"Hablan del dolor de un corazón roto... pero me duele el cuerpo entero."
La melodía de mi celular me sorprende justo cuando me voy a llevar nunca papa a la boca, lo agarro con mi mano libre, feliz por la grata coincidencia contesto.
- ¿Madison? – sonrío.
- Hola amiga. – contesta desde el otro lado. – ya que la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
- Si, lo sé. Pero juro que estas semanas he estado muy ocupada. – me excuso.
- Lo entiendo, por eso estoy aquí.
- ¿aquí? – pregunto y miro a mi alrededor.
- Probablemente no donde estés ahora, no creo que te encuentres en el aeropuerto.
- ¿Dime que estas donde estoy pensando?
- No sé qué piensas.
- ¿Estás en la ciudad?- pregunto
- Sí. – eso me hace sonreír.
- ¿Dónde estás? – pregunto ansiosa.
- En el aeropuerto
- ¿quieres que valla por ti?
- No, ya tengo medio de transporte ¿nos vemos en tu casa?
- No, no estoy ahí y no quiero volver. – comento. – estoy en un lugar de comida rápida.
- Está bien, mándame la dirección.
- Ya lo hago... y madison, eres la mejor. – la escucho reír
- Lo sé. – termina y corta la llamada.
Contemplo mi plato de papas como si en ella encontrara soluciones... y bueno no los encuentros, así que me las llevo a la boca mientras envío a madison mi ubicación.
Luego de un largo rato en las redes sociales y varios vistazos a la puerta, una cabeza naranja ingresa. Levanto la mano y la muevo hasta que ella lo nota y camina hacia a mí, siempre con el paso tranquilo y desestresado que la caracteriza.
- Hola. – la saludo y sonrío, ella hace lo mismo.
- Amely. – besa una de mis mejillas y luego se sienta.
- ¿Cómo estás? – pregunta.
- Bien... creo que ya me estoy adaptando.
- Yo también lo creo, olvidaste que existo. – rio un poco.
- Lo siento, estaba algo ocupada. – sonríe
- Tampoco es un reclamo, me alegra que estés bien. – sonrío incomoda
- Si, lo estoy.- me paso un mechón de cabello tras la oreja.
- ¿ya comiste?- pregunta.
- Y no imaginas cuanto, como por estrés. – ella sonríe y llama a un mesero, él toma su orden y se retira. - ¿Qué haces por aquí?- pregunto.
- Un viaje para des estresarme, ya no soporto a mi madrastra y su hijo.
- Lamento haberte dejado. – ella niega.
- Está bien, lo entiendo.
- ¿y qué piensas hacer?- pregunto.
- De hecho a eso vine, a proponerte algo.
- ¿de qué se trata?- pregunto intrigada
- Te lo diré luego, ahora quiero hablar un poco sobre cómo te adaptaste aquí. ¿ya tienes amigos? – sonrío.