo. Thiago en ningún momento me oculto nada y me ayudo, y por eso, sé bien, que Tacho también te va a ayudar — la agarré de la mano, para darle confianza —. Tenés que confiar en mí. Dale, le tenemos que preguntar, y así, ante cualquier duda te podés tomar la pastilla.
— Mar, no — dice soltando mi mano —. Yo no quiero estar más acá.
— ¿Cómo?
— Me quiero ir de acá.
— ¿Cómo que te querés ir de acá, Jazmín? ¿Por qué decís eso?
— ¿De qué hablan chicas? — nos interrumpe Tina. Ambas nos damos la vuelta, y no sabemos como responder.
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Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemas
Fiksi PenggemarDe regreso en el Hogar Mágico, Thiago y Mar se enfrentan a la crianza de su hijo Bruno, la cuál no va a ser nada fácil. Por su parte, Jaz y Tacho, comienzan a tener relaciones sexuales sin ningún tipo de protección, de la cuál, nacerán consecuencias...