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Entonces era él...

¿Se pasea por las madrugadas como yo? al parecer lo hace.

O tal vez solo fue una coincidencia que haya pasado por ahí y me vio, lo positivo es que ya puedo descartar mis principales hipótesis sobre el chico misterioso de la playa (que ya no es tan misterioso)

Primero; no es un fantasma que me seguirá a casa y matara a mi gato ¿cómo se te ocurre eso Amely? Deberás que me paso.

Segundo; no es un asesino. De hecho hasta es un conocido de la familia (de mamá que tiene una amiga y ella dos hijos)

Y por último, es el hermano de Dylan. Eso sí fue algo inesperado.

¿Por qué no sale de mi mente por ni un minuto? solo recuerdo lo genial que toco el violín y ya cuesta una vida el bajarme de la nube de su recuerdo.

Y cuando bailamos... trato de concentrarme en ni pensarlo demasiado pero no puedo. Jamás viví algo parecido, fue tan...

- Señorita Amely, si no piensa prestar atención a mi clase ¡salga afuera!-grita la profesora de ciencias. Me sobresalto por su grito y todos ríen.

- Lo... lo lamento, si le prestaba atención.- murmuro.

- ¿A si?- sonríe maliciosamente.- ¿Y qué fue lo último que dije? – dudo antes de responder pero ella me apura a responderle.

- ¿Que no le prestó atención?- ella pone una mano sobre sus ojos y niega con la cabeza (seguro se pregunta en que estaba pensando al estudiar la carrera de docente)

- Salga de mi clase señorita Amely.- me señala la puerta. Trato de replicar pero vuelve a señalarme la puerta. ¿para qué pago un instituto tan caro y encima me saca de la clase?

Resignada tomo mis cosas y me marcho, a mis espaldas escucho los murmullos de los demás y como la Bru...profesora la manda a callar.

Me siento en el piso. Saco mi libreta para dibujar, mis auriculares y que se joda el resto del mundo. Me concentro en dejar que mis manos plasmen en la hoja lo que a mi imaginación se le antoja.

Cuando dibujo el mundo a mí alrededor desaparece y con ello los pensamientos indeseados, excepto uno y casual mente incluyen a un chico rubio y su violín negro.

Alguien toca mi hombro y me regresa a la realidad. Levanto la vista y me encuentro a una chica castaña que me habla, no la escucho por los auriculares pero ella parece no notar que los traigo puesto y sigue hablando.

Sonrió y me quito un lado.

- Disculpa, no te escuche. Los llevaba puestos.- Levanto los auriculares y se los muestro.

- Lo lamento, no lo note.- ríe un poco.- la clase ya termino y la profesora me pidió que te diera esto y que lo presentaras en la dirección.- ¿tan rápido termino la clase? Deberás que me concentre.

- Gracias, no me di cuenta.- ella sonríe

- Lo note.- me ofrece su mano para ayudarme a levantarme y la acepto.

- Creo que ya no siento mis piernas.- ella ríe un poco.- ya no tengo circulación.- me quejo mientras siento como la sangre vuelve a correr por mis piernas y un calambre me invade. Ella solo ríe discretamente.

- ¿Quieres que te acompañe a la dirección?- se ofrece.

- ¿no será mucha molestia?

- Para nada, pase usted.- hago un ademan con la mano para que pase primero.

- Después de usted. - ambas reímos por nuestra pequeña interpretación de doña Florinda y el profesor Girafales del chavo del 8

- ¿cómo te llamas?- le pregunto.

- María.- me ofrece su mano y lo estrecho.

- Soy Amely, seguro ya lo sabes.

- Obvio, eres la nueva. Todos saben tu nombre.- esta chica es agradable.

Caminamos hasta llegar a la dirección y María, me espera afuera.

La secretaria me recibe y le entrego la nota con mi falta, ella enarca una ceja.

- ¿Qué paso Amely?- pregunta.- ¿no es muy pronto para faltas?

- Soy rebelde.-bromeo y ella lo entiende.

- Ya veo. Bueno la directora no está, así que tomaras esto como una advertencia de posible castigo y prestaras atención ¿okey?

- Se lo prometo.- ella sonríe y guarda la nota.

- Ya puedes irte, pero que no se vuelva a repetir.- me advierte.

- Está bien.- me despido de ella y salgo de allí.

En la puerta me encuentro a María, que me espera.

- ¿Te puso castigo?- pregunta.

- Me dio duro con una regla y me dejo ir.- su rostro palidece

- ¿de verdad?- pregunta preocupada.

- ¡No! Era broma.-ella me mira con reproche, mientras yo me parto de la risa.

- ¡Con eso no se juega!- me reprende. Pero no le dura mucho porque se une a mi contagiosa risa de foca. Es que hubieran visto su cara.

- ¿No tienes alguna clase a la que ir?-pregunto mientras caminamos por el pasillo

- Sí, pero si voy ya no me dejan entrar.- responde.- Además no tenía ganas de entrar.- se encoje de hombros.

- ¿A mí tampoco me dejaran entrar?- pregunto. Ella niega con la cabeza.

- ¿Y qué haremos? Esa era nuestra última clase.-pregunto.

- Podemos irnos.-sonríe. Y yo que pensé que era una niña buena.

- ¿Dónde?- pregunto interesada. Soy rebelde, se los dije.

- No sé ¿al centro comercial?

- Oh... que malotas somos.-ironizo

- ¿Y qué propones?- pregunta

- Está bien, vamos allí.- se emociona.- Ganas por que no conozco la ciudad.- ella ríe.

- Disfrutare mi victoria.- niego divertida. Me caería bien una amiga



UNIDO A TI (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora