36. Round 1, gana el traidor!

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Me desperté por los rayos que entraban por el pequeño agujero cubierto por vidrio que había en el techo, en el día odiaba esa cosa, en la noche lo amaba. Mire a _____ y trate de levantarme sin despertarla, pero fue en vano.

–buenos días, hermosa! –dije cuando la vi despertándose, no había abierto los ojos, pero sonrió. La bese, mi boca se adueñaba de la suya.

–buenos días, amor –respondió sonriéndome.

Ella se levantó de la cama, traía puesta mi camisa, anoche se la había dado para que durmiera con ella. Así se sentía cómoda, se paro frente al espejo que estaba cerca de la puerta y se quedo mirándose, no la culpó, hasta yo la admiro en silencio a veces.
Me levante de la cama y me pare justo detrás de ella, pegue mi cuerpo con el suyo, ella me miro a través del espejo y sonreí.

–debemos hablar. –aparte el cabello de su cuello y deposite algunos besos.

–lo sé. –dije.

–¿para ti tener una novia es solo tener a alguien con quien tener sexo? –preguntó de repente. Tan pronto lo dijo, la agarre de la cintura y le di la vuelta, así ella quedó mirándome a la cara y no a través del espejo.

–tuvimos relaciones solo una vez y ni siquiera eramos novios... –hice una pausa. –No te he vuelto a tocar –ella levanto sus cejas, sí la he tocado, pero no así. –no de esa manera –sonreí –¿por qué piensas que es lo único que quiero? –pregunte, aún manteníamos el contacto visual.

–Selena...–y solo con decir eso entendí todo.

–lo suponía –la interrumpí, apreté más mi cuerpo con el suyo y la bese. Demostrándole que podía vivir sin abrirle las piernas, solo haciéndola suspirar por cada beso que le doy, sea donde sea.

–¿sabes a que vino el domingo en la noche? –no dije el nombre de "Selena", no hacia falta. Ella negó. –a decirme que se había enamorado de mi, me dijo que me amaba... –me quede callado.

–¿y qué... Qué más? –preguntó ella al ver que no seguía.

–sentí que se me caía el mundo encima, porque siempre desee que me dijera eso... –sonreí, rememorando ese momento en mi mente. –pero tardo demasiado en hacerlo y también en sentirlo. –dije y así lo veía realmente.

Mientes -me reclamo el maldito traidor.

No miento, no la esperaría toda la vida.

La esperaría toda la eternidad si es necesario.

Ya basta!

Mientes y lo sabes!

Digo lo que siento.

Mentira, dices lo que piensas y crees verdadero, lo que sientes lo digo yo y tratas de negarlo!

Punto para ti, maldito hijo de puta.

–¿estarias dispuesto a volver a intentarlo con ella? –preguntó ____.

Sí, si, mil veces sí! -saltaba de alegría, él bastardo.

¡No, nunca!

–¿un último intento? –pregunte.

Si!

No

–Sí, aunque vuelvas a fallar. –dijo ella.

La quiero, pero no la amo.

Deberías amarla a ella, imbécil.

–¿te digo la verdad? –pregunte sonriendo, ella asintió y respiro hondo.

Amo a Selena, siempre lo haré.

Mientes!

No!

Sentí que el mundo se me caía encima cuando me dijo "te amo".

Lo sentiste tu, no yo!

Eres mi maldito corazón, lo que yo sienta es porque también lo sientes tu, JODER!
Me estoy volviendo loco. Tengo trastornos mentales, quizás y los chicos tengan razón, tengo síndrome de Dawn.

–quizás, no lo sé en realidad, tendría que estar muy convencido de que esta vez no saldría herido. –lo dije más para el maldito traidor que para ella. Suspire. –pero dime, ¿como hago para que ella no me lastime y que yo no te lastime a ti? –seguí hablándole al traidor, esperaba tener una respuesta de ella. Alguna clave, tal vez. Ella sonrió débilmente.

–el amor es pensar en la felicidad del otro... –comenzó a decir y la interrumpí.

–aunque no sea contigo! –terminé la frase. Ella asintió. –pero eso no quiere decir que debo lastimarte –la abrace y sentí como ella me abrazo más fuerte.

Ninguno de los dos se preocupó mucho por ir a la universidad, era mejor lo que hacíamos ahora que era hablar, él uno con el otro, decirnos lo que queríamos, lo que sentíamos.

–te quiero... ¿lo sabes? –besaba su cuello y ella sonrió.

–yo también te quiero... –suspiró.

–repitelo! –seguí besándola.

–también te quiero, Justin! –me levante un poco y la mire a los ojos, con un sonrisa de oreja a oreja.

No la quiero lo suficiente!

Sí, si la quiero lo suficiente como para no querer lastimarla.

Ya la lastimaste al no poder decirle "yo también te amo".

Pero es diferente...

Porque los sentimientos los mando yo, no tu, idiota! -ok, acepto que ese había sido otro punto para el traidor.

Sí tenía un problema era no poder controlar mis sentimientos, ni mis pensamientos, así que el round uno, lo gana el traidor. Pero solo el uno, faltan más o quizás no.

The Bet (Justin POV's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora