Abro la puerta de mi habitación, dejo mi mochila en la alfombra y me acuesto en mi cama. Necesito dormir, el viaje de vuelta a casa fue tenso. Sophia me lanzaba miradas frías y Ángelo asesinas, sumémosle que mi mamá sospecha que volvimos a discutir y no me mira muy distinto que los dos primeros.
Papá y el señor Frank, parecen a gusto mientras charlan sobre negocios y bla bla bla. Dylan se quedó dormido en el asiento junto al mío en el yate (específicamente mi hombro) cabe destacar que ya no sentía mi brazo, pero me sentí relativamente mejor de tener a alguien que no me mire mal ni se moleste conmigo (no importa que este dormido.) Los calmantes y antinflamatorios que le di surgieron efecto.
Por otro lado, Tristán también estuvo a mi lado, hablamos y reímos mucho (el no miraba con buenos ojos a su hermano y me ofreció quitármelo de encima más veces de lo que se pueden imaginar, pero solo lo rechace) puso una película en su tableta y la vimos juntos (eso me hace sonreír) su compañía me da calma.
En un momento Dylan se puso más cómodo y poso su cabeza en mi regazo, eso ya no le agrado a Tristán y lo despertó. De mala gana el aludido se levantó y miro la película con nosotros.
Cuando llegamos al puerto nos dividimos y el viaje de vuelta a casa se sintió eterno, Ángelo no me hablaba (no es que yo quisiera hablar con él) Lo ignore olímpicamente, lo que dijo me molesto y sobre todo me dolió, yo jamás jugaría con sus puntos débiles solo para hacerle daño.
Jamás puedes confiar del todo en una persona, las lealtades son completamente temporales, nada es eterno y ningún amor es tan puro.
En fin, cuando llegamos a casa él se despidió de mis padres y se subió a su auto para marcharse sin siquiera volverse a mirarme. Verle marchar fue como si una gran capa pesada en mis hombros se deslizara lentamente por mi cuerpo hasta caer al suelo.
A veces sin darnos cuenta estamos llevando una carga, un sentimiento o un pesar hacia alguien que hace nuestro cuerpo pesado, pero no es hasta que nos liberamos de ella que nos damos cuenta que la llevamos.
Fue un sentimiento muy... agridulce. Agrio porque alguien que quiero se fue y dulce porque su presencia ahora solo me hacía daño.
Ignore a mamá que me preguntaba que paso, por eso él se fue así y sus múltiples quejas que fueron apagándose a medida que me alejaba de ella y subía las escaleras para encerrarme en mi habitación.
Apague las luces, corrí las cortinas y deje mi cuarto en penumbras. Prendí el aire acondicionado en el nivel más bajo para que haga mucho frio y me acurruque entre mis suaves sabanas. Adiós mundo real, me largo a la inconciencia
El sonido de un fuerte rayo me despierta, la lluvia es tan intensa que me impide seguir durmiendo. Intento volver a dormir pero ya no puedo, mi estomago ruge será mejor que coma algo.
Tomo mi celular y me levanto, camino con desgana hasta la puerta y salgo de mi habitación.
A paso lento y sin hacer ruido bajo las escaleras, toda la casa está en completa oscuridad así que ilumino mi camino con la linterna del celular.
Okey Amely, un pasito, exploración de terreno con el otro en busca del escalón, perfecto ahora otro más. Así sucesivamente termino de bajar las escaleras (aun no me acostumbro a la casa y tanta oscuridad en combinación con las dimensiones desmesuradas del lugar, da un aspecto terrorífico) camino despacio por la casa, ya casi llego a la cocina, veo el portal de la cocina, pero un pequeño rayo de luz del pasillo que desvía hacia el despacho de papá, llama mi atención ¿se le olvido apagar su lámpara?
Desvió mi camino y me acerco, la puerta está entre abierta así que me acerco un poco más a paso decidido, pero unos sollozos silenciosos me detiene a medio paso de abrir la puerta y casi caigo (mi torpeza es natural y no ensayada por desgracia) con una súper maniobra que ni se imaginan, recobro el equilibrio. Los sollozos son silenciosos, quiero asomarme a ver pero sé que con mi suerte me vera. Busco mi celular y lo dejo en cámara frontal, me arrodillo en el piso y meto mi celular por la esquinita, busco el lado correcto hasta que por fin enfoca y puedo ver claramente.