Treinta y cuatro

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El primer set del partido contra Nekoma estaba en pleno apogeo. El marcador mostraba una ligera ventaja para Karasuno, con un 10 a 8 a su favor. Kei se desplazaba para tomar su posición en el centro de la cancha, mientras Yamaguchi se preparaba para servir, entrando con determinación y concentración.

—Yamaguchi tiene cara de que planea ganarlo todo él solo —dijo Kuroo, mirando a Kei.

—Creo que tienes razón —respondió Kei después de unos segundos de reflexión—. Es un hombre que camina delante de mí —añadió con una sonrisa mientras observaba a su amigo realizar el saque.

El servicio de Yamaguchi fue perfecto, anotando su primer punto.

—¿¡Qué!? —exclamó Kuroo, sorprendido, mientras Kei se reía de la situación.

Yamaguchi sirvió nuevamente, pero esta vez el Nekoma logró levantar el balón. Sin embargo, el propósito de Yamaguchi era romper su formación y, aunque él pensó que no lo había logrado, para Kei fue suficiente. Aprovechó la situación y consiguió un bloqueo perfecto.

—Anota otro —dijo Kei, aún mirando al frente. De reojo, vio a Hitoka saltando de emoción por el punto que había anotado y recordó su cena de la noche anterior con ella, donde le prometió no ser tan duro con Yamaguchi.

Kei lo observó y recordó todas esas veces en que se alejaba, dejando siempre atrás al pecoso. Sin embargo, también recordó aquella ocasión en la que, como castigo por perder, tenían que correr colina arriba. Ese día, Yamaguchi lo dejó atrás, mostrando cuánto había trabajado y mejorado. Pensó en el momento en el campamento cuando le gritó, y se dio cuenta de lo lejos que había llegado su amigo.

Sin dudarlo, Kei se encaminó hacia Yamaguchi, levantando ambas manos. Yamaguchi imitó su acción y chocaron los cinco, celebrando juntos el punto que habían logrado. Kei sabía que no habría podido leer tan bien la jugada sin el excelente servicio de Yamaguchi. Celebraron, conscientes de que ese punto era fruto del esfuerzo y la colaboración de ambos.

—Tsuki —llamó Kuroo, y Kei volteó a verlo—. ¿Qué piensas del voleibol últimamente?

—Gracias a ti, de vez en cuando, es divertido —le confesó Kei, esbozando una leve sonrisa antes de volver su atención al partido.

Después de tres largos sets, Karasuno salió victorioso, avanzando a la siguiente ronda. Ahora estaban por comenzar el siguiente juego, cuyo ganador se enfrentaría a Karasuno al día siguiente. Los demás integrantes del equipo se adelantaron para ver el partido, mientras Kei y Yamaguchi se quedaron un rato esperando a Hitoka.

—Ha sido un buen juego —comentó Yamaguchi, aún sintiendo la adrenalina del partido.

—Sí, lo ha sido —respondió Kei, echando un vistazo hacia la puerta por donde esperaban ver aparecer a Hitoka.

—¡Chicos! —gritó Hitoka, acercándose a Kei y Yamaguchi.

—¡Yachi! —le respondió Yamaguchi con entusiasmo.

—¡Yamaguchi! —le contestó Hitoka, chocando los cinco cuando llegó junto a él.

—¿Por qué siento que se burlan de mí? —comentó Kei con una mueca.

—Solo estoy celebrando con Yamaguchi que hayan ganado su primer partido contra el Nekoma —dijo Hitoka, tomando su lugar al lado de Kei y enlazando su brazo con el de él, lo que hizo que Kei se calmara y sonriera por la situación. Mientras tanto, Yamaguchi intentaba tomar una foto de la adorable pareja, pero su esfuerzo se vio frustrado cuando Hitoka soltó repentinamente el brazo de Kei.

—Estás sudado —se quejó Hitoka.

—¿¡Ah!? —dijo Kei, ofendido—. ¡Me sequé el sudor!

—Estás pegajoso —dijo la rubia, mirando hacia otro lado y cruzándose de brazos.

Enamorada de TsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora