Cuatro

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—Muy bien, ¿podrías poner las sillas en ese lado de la cancha, Hitoka-chan? —le dijo Kiyoko señalando las ocho sillas. La rubia asintió y comenzó a llevar las sillas.

—¿Necesitas ayuda? —le preguntó Hinata.

—¡No, gracias! ¡Estoy bien, Hinata-kun!

—¡Con solo Hinata basta! —dijo el pelinaranja levantando el pulgar. La rubia asintió con una leve sonrisa, y de un momento a otro, Hinata se golpeó en la cara, sorprendiendo a Hitoka. —De ninguna manera perderemos.

—¿Estás hablando del partido de práctica que tienen hoy, verdad?

—¿Sí? —le respondio confundido. 

—Me preguntaba, ¿por qué te esfuerzas tanto en un partido de práctica que no es oficial?

—Porque quiero ser más fuerte y ganar.

—Ya veo —dijo la rubia tratando de comprender, quería entender más sobre el voleibol—. Pensaba que esas no eran todas las razones que tenías.

—¿Eh? ¿Razones? ¿Razones para ganar? —Hitoka asintió. —¿Y acaso necesitas una razón para no querer perder? —le dijo con una mirada intimidante que hizo que la rubia tragara saliva inconscientemente—. Hey, Kageyama, ¿puedes pensar en una razón para no querer perder?

—¡¿Ah?! —respondió este de mala gana—. ¿Y a quién le importan ese tipo de cosas? ¿Acaso hay alguna razón para querer comer cuando estás hambriento?

—Es cierto —dijo el pelinaranja.

"¿Lo ponen al mismo nivel que tener apetito?"

—Lo siento, esa fue una pregunta tonta —se disculpó la rubia nerviosa.

—¿Qué quieres decir? —dijeron Hinata y Kageyama al mismo tiempo, confundidos.

—¡Que es "una estúpida pregunta o una manera de menospreciar sus propias palabras"! ¡Igual a lo que acaban de hacer! —les gritó Kei a sus compañeros, dejándolos totalmente paralizados. Kei no pudo evitar escuchar la conversación entre Hitoka y Hinata, y no le gustó ver a ese idiota cerca de la chica atrevida que se puso sus lentes. Al recordar eso, Kei se los quitó y los limpió antes de volver a ponérselos.

—¡Discúlpenos! —gritaron los chicos de Onugishi.

—¡Alinéense! —gritó el capitán.

—¡Ah! Nosotras también nos alinearemos —avisó Kiyoko, y ambas se formaron.

"¡En su equipo todos son altos!", pensó Hitoka asustada.

—Comenzaremos pronto, así que nos cambiaremos —dijo el capitán, y automáticamente todos se empezaron a quitar la camiseta.

La rubia inconscientemente se tapó los ojos con las manos, no podía creer lo que estaban haciendo los chicos.

—Lo siento —le dijo Kiyoko—. Tendrás que acostumbrarte.

Justo en el momento en que Hitoka quitó sus manos de los ojos para decirle algo a Kiyoko, vio cómo Kei se quitaba su camiseta blanca. Sintió cómo sus mejillas se coloreaban, sabía que no debía mirar, pero aun así, no podía apartar sus ojos del hermoso cuerpo tonificado del rubio. Este, antes de ponerse su camiseta, se secó un poco el sudor, matando lentamente a Hitoka. "¡Dios, qué sexy!", pensó la chica, bajando la mirada avergonzada, pero segundos después la volvió a levantar. No podía evitarlo, quería tener esa imagen de Kei grabada en su mente. Lamentablemente, la "función" no duró mucho para la rubia, porque él ya se estaba poniendo su uniforme negro, naranja y blanco de Karasuno, con el número 11 en la espalda.

"No solo se ve atractivo con el uniforme de la escuela, también se ve atractivo con el uniforme del club de voleibol", pensó Hitoka, tapándose la cara para que nadie viera lo ruborizada que estaba.

Minutos después, comenzó el partido de práctica, y rápidamente la rubia notó la diferencia con el partido anterior. En este, daban más de sí, estaban más concentrados y golpeaban la pelota con más fuerza.

"Si toco ese balón, mi brazo se saldría..."

—¡Wow! ¡Eso sonó muy fuerte! ¡Eso fue muy fuerte! —le dijo Hitoka a Kiyoko al ver el remate de Tanaka.

—Es cierto —dijo Kiyoko conteniendo la risa—. Mientras ellos se preocupan por esos dos centrales, pierden de vista al pequeño cuervo —finalizó la pelinegra, dejando confundida a la rubia. Todavía había muchas cosas que no entendía del voleibol. Hitoka volvió su vista al partido y vio a Hinata correr por toda la cancha y, por un momento, volar—. Con solo retroceder aunque sea un paso, ya no serán capaces de capturarlo.

—¡Aún no lo hemos hecho bien! Todavía podemos hacer más puntos —le dijo Hinata a Kageyama.

"Incluso con eso, no está satisfecho..."

—¡Buen remate, Hinata! —gritó Hitoka. El pelinaranja, al escuchar eso, volteó a ver a la rubia con una sonrisa, levantando el pulgar. La chica, inconscientemente, también le devolvió la sonrisa.

Kei, al ver esa escena, se enfureció. "¡¿Por qué ella le dice eso al idiota de Hinata?!", pensó el rubio, limpiándose un poco el sudor y tomando posición de juego. "El próximo punto lo haré yo", se dijo a sí mismo. También quería recibir un halago de la rubia, también quería que ella le sonriera así a él.

Estaba atento a dónde se movía la pelota. Ya casi venía el remate. "¡Izquierda!" Y, efectivamente, bloqueó la pelota, haciendo punto para su equipo. Kei miró de reojo hacia donde estaba la rubia y pudo ver cómo su sonrisa se extendía, pero ella no dijo nada, solo marcó el punto. No se atrevía a decirle algo a Kei como lo hizo con Hinata, le daba vergüenza.

Tch... —chasqueó la lengua Kei, enojado y apretando los puños. "Yo también quería recibir un halago."

El partido prosiguió con normalidad, resultando ganador Karasuno.

—¡Wow! ¡Eso fue asombroso! ¡Solo estaba viéndolo, pero fue como...! —Hitoka no encontraba las palabras para describir el partido.

—¿¡Fue todo como un "Guwaaa"?! —dijo Hinata emocionado.

—¡Sí! —La rubia sabía que esa palabra no existía, pero describía perfectamente el partido de hoy.

—Su conversación no tiene ningún sentido —le dijo Kei a Yamaguchi. No soportaba ver a esos dos hablar, lo hacía enojar más de lo usual. El rubio tomó sus cosas y se fue para dirigirse a casa. No podía seguir viendo esa conversación, sentía que iba a explotar.

"Yo solo quería un halago", pensó Kei, chasqueando la lengua y pateando una piedra que se encontraba en su camino por la frustración. Luego de unos segundos, se detuvo, dejando caer su mochila al suelo al darse cuenta de algo. "¡¿Por qué quería que ella me halagara?!".

Enamorada de TsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora