Son las 18:40 pm, me apuro en terminar de arreglarme, luego sigue una fiesta a la que seguro iré. Termino de peinarme y lista, me volteo y observo como María termina de calzarse sus zapatos.
- ¿lista?- pregunto y me dirige una mirada de hastío.
- No me dejas ni calzarme los zapatos mujer.- se queja.
- Es que eres peor que una abuela, no te apuras y ya es la hora.- le resta importancia a lo que digo y acomoda su falda.
- Para lo que de verdad me interesa, estoy a tiempo.- se acerca al espejo y se acomoda el cabello.
- Ya te dije que primero debemos ir al partido.- voltea los ojos, le gusta menos el deporte que a mí.
- No le veo sentido a correr tras un balón.- dice mientras se aplica mascara de pestañas.
- Pff, yo menos y al parecer a mi novio le encanta.- me mira y sonríe picarona.
- Tal vez te enseñe algunas jugadas en la fiesta.- volteo los ojos cansada y me alejo a buscar mi bolso, no quiero que me vea sonrojar.- ¿No lo vas a negar?- insiste.
- No me gusta mentir.- ríe
- A todo esto ¿Quién nos llevara?- pregunta.
- Dylan.- me acerco también a acomodar mi cabello y darme una última miradita.
- ¿tu cuñadito?- sonríe.
- Si, él.- mi celular suena y contesto.- ¿hola?- le hago señas de que es mi "cuñadito"- okey, ya bajamos.- corto la llamada.- Nos espera afuera, apúrate.- camino hasta la puerta y le hago señas para que se apure.
- ¿estoy guapa?- pregunta.
- Estas matadora, ahora sal que quiero serrar.- toma su bolso y sale, cierro mi puerta y le hecho seguro.
Ambas bajamos las escaleras y caminamos hasta la puerta, cuando vamos a salir veo a una sirvienta acercarse apresurada y me detiene en la puerta, ya no tiene puesto el uniforme y lleva su cartera consigo, debe estar por marcharse.
- Señorita Amely, es su padre.- me tiende el teléfono, lo sostengo y ella se despide en señas y sale por la puerta.
- Hola.- saludo lo más cortes que puedo fingir ser.
- ¿hija, como estas?-respiro profundamente, llenándome de paciencia.
- Bien... bien ¿Qué necesitas?- pregunto.
- Solo llamaba pare saber cómo estabas.
- Estoy bien papá, dame un segundo.- tapo el auricular del teléfono para que no oiga.- ve y sube, voy en un segundo.
- Está bien, no tardes.- pide y sale.
- ¿papá?- lo llamo.
- Si, aquí estoy.- dice.
- Bien... ¿Cuándo vuelven?- pregunto.
- Las cosas se están retrasando, surgió una junta nueva para mañana y temo que no podremos volver hasta el lunes, pero si te sientes sola puedo pedir a tu madre que vuelva o puedes venir tú.
- Puedes estar tranquilo, estoy bien, de hecho ahora cenare y veré una película antes de ir a dormir.- miento.
- Eso es genial hija, sabes le...- lo interrumpo.
- Papá, mi película está a punto de empezar... si no te molesta.- me interrumpe.
- No adelante, nos vemos el lunes.- se despide.
- Adiós, pásenla bien.- corto la llamada.
Activo la alarma y también salgo, ya fuera veo el auto de Dylan estacionado frente a la puerta. Camino hasta ahí y subo.
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