- ¿pueden guardar silencio un minuto?- pregunta la bruja (mamá) mirándonos con desagrado.- me duele la cabeza.
- No sea tan aburrida Eli, deja que se diviertan.- dice mi padre
- Pueden divertirse cuando lleguemos Daniel.- se gira hacia nosotros.- hagan silencio, me duele la cabeza.- mira a Tristán y luego a mi.- pueden gritar todo lo que se les antoje cuando lleguemos.- vuelve a sentarse bien en su lugar.- pero lejos de mi.- dice mientras se pone sus lentes de sol.
- Lo lamento señora, es que me emociona viajar con ustedes.- responde Tristán, con fingida inocencia. Admito que me estoy conteniendo la risa.- ¿y por qué se mudaron?- pregunta de pronto.
- ¿no crees que preguntas demasiado?- habla Ángelo por primera vez en un buen rato.
- la curiosidad es mi pecado.- le sonríe. Ángelo, bufa y vuelve su vista a la ventana.
- Negocios.- le responde mi padre.
- Ah.- solo dice eso y pasamos un buen rato en silencio.- ¿y es definitivo?- hasta que vuelve a hablar.
No puedo evitar sonreír, su espontaneidad me hace gracia.
- Hasta ahora lo es.- respondo, el me mira y sonríe.
- ¿y te gusta la ciudad?- pregunta en un volumen más bajo, haciendo nuestra conversación privada.
- Está bien.- me encojo de hombros.
- Ya veo.-responde.- ¿estás bien?- me susurra. Volteo a verlo y noto lo cerca que estamos, él pone un poco de distancia.
- Si, solo un poco cansada.- le sonrió para quitar importancia al asunto.
- Si quieres dormir puedes apoyarte en mi hombro.- me muestra sus músculos.- toca.- me sonríe.- te gustara.- no puedo contener la carcajada que brota de mí
- Ya quisieras.- le respondo.
- Tal vez.- se acerca más.
- Saben.- habla Ángelo.- creo que estoy comprendiendo tu miedo por las ventanas.- dice.- creo que deberías volver aquí y yo ahí.
- Estas grande Ángelo, lo superaras. - dice Tristán
- Puede ser, pero lo superare desde el medio.- se desafían con la mirada. Momento de intervenir Amely
- Creo que ambos están grandes, ya dejen de moverse.- los reprendo.
- La chica ha hablado.- Tristán, se encoje de hombros.
- Mi chica.- lo interrumpe Ángelo
- No le veo tu nombre escrito.- le susurra Tristán.- o la orinaste y yo no lo estoy oliendo.
Abro los ojos como platos, no me lo espere. Ahora Tristán, ya no parece tan sonriente y menos si pone cara de desafío.
- Yo no soy de nadie, ya cállense.- me levanto del asiento.- muévete hacia el otro lugar Tristán.
- Pero la ventana meda...- lo miro muy mal y se calla.
Me doy vuelta para sentarme mientras que él se mueve, pero el auto sube una colina que me hace perder el equilibrio y caer hacia atrás. Unos fuertes brazos me atrapan y me sientan en su regazo, me volteo para ver su rostro y él me sonríe (es demasiado risueño) siento mis mejillas arder y mi corazón palpitar muy fuerte.
Aun en su regazo él nos mueve hasta mi anterior lugar, luego me toma de la cintura y me baja hacia el otro asiento. Vuelvo mi vista hacia el frente y veo como papá nos mira por el retrovisor pero solo sonríe y no dice nada. En estos momentos agradezco a la vida que mamá este dormida, porque estoy segura que armaría un alboroto.
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