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Cuando llego a la habitación, cierro con seguro (para que nadie moleste) tomo mi mochila y saco las prendas que me pondré luego de bañarme.

Tomo una toalla, mas mi bolsa de aseo y me encierro en el baño. El agua caliente cae en una fuerte cascada limpiando mi cuerpo, paso la esponja por cada parte de mi cuerpo eliminando así toda posible suciedad, luego de un rato decido que ya es hora de salir.

Con una toalla alrededor de mi cuerpo y otra en mi cabello salgo del baño y me aproximo a la cama donde deje mi ropa.

Me decidí por un vestido veraniego color blanco con diseño de pétalos de rosas por todos lados, ajustado hasta la cintura y luego más suelo en la parte de abajo. No es ni muy corto ni tan largo, seco, peino y aliso mi cabello para luego sujetarlo en una ajustada cola (hace calor para tenerlo suelto) me calzo unas sandalias blancas con plataforma y me maquillo un poco.

Cuando estoy lista y me gusta mi reflejo, tomo mi celular y salgo de la habitación. Lentamente bajo las escaleras y me acerco a la sala donde antes deje a Dylan, quiero comprobar que esté bien.

Lo encuentro en la misma posición en que lo deje, pero con la diferencia que ahora duerme plácidamente. Los grandes ventanales están abiertos y por ella entra un suave pero cálido viento de afuera, las cortinas blancas transparentes se mueven suavemente cuando el viento entra al lugar.

Me siento a su lado y palpo su frente para ver si no tiene temperatura o algo, cuando compruebo que está bien me aparto un poco más y saco mi celular para pasar el tiempo. Mientras los minutos pasan, no puedo evitar preguntarme donde están mis padres. Creo que no los veo desde el mediodía (no es que me queje, por la falta de su presencia) en ese preciso instante escucho las voces del grupo de adultos acercarse, hasta que entran.

Un grito de horror me sobresalta, Sophia con una mano sobre su pecho y otra en su boca ve con espanto a su hijo plácidamente dormido a mi lado y luego a mí.

- ¿Qué pasa Soph...?- la voz de su esposo se escucha hasta que el también entra en el lugar. Primero mira a su hijo y luego a mí. Sophia parece reaccionar y se acerca rápidamente a su hijo, su esposo también

- ¿¡Mi amor que te paso!?- se acuclilla frente a Dylan y este despierta al instante.

- Piso un erizo de mar cuando estábamos en la playa.- le informó. Sus padres me miran.- le quitamos la púas y desinfectamos la herida, creo que está bien.

- ¿crees que está bien?- bufa.- ¿y por qué nadie nos informó de nada?- ¿acaso escucho un reclamo? Yo cure a su hijo señora

- No fue hace tanto, y el parece estar bien.- le respondo. Ella toca por todas partes el rostro de su hijo y luego me mira.

- ¡Tiene fiebre!- me reclama.

- No la tiene, acabo de comprobarlo.- le respondo un poco a la defensiva por la forma en que me habla.

- ¿y tú qué sabes de esto...?- iba a agregar más pero su esposo e hijo la callan.

- Cálmate Sophia, no le hables así.- me defiende el señor.

- Estoy bien mamá, Amely me curo.- le informa Dylan.

- Pero no creo que sea suficiente, debe verte un doctor.- dice acariciando la mejilla de su hijo. Ni que le hubiera mordido un tiburón.

- Mamá no exageres, estoy bien.- se queja Dylan, apartando la mano de su madre con disgusto. Luego me mira a mí y veo un poco de vergüenza en su rostro, pero rápido aparta su mirada. Sonrió disimuladamente para que no me noten y me levanto del sofá.

UNIDO A TI (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora