Mi padre estaciona el auto frente a la entrada del colegio.
- ¿Pasaras a buscarme?- pregunto antes de bajar.
- No lo sé, tengo un almuerzo de celebración con unos nuevos inversores para la firma.- duda unos segundos.- ¿Quieres venir?- pregunta.
- ¿No molestare?
- No, algunos llevan a sus hijos para que aprendan del negocio.
- ¿Aprenden algo?
- Algunos si, otros parecen que sus padres los tienes atados a la silla.- eso me hace reír.- Tu al menos irías voluntariamente.
- Y por la comida.- aclaro, papá reí.
- Algo es algo.- se encoje de hombros.
- ¿Importa si voy así?- señalo mi vestimenta
- Para mí siempre estas preciosa.- Me da un besito en la frente.- Pero llamare a casa para que te manden un cambio de ropa cuando te busquen y te lleven a la empresa.- lo miro mal.
- Bueno, nos vemos allí.- bajo del auto y lo despido disimuladamente con la mano.
En la entrada distingo a María, parada junto a la puerta muy concentrada en su celular. Me acerco lentamente para sorprenderla por atrás.
- ¿A quién esperamos?- le susurró al oído y ella da un respingo del susto y yo me carcajeo.
- A mi príncipe azul.- dice cuando se recupera del susto.- pero como no llega me conformo con la sapa.
- Ush...- me toco el pecho ofendida.- Tengo sentimientos amiga.
- Entremos antes que sierren y te sigues quejando a gusto dentro.
- Sigo ofendida.- le recuerdo cuando entramos.
- ¿Recuérdame porque me junto contigo?- pregunta. Mando mi cabellera hacia atrás con gesto de diva y ella rueda los ojos.
- Es que soy una hermosura.
- Si Amely, eres una hermosa rubia...- alarga la palabra.- demasiado rubia...
- Obvio.-ella ríe.- Espera... ¡ya entendí! Eres malvada. No soy una rubia hueca si es a lo que te refieres.
- No dije eso.- se defiende subiendo las palmas en señal de paz.
- Si claro...
- Sin dudas es una hermosa rubia.-dice una voz a mis espaldas. Me volteo y veo Dylan con su grupo de amigos
- ¡Pero si el sobreviviente de la mordida del tiburón está vivo!- celebro y su sonrisa desaparece, sus amigos sonríen disimuladamente y uno se aguanta su carcajada muy tarde.- Es broma.- le restó importancia con un gesto de la mano.- ¿Cómo estás?- pregunto
- Mejor...- responde incómodo.
- ¿De verdad te mordió un tiburón?- pregunta mi amiga, que inocente.
- No, era broma.-rio.- Piso un erizo.
- Ah...- la campana suena y todos empiezan a ir a sus salones.
- Nos vemos luego.- se despide Dylan.
- Adiós.- lo despido y me volteo hacia María.
- ¿ya son amigos?- pregunta mientras caminamos hacia el salón.
- ¿Quiénes?
- Tú y Dylan
- Ah, sí. Ósea no de esos súper amigos o cosas así.- le restó importancia.- Solo coincidimos en algunos lugares y hablamos.- me encojo de hombros.- Es amable.