Un peso muerto que cae de pronto sobre mi estómago, abro los ojos sorprendida por el brusco despertar, no me muevo y bajo lentamente mi vista hasta el lugar. Un brazo se envuelve y me estruja como si fuera una almohada, me fijo más y noto unas perfectas uñas que comienzan a rasguñarme. Levanto la mano y me arrastro fuera de la cama, una vez levantada veo a María tantear la cama hasta encontrar la que era mi almohada y aferrarse a ella como una boa constructora a su presa... creo que exagero.
Me froto los ojos y me fijo en mi ambiente, el lugar donde estoy ¿Dónde estoy? Estudio el lugar con la mirada, miro hacia el suelo y noto un bulto que se mueve bajo unas sábanas.
Me inclino lentamente y levanto la punta de la sábana blanca, descubro a Dylan bajo de ella, luce tierno durmiendo, sin remera y con el cabello revuelto, vuelvo a taparlo y hago equilibras para no caerme por él ni despertarlo.
Un poco más alejado de Dylan hay otro colchón y otro bulto bajo las sabanas, sonrió y me acerco. Me recuesto a sus espaldas y lo abrazo por la cintura, reposo mi barbilla en su hombro y espero a que despierte. Reparto besitos en su cuello hasta que se mueve un poco y despierta, se mueve hasta darse completamente la vuelta y abrasarme de frente.
- Te despertaste.- dice.
- No, soy sonámbula.- juego y me abraza mejor.
- Hasta sonámbula eres sarcástica.- dice y lo escucho reír.
- Ahora soy un zombi.- le mordisqueo el hombro y se mueve como una sanguijuela mientras ríe.
- Aush.- una almohada voladora impacta por mi espalda, nos volteamos y vemos a Dylan en el suelo levantar su mano hasta la cama, donde María choca con el los cinco y vuelven a voltearse a dormir, miro a Tristan.
- Vámonos de aquí.- dice y comienza a levantarse, me acomodo mejor mientras él se levanta completamente y me mira desde arriba.- Vamos.- me tiende una mano y la acepto.
- ¿Qué desayunaremos?- le pregunto mientras salimos del cuarto.
- Podemos preparar algo.- se encoje de hombros. Por el camino observo que estamos en una casa... ¿Qué casa?
- Reformulo mis prioridades... ¿Dónde estamos?- ríe.
- En la casa de fin de semana.- ladeo el rostro confundida.
- ¿Cómo llegamos aquí?- pregunto.
- Pues consientes no.- ríe
- No bromees Tristan ¿Por qué aquí?- juntos llegamos a una cocina.
- ¿no recuerdas?- me mira extraño
- No, bueno no funciono sin un café.- sonríe y se voltea a preparar café mientras trato de recordar.
Recuerdos de la noche anterior, divirtiéndonos en la fiesta llegan de apoco, pero no haber planeado venir aquí.
- Ciento que saldrá humo por tus orejitas.- lo miro mal.
- No recuerdo haber llegado aquí.
- Estabas muy cansada.- deja frente a mí una taza de café.- Y tu amiga muy ebria.- termina y se sienta frente a mí, en la mesada de la cocina.
- Yo no bebí.- recuerdo.
- Eso no impidió que te durmieras en el auto mientras dábamos algunas vueltas.- sonríe, acerca su taza a sus labios y le da unos sorbos.- Con Dylan creímos que sería divertido pasar el día aquí.- Sigo el movimiento de sus labios... lucen muy bien.
