58. Yo también la quería

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No podía contener las lágrimas, recuerdo que después de que los doctores dijeron que era demasiado tarde y que ya no podían hacer nada por ella salí de ese hospital, me senté en los escalones afuera y lloré como si no hubiese un mañana. Me dolía demasiado el pecho y luego en su entierro discutí con Nate y Caitlin estuvo ahí para consolarme. Aunque no quería estar cerca de nadie, sólo quería estar solo, pensar en todo lo que había pasado e imaginar que algún día despertaría de esa pesadilla y que ella estaría conmigo.

–no puedes pasar la vida entera aquí –me levante de la cama y mire a Jeremy. Estaba vestido de negro, en esta ocasión para el entierro de su mejor amigo. Sí, William se suicido, ya no le quedaba nada, todo lo que tenía era a su hija y la perdió, al igual que yo. Pero yo no me suicidaría, yo merecía vivir con esta culpa y con el dolor, porque había cometido un error.

–papá no estoy de humor –dije sirviéndome un trago de vodka. Él negó con la cabeza y me quitó la copa.

–nunca estas de humor, Justin –dijo él mirándome fijamente. Dejó la copa en la mesita de noche y yo volví a sentarme en la cama. –Todo lo que ha pasado ha sido...

–mi culpa –dije mirándolo.

–no es tu culpa –dijo sonriendo tristemente.

–es mi culpa que ella se haya ido y que con tal de no volver se haya quitado la vida. –suspire profundamente, tratando de quitarme el nudo que se me formo en la garganta.

–la gente hace cosas y no puedes pasar toda tu vida culpándote porque ella haya hecho lo que hizo.

–dime, papá, ¿ella se habría suicidado si yo no la hubiese lastimado? –él negó con la cabeza.

–William debió irse con ella en vez de obligarla a volver, no es culpa de nadie que ella no quisiera estar aquí.

Asentí con la cabeza y me acosté, mientras él salía sin nada más que decir, me quede pensando en sus palabras. Pensando en que por primera vez me estaba mostrando apoyo, pero un apoyo real. No por obligación, sino porque quería hacerlo o al menos eso sentía. Escuche que alguien toco la puerta, a pesar de que mi padre la dejó abierta.

–Mamá, ya le dije a mi padre que no iré a ningún lado. –dije molesto, sin volver a ver quien era.

–él ya se lo dijo –escuche la dulce voz de mi pequeña y una sonrisa se formó en mis labios. Volví a ver hacia la puerta, donde Jazzy estaba parada mirándome.

–te ves muy bonita, lástima que ese vestido sea para un funeral –dije mirándola. Hace varias semanas que no sonreía.

–estoy triste –dijo de repente y la mire sin entender.

–¿por qué?

–yo quería a ____. –asentí con la cabeza y me volví a acostar.

–yo también la quería –ella se quedó mirándome sin entender.

–si la querías ¿por qué la lastimaste? –la mire frunciendo el ceño. –uno no lastima a las personas que quiere. –me sorprendió bastante que una niña de su edad dijera esas cosas, pero también tenía razón.

–Tienes razón, pero las personas a veces lastimamos a la gente que queremos, son errores que todos cometemos –ella asintió. –pero yo también la quería –dije, pensando en lo mucho que la amaba y que todavía lo hago. Me di la vuelta para que supiera que ya no quería hablar de eso y entonces escuche como la puerta se cerro.
Y me quede ahí pensando como mi mundo se me estaba viviendo encima y, en vez de salir y evitarlo, solo me quedaba encerrado en mi habitación tomando y atormentandome con los recuerdos, en vez de salvar lo poco que quedaba de mi, me quedaba a destruirlo yo mismo.

The Bet (Justin POV's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora