CAPÍTULO 20: "El aviso dio lugar a error"

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Narra Mar:

— Jazmín, ¿a qué te estás refiriendo con eso? — la pregunto asustada. Me parece imposible que otra vez hayamos vuelto a caer en el mismo error. Primero yo, y después ella.

Por mucho que le había avisado, Jaz parecía no haberme hecho caso. Me duele en el alma, porque la relación que Jaz y Tacho tenían no era la misma que teníamos Thiago y yo. La ternura, el amor... Era algo muy diferente (por mucho que ahora Thiago y yo no estábamos lo suficientemente bien, en el momento en el que yo me enteré que estaba embarazada, las cosas entre nosotros sí que estaban bien. Thiago lo intentaba todo para acercarse a mí, aunque yo aún era una nenita asustada).

Pero Tacho es muy diferente a Thiago. Le cuesta mucho acercarse, simplemente porque él también recibió muy poco amor de chico. Y tal vez, le dé aún más miedo que a Thiago lo de ser padre. Bueno, en verdad, ¿a quién no le da miedo ser padre? Y más siendo tan joven, pero cada caso es distinto. Jaz es distinta a mí, Tacho es distinto a Thiago, y las relaciones y los momentos son distintos.

— Tengo un retraso en el ciclo — dice ella haciendo pucheros. Me lo estaba imaginando desde antes de que ella me lo dijera.

— ¿Se estuvieron cuidando? — la pregunto con delicadeza. Sé lo duro que puede resultar esto para ella. Así que lo mejor es ir con cuidado, para no lastimar a nadie.

— Tacho decía que sí... Pero al final — ella suspira y mira para abajo —. Al final no estoy segura. Me quiero hacer un test amiga, unos análisis... Lo que sea.

La abrazo fuerte. Sé más o menos como se siente. Yo también me sentí triste en el momento en el que supe que... Podía estar embarazada.

— ¿Cuántos días se te retrasó?

— Casi 14. Como mucho se me venía retrasando 2 o 3 días, pero nunca tanto Mar, no sabés lo preocupada que estoy. Me quiero matar.

— Eu Jaz, tranquila. ¿Viste que yo me matara cuando me enteré de que estaba embarazada de Bruno? No, seguí adelante. Y vos también tenés que seguir adelante, por vos misma y por tu hijo.

Ella negó con la cabeza:

— No lo entendés Mar. No es por mí, sino que tengo miedo a la reacción de Tacho. Se va a poner como una fiera en cuanto sepa del embarazo. Sabés que es muy bruto, y tengo mucho miedo amiga, mucho miedo de cualquier cosa que pueda pasar.

Trago saliva:

— Pero vos tenés ahora mismo que estar tranquila. Vamos a ir a por un test de embarazo. Si nos ve Tina, la digo que es para mí, ¿si? No te preocupes, va a estar todo bien, no va a pasar absolutamente nada.

— Pero, ¿y si Tina se lo dice después a Thiago? ¿Le decís a Thiago que estás embarazada otra vez? No se lo va a creer, y no quiero que le cuentes la verdad Mar, no quiero que le digas a nadie lo de mi embarazo, es secreto. Por favor amiga.

— Tranquila, vamos a poder arreglarlo. De verdad, no va a pasar nada. Voy a avisar a Thiago de que salimos porque necesitás despejarte, ¿si? Espérame en la entrada, ahora mismo voy.

— Gracias Mar, sos la mejor.

— ¿Para que estamos las mejores amigas? ¿Las hermanas de corazón? — la pregunto sonriendo para tranquilizarla.

Ella sonríe también y me da un beso en el cachete. Después se va directamente caminando hacia la entrada y yo vuelvo con Thiago y Bruno para contarles de mi salida. Sé que estoy muy enojada con Thiago, pero debo cambiar la cara para que Brunito no haga pucheros y se ponga a llorar.

Entro en el cuarto, y al verme, Brunito, quién esta colocado en mi parte de la cama, justo acostado al lado de Thiago, mueve la cabecita y sonríe. También agita los bracitos y las piernecitas alegremente.

— Hola mi amor — me acerco a él y lo alzo. Le doy besos re tiernos por toda la cara. Uau... No 'se como siempre puede tener la piel tan suave este nene. Parece seda o terciopelo.

— Hola — me dice Thiago —. El papá del bebé todavía no se murió.

— Tenemos aún una conversación pendiente vos y yo. Pero ahora mismo no vamos a poder ejecutarla. Salgo con Jaz a pasear, necesita despejarse.

— Bueno — dice él sin más —. Creo que tenés que quedarte con papá a solas otro ratito enano, pero bueno, juntos la pasamos bien. Hablamos de minas, ¿eh enano? — dice Thiago riendo.

— ¿Sos estúpido o te lo hacés? — le digo con voz de enojo.

— Tampoco te pongas así, solo es una broma.

— Me dan asco esas bromas. Me da asco que hables con Tefi cosas mías y luego no me quieras contar nada. Y me da asco que le hables mal de mi a Bruno.

— En ningún momento le hable mal de vos a Bruno.

— Y más te vale que no lo hagas, Bedoya — digo. Vuelvo a dejar a Bruno encima de la cama dándole un beso en la sien, agarro mi campera y salgo sin despedirme.

Y en serio, este Bedoya está comenzando a cansarme. Y mucho.

Padres Adolescentes 2 - Continúan los problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora