La cena se torna agradable, ambos hermanos son divertidos... nuestros padres al perecer se llevan muy bien, es raro encontrar personas que toleren así a mis padres.
De vez en cuando termino encontrándome con la mirada de Tristan, la de Dylan no incomoda pero la de Tristan es intensa, me da un poco de pena.
- ¡Amely!- me llama mi madre, la miro.
- ¿Sí?- pregunto.
- Sophia, te habla.-aish
- Discúlpeme ¿que decía?- pregunto con cortesía ¿se nota mi cortesía verdad?
- ¿Que si te gusta la idea del viaje?- pregunta.
- Eh?- ¿Qué viaje?
- Ella no estaba escuchando.-dice Dylan.
- Oh... bueno estamos planeando un viaje en yate, los chicos llevaran a sus novias y tú puedes llevar a un amigo.- ¿los chicos tienen novia? Parecía que no.
- Yo no tengo novia.- se apura a decir Dylan. Sophia hace un gesto de confusión.
- Pero... ¿Tamara no era tu novia?- A Dylan se le borra la sonrisa y ahora es Tristan el que parece entretenido.
- No.- se apura en decir. Su madre parece no entender las miradas que le manda su hijo para que se calle.
- Pero si la vi aye...- no termina de hablar porque él la corta.
- Olvido algo y paso por ello.- se excusa y me mira. Ni que yo te fuera a reclamar algo amigo.
- Seguro estaba muy perdido, por que tardaron horas en encontrarlo.- murmura Tristan, yo quiero reír pero me contengo.
- Cállate.- le advierte a su hermano.
- Basta.- les advierte el señor-
Si hay alguien que no quiere reír es el aludido, que mira de una forma muy amenazante a Tristan, seguro Dylan en su mente lo está asesinando con el tenedor.
- ¿Cuándo iremos?- pregunto para cambiar de tema.
- El fin de semana.- responde mamá.
- Recuerda que puedes llevar a alguien.- me dice Sophia.
El resto de la cena transcurre tranquila, entre planes, etc.
Luego de unas horas todos se van, yo subo a mi habitación a intento dormir, pero el sueño nunca llega.
Mis padres ya fueron a dormir, bajo a la sala dispuesta a ver televisión cuando mi celular suena con una llamada entrante. Ver su nombre en la pantalla me sorprende pero respondo.
- ¿Te desperté?- pregunta apenas contesto.
- No, tengo insomnio.- lo escucho suspirar. No dice nada por un largo minuto, sé que está ahí por que oigo su respiración.
- ¿Cómo estás?- me pregunta.
- Bien, me acostumbrare.
- Amy.- dice.
- ¿Qué pasa Ángelo?
- No puedo con el trato convenido.- afirma.
- Es lo mejor.- respondo mientras camino hasta el sofá y me acuesto en él.
- No! ya lo pensé una y mil veces, te extraño. - afirma. - ¿puedo ir a verte? -pregunta
- ¿Y la lista de razones donde enumeraste todas las negativas de estar en contacto?
- Se fueron.- lo pienso un poco. Lo extraño, no puedo desligarme de todo de un día para el otro.
- ¿Cuándo vendrás?
- Lo antes posible ¿puede ser el fin de semana?- pregunta.
- Estaremos de paseo, puedes venir si quieres.
- A donde sea.- afirma. Creo ver su hermosa sonrisa asomándose.
- Nos vemos.- lo despido
- à bientôt mon amour.- se despide. Ya hablaremos de las demostraciones de afecto luego.
Corto la llamada y busco el control del televisor, paso y paso canales hasta que uno llama mi atención, una película mejor dicho. Por alguna razón el protagonista me recuerda a Tristan... su carisma... su misterio... su... ¿qué estás pensando Amely? bueno, hay que admitir que es guapo, es intrigante y musculoso, su cabello es genial ¿Qué shampoo usara? Se nota sedoso.
También es simpático, me gusto como molesto a Dylan, bastante original... pero todo eso no quita lo desubicado, no debió entrar así a mi habitación... duermo horrible y el me vio, que pena.
Resignada a que no veré la película, apago el televisor y me levanto, subo la escalera y camino hasta mi habitación, luego hasta mi cama y me acuesto en ella, fue un día muy largo.