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Tristan mantiene los ojos cerrados, hace expresiones como si él estuviera tocando el violín y no solo lo estemos escuchando, frunce el ceño, se mueve ligeramente cuando la música cambia a notas más suaves, mueve sus manos al ritmo de la música que escuchamos, movimientos lentos y luego rápidos una concentración absoluta. Llevamos casi una hora reproduciendo su lista de canciones, todo un clásico el chico (no les voy a mentir, estoy por dormirme pero verlo a el disfrutarlo tanto me mantiene entretenida)

- ¿y ellos quiénes son?- rompo el silencio. El me mira y esboza una sonrisa avergonzada.

- ¿De verdad no sabes quién es?- lo pregunta con tanto asombro, como si no se creyera que no los conociera.

- Es Capricho 24 de Paganini- dice como si fuera lo más maravilloso.- Es mi favorito... me encanta.- ya sé que escuchar para dormir.- ¿no lo conoces?- niego.- ¿Que te gusta a ti?

- Me gusta el reggaetón.- me encojo de hombros. El me mira como si esperara la broma pero no llega.

- ¿lo dices enserio?- pregunta asombrado. Me encojo de hombros.

- Un día te arrepentirás de no haberla movido por hacerte el clásico.- lo apunto con mi dedo y el ríe. Se acerca a mi dedo y le da un besito en la punta.

- Eres mi naca favorita.- lo golpeo en el pecho y el ríe con más ganas.

- Hablando en serio... me gusta las músicas liricas italianas y el pop lirico también en italiano.- suspiro.- las amo

- Eso sí me gusta más, pero son muy gritones.- hace una mueca.

- Y los tuyos aturden.- me quita el lado del auricular que compartíamos.

- Eso fue cruel...

- Tú también aturdes.- él se toca el pecho y se sienta mejor en el sofá.

- ¿acaso nuestra relación se basara en conflictos?

- ¿Qué relación?- pregunto inocentemente.

- Aush... eso dolió.

- Eres un exagerado.- me levanto del sofá.

- ¿Dónde vas?- pregunta.

- A la cocina, las galletas ya deben estar.- él también se levanta y me sigue hasta la cocina.

Con una guante saco las galletas del horno y las coloco en un plato frente a mi acompañante, él toma una y hace malabares por la temperatura.

- Te vas a quemar.-rio. El deja la galleta y me mira.

- ¿de verdad puedo quemarme si están calientes?- pregunta con sarcasmo y luego me sonríe. Le arrojo el guante de mi mano y el ríe mientras vuelve a tomar la galleta y llevársela a la boca.

Observo como la aproxima a su boca, observo también sus perfectos dientes blanco, el saboreando la galleta, como pasa su lengua por una esquina de sus labios... sus perfectos labios (deseo ser esa galleta)

El ladea la cabeza y me mira con confusión.- ¿Qué piensas?- pregunta. Oh... nada importante, solo buscando formas de sustituir a la galleta.

Niego con la cabeza.- En nada.- le sonrió.

No puedo disimular la sonrisa traviesa que se dibuja en mi rostro por lo indecoroso de mis pensamientos, así que me volteo para buscar algo de tomar, cuando ya lo estoy sirviendo escucho a mamá llamando mi nombre.

- Amely... ya llegue.-se escucha un poco lejos.- ¿Dónde estás?- ya la escucho más cerca. Regreso con las bebidas a la mesa y le tiendo una a Tristan.

UNIDO A TI (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora