- ¡Dos vueltas más y a la ducha chicas!- grita la profesora de deporte. Me concentro en terminar las dichosas dos vueltas más, siento que se me saldrá el corazón por la boca con una vuelta más. Unas chicas que ya solo les falta una vuelta me pasan y apresuro el paso para alcanzarlas y estar a su ritmo, cuando ellas paran en la meta a descansar me coló con ellas.
Afortunadamente la profesora no noto mi pequeña estrategia así que me siento en una banca a tomar mi agua, ni loca daba una vuelta más. Bebo de mi agua tranquilamente y con una toalla seco mis gotas de sudor (no tienen idea del calor que hace) y ser rubia no ayuda mucho, de seguro me veo como un tomate... que mal.
Las risitas nada disimuladas de un grupito de chicas cuando pasan frente a mí me desconcierta, ambas chicas me miraron y siguieron murmurando, las ignoro y me levanto de la banca para escuchar el anuncio de la profesora.
- Reúnanse chicas, quiero darles un informe.- muchas nos acercamos y otras solo se quedan sentada.- ¡la clase también es para ustedes señoritas!- las que estaban sentadas rápidamente se levantan y se acercan.- Como les decía, el equipo de vóley abre sus inscripciones como cada año, todas las que deseen unirse deben hacer la pequeña audición que será...- dejo de escucharla porque la verdad... el deporte no es lo mío y me concentro en algo que aparentemente ya es mío.
Los chicos del equipo de futbol están calentando para su entrenamiento, según lo que se competirán este fin de semana contra otro colegio y Tristan jugara.
Esta reunido con su grupo de amigos mirando hacia aquí y parece buscar algo... esperen ¡me busca a mí! Cuando me ve me sonríe y me guiña un ojo... es precioso. Aparto mi rostro cuando recuerdo que estoy un desastre y no quiero que crea que este rubor extremo es por él.
- ¿entonces entendieron todo?- pregunta la profesora y todos asienten así que yo también lo hago.- vallan a las duchas señoritas.
Voy directo a las bancas para tomar mi bolsa de deporte y me apresuro a las duchas, por el camino muchas me sobrepasan y bueno, no alcanzo ni una. Me siento a espera que alguno se desocupe y busco mi celular entre mis cosas.
Tengo un mensaje de María diciendo que la llame, así que eso hago.- hola.- contesta.
- Hola ¿Qué paso?- pregunto.
- No te imaginas el hermoso vestido que está en tu cama.- dice emocionada.
- ¿de verdad? Mándame una foto.- ¡ropa nueva, genial!
- Ya te la mando ¿Qué haces?- pregunta.
- En clase de deportes esperando que algún cubículo se desocupe, estoy horrible.-ella ríe.
- Odio esos cubículos, bueno seguiré mi trabajo de eslava, nos vemos.- se despide.
- Adiós cenicienta.- juego y la escucho reír antes de colgar.
Me asomo y noto que ya hay muchos desocupados, tomo mi bolso y lo dejo en la puerta cerca mío mientras me desvisto y entro a la ducha, el agua limpia mi piel y pronto me siento mucho más fresca, enjuago mi cabello varias veces y quito todo el jabón de mi cuerpo.
Cuando termino me envuelvo con una toalla que deje y busco mi bolso para cambiarme pero no lo veo por ningún lado... tranquila Amely no entres en desesperación. Busco la ropa sucia pero tampoco la encuentro por ningún lado, salgo de los cubículos con mi toalla bien aferrada a mi cuerpo. Cuando comienzo a desesperar muchas risas a mí alrededor me hacen dejar mi búsqueda y concentrarme en que pasa.
- ¿buscas esto Barbie barata?- muy a mi pesar la dueña de esa horrible y chillona voz es de la tal "caro"
- Devuélveme mis cosas ahora.- todos las demás a su alrededor ríen con más ganas.
