Después de las prácticas en Tokio, los chicos continuaron preparándose para las preliminares, con la esperanza de avanzar a las playoffs de octubre.
—Este será mi último partido —comentó Kiyoko, observando a sus compañeros de tercer año practicando.
Al escuchar eso, Hitoka sintió cómo las lágrimas brotaban de sus ojos. Kiyoko había sido su primera amiga en el club y gracias a ella se había unido. La idea de su partida la entristecía profundamente.
—Lo siento mucho, Hitoka, no llores —dijo Kiyoko, tratando de calmarla.
—¡N-No! —respondió Hitoka, limpiándose las lágrimas—. ¡Es solo que un mosquito voló cerca de mi ojo, nada más!
—¿¡Un mosquito!? —exclamó Kiyoko, sorprendida. Luego, limpió las lágrimas de Hitoka y la abrazó. Aunque sorprendida, Hitoka correspondió al abrazo.
Mientras tanto, Kei, desde el otro lado de la cancha, reflexionaba sobre lo que le habían dicho sus compañeros. Era algo completamente nuevo para él; nunca se había sentido así por una chica. Aunque sentía celos al ver a Hitoka con otros chicos del club, no le daba mucha importancia porque no comprendía lo que le estaba sucediendo. Sin embargo, empezó a preguntarse si lo que sus compañeros decían era cierto. ¿Estaba enamorado de Hitoka? No sabía qué hacer con esos sentimientos. Recordó todas las veces en las que había actuado por impulso cerca de ella, desde evitar que fuera golpeada por la pelota hasta cubrirla con su chaqueta mientras dormía.
Yamaguchi observaba a su amigo y se dio cuenta que no dejaba de ver a la rubia, aprovechó que Kiyoko se había alejado para acercarse a ella.
—¡Yachi-san! —lo llamó Yamaguchi—. Durante el viaje a Tokio, noté que mirabas mucho a Tsuki.
—¿Quién? ¿Yo? Para nada —respondió nerviosa Hitoka, buscando a Kiyoko para que la ayudara, pero en su lugar se acercaron Hinata y Kageyama.
—¿Te gusta Tsuki? —preguntó Yamaguchi directamente al grano.
—¿Qué? ¡Claro que no! —contestó Hitoka, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado, temerosa de que descubrieran su mentira.
Después de una breve conversación entre Hinata y Kageyama, ambos se acercaron peligrosamente a Hitoka.
—¡¿Qué están haciendo?! —gritó al sentir que la levantaban. Hinata y Kageyama corrieron con Hitoka en brazos hacia donde estaba Kei, sorprendiéndolo. Colocaron a Hitoka a la altura de Kei.
La cercanía repentina hacia Kei puso la mente en blanco de Hitoka, haciendo que este se ruborizara.
El rubio se encontraba completamente desconcertado por las acciones de sus dos compañeros, sintiendo una clara molestia por lo que estaban haciendo y por el hecho de que estuvieran cargando a Hitoka. Sin vacilar, Kei rodeó la cintura de Hitoka con su brazo, tomando a la chica por sorpresa. Con su mano libre, golpeó a Kageyama en la cara y pateó a Hinata también en la cara. Al no sentir que estos dos la sostenían por las piernas, Hitoka las enredó alrededor de la cintura de Kei para evitar caer. Observando la escena, Yamaguchi, que estaba un poco alejado, decidió capturar el momento con una foto para luego enviársela a Kiyoko.
—¿Estás bien? —preguntó Kei. Hitoka solo asintió con la cabeza repetidas veces; hablar en ese momento era cosa de valientes.
Viendo lo nerviosa que estaba, Kei decidió bajarla.
—¡Lo siento mucho! —gritó Hitoka, inclinándose y corriendo para esconder su vergüenza.
—¿Qué pretendían? —preguntó molesto Kei, mirando a los dos.
—¿Ayudar? —dijo Kageyama, dudoso, fulminando con la mirada a Kei.
—Sabemos que te gusta Yachi-san, pero no haces nada aparte de mirarla —reprochó Hinata.
—Ustedes no saben nada de lo que ha pasado entre Hitoka y yo —respondió Kei, tomando sus cosas.
—Antes la llamaba "Yachi-san", ahora la llama por su nombre —exclamó Hinata emocionado.
—Además, ha habido algo entre ellos —dijo Kageyama con una sonrisa socarrona.
—Solo no se metan, especialmente tú —dijo, mirando fijamente a su amigo Yamaguchi. Sabía lo que su amigo sería capaz de hacer por él, pero no quería que se involucrara. Apenas entendía lo que le estaba pasando; no quería ver cómo su amigo entendía mejor sus sentimientos.
Terminó de recoger sus cosas para luego irse a su casa a pensar sobre sus recientes sentimientos.
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Enamorada de Tsukishima
Fiksi PenggemarQuien lo diria, me enamore de Tsukishima, ¡Estoy enamorada de Tsukishima! Narrado en capítulos cortos. Se prohíbe cualquier tipo de copia, y adaptaciones sin mi permiso. Asimismo, también queda prohibida reproducción de esta obra por algún otro medi...