- ¿¡Mamá, viste por ahí mi blusa banca!?- llevo rato buscándola y nada.
- ¡búscala Amely, no molestes!-¿ven cómo me trata? Esa es la madre que me toco.
- ¡Bruja!
- ¡te escuche Amely!
Se preguntaran que pasa, bueno tenemos que salir en 15 min de casa para el paseo en yate con la familia de la amiga de mamá.
Mi celular suena, una llamada entrante
- ¿ya llegaste?- pregunto.
- Si, tocare el timbre.- escucho el timbre sonar. Miro por ultima ves mi reflejo y bajo.
Tomo unas profundas respiraciones antes de abrir, sé que está ahí y eso me deja más ansiosa. Tomo la perilla de la puerta y lo giro despacio para abrir la puerta
Su silueta de espaldas es lo primero que veo, no digo nada porque las palabras se niegas a salir de mis labios. Es el quien se percata de mi presencia y se voltea, una gran y perfecta sonrisa de asomo en sus labios y el estómago se me remueve un poco, mis manos tiemblan y ese impulso primitivo de querer saltar a sus brazos y abrazarlo, se hacen más difíciles de controlar
- Bonjour mon amour.- dice el
- Ángelo.- apenas pronuncio, el abre sus brazos y espera a que salte hacia el (hasta yo estoy esperando mi reacción) pero por alguna razón mi cuerpo no se movió.
Luego de unos segundos me obligo a reaccionar y me acerco un poco a él para darle un abrazo que se siente un tanto forzado, el trata de alargarlo, pero me separo.
- ¿no quieres abrazarme?- pregunta. No, la verdad no
- No es eso, es solo...-¿cómo se lo digo, si ni yo misma lo entiendo?
- Segu...- no termina de hablar por que la bocina de un auto lo interrumpe, ambos miramos hacia la acera y una gran camioneta se está estacionando.
A nuestras espaldas la puerta se abre y por ella sale papá y mamá, tan concentrados en lo que van diciendo que no notan al castaño a mi lado. Mama es la primera en notarlo, se sorprende un poco pero luego le sonríe ampliamente.
- ¡Ángelo! Que sorpresa verte cariño.- el castaño se acerca a saludarla dejando un beso en el dorso de su mano.
- Comment allez-vous, madame?- le pregunta en su idioma. Ella ríe como una colegiala, siempre le cayó bien Ángelo ¿pero a quien no le caería bien si es un amor? Es el tipo de chico que presentas a tu familia, que presumes en la calle, del que te enamoras como una posesa.
- Encantada de verte.- ni a mí me dice eso.- ¿tienes todo para el paseo?- le pregunta
- Je suis complet.- me abraza por la cintura con una mano, sé que no debería dejar me toque así pero... la carnes es débil
Con su otra mano saluda a mi padre y luego nos subimos al auto de papá, mama insistió que dejara su auto en casa y viniera con nosotros todos juntos, como antes.
Seguimos a la camioneta de los Harreison, que nos marcan el camino.
Ángelo se acerca a mí y me pasa un brazo por los hombros y me pone un lado de sus auriculares, esa acción tan conocida no me incomoda, es como retroceder unas semanas y que nada haya cambiado. La fragancia de su perfume y el calor que desprende su cuerpo me llena por completo, entre su lista de reproducción solo pasan todas las músicas que nos dedicamos (que coincidencia) solo hay una nueva, y lo que dice me incomoda un poco. Levanto la cabeza pero solo me encuentro con la intensidad de su mirada, me pierdo en el invierno de su mirada y mentiría si dijera que no volví a perderme como la primera vez que lo vi.
Él se acerca más a mí y deja un beso muy cerca me mis labios, luego se separa y murmura en mi oído.
- Te extrañe. es así como siempre debemos estar, juntos. - termina y besa mi cuello.
Todas mis alarmas se disparan y me separo bruscamente de él, si el piensa que así de fácil volverá conmigo está muy equivocado. El me mira confundido unos segundos hasta que entiende lo que dijo y frota su cara con sus manos.
En ese momento nos detenemos en la gasolinera y la camioneta de los Harreison también. Todos bajamos del auto, veo como los chicos bajan, quiero ir hasta ellos pero Ángelo, me sujeta del brazo disimuladamente.
- Amy, no quise ir tan rápido.- se disculpa.- es que no entiendo por qué haces esto tan complicado, podemos seguir como antes.- lo arruina.
- Ángelo, mejor cállate.- le aconsejo y me libero de su agarre.
Me alejo de él y camino hasta los chicos.
Tristán, está apoyado sobre el capo de la camioneta y Dylan, frente a él con los brazos cruzados, ambos riendo cómplices. Los dos me ven y me sonríen.
- Hola.- los saludo.
- Hola Amely.- me saluda Dylan. Tristán, solo me da una sonrisa coqueta que me deja inquita y cambio mi peso al otro pie.
- ¿Quién es el chico?- pregunta Tristán. Todos miramos a Ángelo, que esta con mamá pero mira fijo hacia nosotros sin prestarle tanta atención a lo que ella le dice.
- Es un amigo.- ellos asienten, se miran entre si y luego a mí. Dudo en hacerles la pregunta que vine a hacerles, miro una vez más hacia atrás para ver Ángelo, y luego a ellos.
- ¿Puedo ir con ustedes?- pregunto.
Tristán se separa de la camioneta y pasa un brazo por mis hombros.
- Claro nena.- los dos sonríen de una manera tan cómplice que me extraña.