En un momento de silencio observo a Tristan de una forma más detallada, más profunda, buscando alguna respuesta... lo noto entretenido llenando las copas con champaña.
La espuma del agua de la bañera le llega al pecho, su cabello luce castaño por el agua, recuerdo cuando se lo lave... ¡fue genial! Por qué lo de secarlo no funciono, tal vez en un rato vuelva a intentarlo.
Mi análisis de él en realidad no es un análisis, entenderlo es difícil, parece una persona fácil de entender pero para mí es tan difícil de leer, predecir, nunca se lo próximo que hará.
En ocasiones pienso que él tampoco lo sabe, no sigue patrones, es espontaneo, creo que eso es lo que más me gusta de él.
Cuando yo hare o diré algo suelo meditarlo (no siempre, cometo imprudencias gracias a esta lengüita) pero por lo general sí. En cambio él es impredecible, comienzo a creer que eso es lo que me enamoro de él... espera... ¿me enamore? ¿Es muy rápido? ¿Acaso importa? Por supuesto que no, no me importa y tampoco temo hacerlo, él es un punto seguro en la inconstancia de mi vida.
A veces me pregunto qué será lo malo de él, nadie es tan perfecto, al menos en mi vida y entorno nadie lo es... nadie nunca me había querido ni tratado como él. Siempre de una forma desinteresada hacia lo que tengo y enfocada en lo que soy, en lo que puede dar mi ser... en mi amor. Lo cierto es que cuando quieres a alguien es imposible encontrarle algún defecto.
No soy perfecta, cometo errores y suelo ser fría... me sorprende que una persona tan... no es como decirlo... ¿cálida? Si, cálida se fije en mí.
Sé que esto va más allá de lo físico que puede encontrar en mí, por alguna razón sé que le gusta como soy...
- No pienses tan lejos. - su voz me trae de regreso.
- No podría estar más aquí de lo que ya estoy. - bromeo, él sonríe de lado y le da un trago a su copa. Me acerco más a él y me meto entre sus brazos, él apoya su mentón en mi hombro mientras dibuja círculos en mi vientre bajo en el agua.
- Sabes... amo mi dije. - busca mi mirada y luego baja la vista al collar que me regalo.
- Tengo buen gusto. - alardea lo cual me hace sonreír. - Casi lo olvido, tengo algo más.
- ¿algo mas?- pregunto.
- Algo así. - explica. sin pudores ni decencia me aparta y se levanta de la bañera para salir.
- ¿Oye que haces? No puedes...- desaparece tras la puerta sin escuchar lo que lo decía y sin ropa, bueno no es que me queje demasiado, no es algo que ya no haya visto.
Pasan algunos minutos en lo que me dedico a mirar la espuma de la bañera, cuando vuelvo mi vista a la puerta lo veo entrar con una mano tras su espalda.
- ¿Es enserio? Te hicieron fotoshop. - ¿Cómo es tan guapo? Parece de otra especie y justo en medio de mi baño.
- Ya puedo entrar al agua. - pregunta.
- Tú podrías entrar en cualquier lugar si andas así por la vida. - comento mientras le doy un trago a mi copa.- Tal vez deberías esconder otra cosa. - bromeo.
- Así está bien. - dice al tiempo que se mete a la bañera justo frente a mí, curioseo un poco para ver que oculta.
- ¿Qué traes ahí? - pregunto.
- Cuando lo corte aún estaba bien. - aclara.
- ¿me la mostraras? - Saca la mano escondida y en ella veo un tallo largo de lo que parece haber sido una flor, solo queda el centro y sin hojas. - no entiendo el mensaje. - comento confundida.