Tristan estaciona su flamante auto frente a mi casa, luego de almorzar y dar vueltas por la ciudad mostrándomelo todo (al final después de tantas propuestas de guías, el termino mostrándome la ciudad) pedí que me trajera a casa, por más que desearía quedarme con él, sé que es tarde y puede que mis padres lleguen temprano (no lo creo) pero mejor asegurar que lamentar todas las explicaciones que deberé dar.
- ¿quieres pasar?- pregunto
- ¿Qué si quiero pasar más tiempo con mi preciosa novia? Claro que quiero.- volteo los ojos pero no puedo evitar sonreír.
- Creo que en un mes dependeré de insulina.- él se hace el ofendido.
- ¿Sabes que hieres mis delicados sentimientos, verdad?
- Oh... pobre chico sufrido.- me acerco y beso su mejilla.- ¿tu novia te maltrata?- pregunto en un tono meloso. El asiente con la cabeza como si fuera un niño.
- Mi novia es mala.- se queja. Sonrío cuando me agarra de la cintura y me desliza sobre su regazo.
Pronto me encuentro sentada sobre su regazo, con mis brazos enredados en su cuello y con su intensa mirada detallando cada parte de mi rostro.
- ¿quiere pasar?- pregunto. El niega
- Estoy cómodo aquí y así.- me asegura.
- ¿de verdad?- susurro en su oído y vuelvo a mirarlo.
- Soy más cómodo que cualquier asiento.- asegura.
- Ni tanto, no estás muy acolchonado.- juego.
- Es que mi estructura es muy sólida.- me pongo roja por su comentario pero no puedo evitar que una risotada se me escape y a él también.
- No sirves para decir cosas sexys.- comento luego de recuperarme del ataque de risa.
- No imaginas lo sexy que soy.- dice totalmente convencido de sus palabras. Yo niego.
- Tal vez, pero cuando hablas se termina el encanto.
- ¿Osea que si estoy callado soy sexy?- pregunta enarcando una ceja.
- Y cuando haces caritas tiernas.- completo.
- ¿Cómo está?- hace un pucherito con los labios y rio
- ¡oh... alerta de chico sexy en el auto!- el sigue haciendo pucheritos y bate sus pestañas.
No aguanto la tentación de apretar sus cachetes y le doy un pequeño pico en los labios, luego vuelvo a soltar su cara y entrelazar mis brazos en su cuello. Él sonríe picaron y me roba otro y otro por mis mejillas, la punta de mi nariz, otro en el lóbulo de mi oreja y otro en mi cuello hasta que vuelve a subir a mis labios y me besa, pero ya no solo pequeños besitos.
Mueve sus labios sobre los míos suavemente, por unos segundos no reacciono por la sorpresa hasta que me encuentro a mí misma correspondiéndole. Primero conociéndonos y luego reconociéndonos porque cada vez es mejor, más urgente, mas correspondido, más... perfecto.
Nos detenemos solo segundos a tomar aire para luego seguir, me acomodo mejor en su regazo y un fuerte bocinazo nos separa bruscamente. Miramos a todos lados hasta que nos damos cuenta que es el de su auto, creo que toque la bocina sin notarlo. Ambos nos miramos y reímos.
- No podemos dar este espectáculo frente a mi casa, hay cámaras.- le recuerdo.
- Y mis vidrios están polarizados.- rio un poco.
- Pues tus vidrios son muy útiles.- el ríe.
- Le daremos un excelente uso.- No puedo evitarlo, todo lo "sexy" que dice es muy simpático.
