42

94 6 2
                                    

Escucho el sonido de la puerta abrirse.


- Amely, que pasó? - la voz compasiva de María avisa que algo sabe. Madison y yo nos miramos.


- Madison, ella es María - presento - María ella es mi amiga Madison.


- Un gusto - saluda Madison.


- Lo mismo digo... permiso - se adentra en la habitación y cierra tras ella - Sabes, Tristán me llamó para preguntar por ti, sonaba desesperado, quería que le comunique contigo... por eso pensé que te pasó algo hasta que llame a la mansión y dijeron que tú estabas aquí. ¿Estás bien? - pregunta.


- Lo siento María, pero no tengo ganas de hablar de eso con nadie, si gustas luego podemos hacerlo...


- Si claro entiendo, solo dime si necesitas algo.


- Lo agradezco - miro a madi y luego a ella - ¿te molesta si te busco luego?


- Oh entiendo... no te preocupes, estaré en la cocina - avisa para luego retirarse.


- Lindo brazalete - comenta Madison.


- Se lo regalé - aclaro.


- Ya lo imaginaba... una sirvienta no podría comprarse algo tan caro.


- Sigues siendo la misma snop de siempre - comento.


- Sólo fue un comentario, no creí que te molestará - se extraña.


- He cambiado mucho desde que llegué aquí - me encojo de hombros. Ella da una sonora carcajada muy impropio de ella.


- Espera... - hace una pausa en risas - ¿A que te refieres a cuando dices que ya eres la misma que antes? Porque yo no recuerdo que seas amiga de tu servicio. Es más, era mucho que recordaras sus nombres.


- Esa era una muy vieja versión mía que estoy cambiando, al igual que mi forma de comportarse en el colegio y las personas con quién salgo.


- Claro... Al menos ninguno de ellos te engaño en tus propias narices, no sé por aquí, pero allá tenían más clase al menos.


- Por eso te los dejé, todos para ti - Madison sonríe y bebe su jugo.


- No me gustan las sobras - ríe a lo que yo también lo hago, se siente bien recordar como era yo, puede que no todo era bueno pero era una vida más tranquila y menos melancolía y estúpida que esta.


- Ese brazalete me lo regaló un hombre llamado Sebastián, es un empresario joven y muy guapo.


- ¿Y no te gusta porque te asusta ser una novia o esposa florero verdad?


- No es sólo eso, yo siento que amo a Tristán. Dejó de interesarme ese tipo de hombre, pasan unos años y se convierten el reflejo de nuestros padres.


- Debes dejar de dar por hecho todo, confías demasiado en tu intuición y siempre falla. Mírate ahora, soportando escándalos adolescentes de un niño... perdón que te lo diga pero ese chico vive en sus 15. Llevando al cuerno a un almuerzo a plena luz del día y justo cuando tú lo vas a ver. Es un idiota y a parte de eso nada inteligente. Que falta de clase inrrumpir aquí de esa forma.


- De veras jugó bien sus cartas.


- Gestos y cariñitos te los da cualquiera, eres una Mujer y debes comportarte como una.


- Madison lo que pasó no es mi culpa.


- Por supuesto que no, pero si eres culpable de elegir que clase de persona tienes a tu lado. Y el es muy bajo, igual que este lugar y tu querida nueva amiga.

UNIDO A TI (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora