66. Diana

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La risa de Diana resonó por todo el pasillo y fruncí el ceño, esta chica era extremadamente ruidosa.

–Vamos Justin, sonríe un poco –dijo ella y me detuve, entonces ella chocó conmigo. Emitió un quejido, pero no le di importancia, era una chica demasiado molesta y sólo quería ver sonreír a la gente, pasaba diciendo chistes de mal gusto y burlándose de todo cuanto podía. Ella se paro frente a mi y me miro sonriendo ampliamente.
Recordé la sonrisa de ____... Tenían la misma sonrisa o eso quería creer.

–___– me detuve antes de poder terminar su nombre y ella fruncio el ceño –Diana, mira, no estoy de humor para escuchar tus chistes tan absurdos.

–¿quien es...? –fruncio el ceño, pero luego sonrío. –¿tienes novia? –preguntó y volvió a fruncir el ceño. Negué con la cabeza y seguí mi camino, tratando de ignorarla, como es tan molesta vino detrás de mi. Quería llegar rápido a mi dormitorio, pero estos pasillos son inmensos.

–Justin... –dijo después de unos 10 segundos en silencio, porque eso era el máximo de tiempo en que se quedaba callada, unos 10 segundos. –¿sabes qué está haciendo el perro con un taladro? –puse los ojos en blanco, era la quinta vez que me contaba ese estúpido chiste sin sentido.

–no y tampoco quiero saber –respondí de mala gana.

–ta-ladrando –dijo y comenzó a reírse como una psicópata. Negué con la cabeza y me detuve nuevamente, para volver a verla, esta vez no chocó conmigo.

–Mira Diana eres muy amable, pero no estoy aquí para hacer amigos, así que por favor ya dejame en paz. –dije mirándola con el ceño fruncido. Ella se sentó en una banca que estaba a un lado del pasillo. Me quede mirándola, mientras ella colocaba ambas manos en la banca, movía sus pies y fruncía el ceño mirando al suelo.

–no lo entiendo –dijo de repente y puse los ojos en blanco, ahí iba de nuevo, con sus tonterías. –he hecho reír a todas y cada una de las personas que han entrado a este lugar, ¿por qué a ti no puedo hacerte sonreír?

–porque no quiero sonreír nunca más, no lo lograrás, ahora dejame en paz.

–¿qué te hicieron? –preguntó mirándome fijamente, recuerdos de _____, su muerte, la etapa de las drogas y Allison invadieron mi mente, y por un momento pensé que ella podía verlos también. Entonces baje la mirada.

–¿y ahora de qué hablas? –pregunte, tratando de verme lo más indiferente posible.

–¿qué te hicieron para que no quieras volver a sonreír? –volví a verla rápidamente y ahí estaba ella sentada en esa banca, mirándome fijamente, volviendo a meterse en mi vida. Baje la mirada, hace dos meses no la imaginaba.
Parpadee varias veces antes de verla nuevamente, su rostro ya no era el de ella, era Diana, no ____, otra vez.

–Nada. –dije. No quería que se diera cuenta que su pregunta, tan absurda, me había afectado.
Y volví la mirada hacia el final del pasillo, ahí estaba ella, mirando a Diana con una sonrisa. Sentí una punzada de dolor en el pecho y camine rápidamente hacia ella, al llegar su vista se poso en mi, sonrío y de sus labios solo salieron dos palabras.

–Te amo –. Dos palabras que destruyeron todo lo que había recuperado en estos dos meses. Una lágrima resbalo por mi mejilla.

–¿Justin? –pase mi dedo por el rabillo de mi ojo, como si me hubiese entrado una basurita, aunque no era el caso. Me di la vuelta para mirar a Diana, ella me sonrío y colocó su mano en mi mejilla. Fruncí el ceño. –algún día vas a sonreír –dijo y su linda sonrisa apareció, como siempre, solo que esta vez no me molestó.

The Bet (Justin POV's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora