23. Ella me encanta

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–en vez del helado la cita –le guiñe el ojo y me fui, dejándola con una sonrisa.
La llevaría a una cita, era miércoles y salíamos temprano.

Al llegar a casa me aliste para ir a las 3 en punto, como lo habíamos acordado.

–Justin –me di la vuelta y vi a mi madre bajando las escaleras –puedes decirme ahora de lo que querías hablar –dijo y sonreí.

–no era nada importante, no te preocupes –le di un beso en la frente.

–¿vas a salir?

–si y ya voy tarde, así que nos vemos –me despedí.

–adiós –salí corriendo.

Al llegar al parque la busque, hasta que la encontré cerca del quiosco.

–Hola, preciosa –dije y ella se dio la vuelta.
En ese momento se quedó viéndome detenidamente. Sonrió.

–Hola, Justin –dijo y le di un beso en la mejilla. Me abrazo y reí, era lindo abrazarla.

–te quiero, tonta –la alce dándole vueltas en el aire. La baje y sonreí. Era hermosa, ella era hermosa, lo juro.

–yo te quiero más –me abrazo de nuevo. Quería besarla, deseaba besarla y así lo hice. Ella toco mi cabello, rodee su cintura con mis brazos, apretándola más a mi. Sus labios eran carnosos, nos separamos por falta de aire.

–¿quieres ir por un helado? –pregunte sonriendo y camine hacia la heladería. Iba tranquilo, pero ella no venía conmigo, así que me devolví corriendo y ella comenzó a reirse –¡Hey, vamos! –reí, paso su mano por mi cabello, despeinándolo.

–te ves muy sexy despeinado –dijo y sonreí de medio lado.

–¿sabes? Dicen que todo lo bueno de la vida despeina... Por ejemplo, hacer el amor –le guiñe un ojo, agarre su mano y caminamos hacia la heladería.

–¡Espera, espera, espera!

–¿qué? –me voltee y ella choco conmigo, comencé a reírme.

–¡No te rías, Justin! –ella también río.

–eres demasiado torpe, princesa –dije y se me quedo viendo fijamente. –¿qué pasa?

–nada... Nada, es solo que... –nos miramos sonriéndonos –me gusta como suena esa palabra, saliendo de tu boca, dirigida hacia mi –la agarre de la cintura, aparte un mechón de pelo, de su perfecto rostro, bajo la mirada, así que agarre su mentón levantando su cabeza, sonreí y así volví a besarla. Al separarme de ella, le guiñe el ojo, nuevamente.

–¿princesa?... ¿Esa es la palabra que tanto te gusta? –pregunte burlón. Me dio un suave golpe en el hombro y comencé a reírme. –eres una princesa, hermosa, preciosa, dulce, torpe...–ella me interrumpió.

–Justin, para, haces que me sonroje –se tapo la cara y la abraze.

–Vamos por el helado, princesa –le guiñe el ojo.

Ambos pedimos nuestros helados de chocolate.

–yo pago –sonreí negando con la cabeza.

–un caballero no permitiría que una señorita –dije en tono sarcástico –pagará.

–¿por qué dices señorita, sarcásticamente? –volví a guiñarle el ojo.

Comenzó a reírse, no sabía porque, pero se veía hermosa haciéndolo, así que solo pague los helados y nos fuimos de ahí.

–realmente no sé de que te ríes –me embarró un poco de helado en la nariz. La mire serio, pero luego sonreí y negué con la cabeza.

–pagarás por eso –salió corriendo. Me quede mirándola, era tan tonta, no iba a seguirla, no soy un niño como para salir corriendo detrás de ella. Así que sólo la admire, se veía hermosa.

–Vamos, ¿no puedes atraparme? –río. Las ganas de salir corriendo detrás de ella se apodero de mi. Pero primero terminaría mi helado.

–¡_____! –le grite –¡No correré como un niño por él parque! –ella sonrió. Seguí comiendo mi helado, más rápido. Y lo termine.

–¿no? ¿es eso, o es que eres tan lento que no puedes atrapar a una señorita? –pregunto sarcásticamente y vote la servilleta del helado al basurero y salí corriendo detrás de ella. Corrió lejos de mi, pero no lo suficiente. En el quiosco la atrape, rodee su cintura con mis brazos, bese su cuello y ella se estremeció.

–tranquila –reí –te atrape, preciosa –nuevamente bese su cuello y sentí como se estremeció otra vez. Di otros dos besos, pero del otro lado del cuello.
Me encanto, besarla y sentir como se estremece. Ella me encanta.
Y no podía creer que yo fuera tan imbécil que me haya enamorado de alguien que tenía que ser solo una apuesta, por algo pasan las cosas y sólo esperaba que nuestra historia de amor o lo que sea, tuviese un final feliz. Eso era todo lo que quería, reparar el dolor causado y tener un final feliz, uno con ella.

The Bet (Justin POV's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora