54. Vámonos

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Estábamos todos en silencio, mi corazón estaba acelerado. No quería permanecer ahí un minuto más, pero tampoco quería moverme o decir algo, tenía miedo. Eso del que nada debe nada teme es mentira, aunque no debo nada, tengo miedo y mucho.

–si ustedes no salen, yo saldré –dijo Hails de repente y la mire. –si eres inocente, no tienes que temer –dijo mirándome y sonreí asintiendo. En gran parte tenía razón, pero no planeaba pasar en la cárcel, no esta noche.

Todos empezaron a salir detrás de ella y yo solo pude quedarme estancado en mi miedo y en la culpa que sentía. Todo estaba pasando porque era un imbécil, lo merecía, mi vida se estaba yendo al infierno y todo se me estaba viniendo encima.

–las manos arriba –escuche el grito de un policía. No me quedaría ahí para ver eso, no quería y tampoco podía. Así que salí sigilosamente de la casa, ellos estaban ahí, con los policías, entonces me aterre, algo dentro de mi me pidió que corriera y así lo hice. Corrí rápidamente tratando de huir de los policías que venían atrás de mi. Los policías iban pisandome los talones, quizás debería rendirme, pensaba hacerlo, detenerme y entregarme como un delincuente, hasta que me di la vuelta y la vi a ella corriendo hacia mi, no veía por donde venía, me sorprendía ver que me había seguido el rastro sin ninguna linterna, me coloque detrás de un árbol y cuando paso junto a mi la detuve, pasándole el brazo alrededor de la cintura. Y antes de que pudiese gritar coloque mi mano sobre su boca.
Unos segundos después los policías pasaron a nuestro lado sin darse cuenta. Que idiotas.

–te amo –dije y deposite un beso en su cuello. Sabía que esto era lo único que podría tener con ella en este momento.

Ella se soltó bruscamente de mis brazos y volvió a verme, estaba molesta, se le notaba no tenía que decirlo, pero aún así se veía hermosa.

–Justin... –hizo una pausa. Se quedo mirándome detalladamente varios segundos y comenzó a llorar, colocando sus manos en su cabeza. No entendía que había pasado exactamente, pero quería hacer que parará, no quería verla llorar, no más.

"Por favor haz que pare, por favor, ya no quiero que siga doliendo."

–escuchame por favor, preciosa... –hable, dispuesto a que me perdonará y arreglar las cosas de una vez por todas con ella –Vámonos –me miro como si hubiese dicho la cosa más descabellada del mundo –vámonos lejos de aquí –di un paso hacia ella, la agarre de la cintura y sonreí –vámonos juntos, donde nadie nunca nos pueda encontrar... Vamos a empezar de nuevo –dije con más ilusión de la que debía.

–Justin –dijo ella señalando hacia la casa –estamos donde todo comenzó –se me borro la sonrisa del rostro y aparte mis manos de su cuerpo. Me apoye en el árbol y me senté en el suelo. Odiaba saber que le rompí el corazón y que ella no me dejaba repararlo.

–estábamos donde todo comenzó –dije más para mi mismo que para ella.

Quería que se diera cuenta de lo arrepentido y triste que estaba, la quería conmigo, quería reparar el daño. Quería irme lejos con ella.

–¿te das cuenta? –pregunté.

–¿de qué? –preguntó ella.

–de como el tiempo nos destruyó –dije, pero esta vez mirándola.

–¿nos destruyó? –preguntó con gracia –te recuerdo que la utilizada aquí soy yo, además no fue el tiempo quien me lastimó, fuiste tu, con tus mentiras –me levante, no quería que siguiera llorando. Odiaba el hecho de saber que había sido yo quien causo su dolor.

–vámonos... –insistí, aunque sabía que iba a rechazarme –Volvamos a iniciar de cero, volvamos a enamorarnos, a reír, a llorar, abrazarnos... Volvamos a hacer el amor y dar todo por estar juntos... Vete lejos, pero vete lejos conmigo. –trate de convencerla.
Me acerque a ella y la rodee con mis brazos.

Recuedo cuanto dolía, como los recuerdos venían uno tras otro como si me estuviesen atormentando. No podía sacarla de mi mente y mucho menos de mi corazón. Quería que parará, que por favor alguien lo detuviera, que dejará de doler, quería dejar de sentir, quería dejar de sufrir y no podía. Mi piel pedía a gritos la suya y mis labios necesitaban la humedad de los suyos. Me había ilusionado bastante imaginando que ella pudo haberse ido conmigo y pudimos haber sido felices, que cuando choque contra la cruda realidad y supe que se fue, que me dejó, todo dentro de mi se destruyó y lo poco que quedaba para reparar me encargue de destruirlo yo mismo.
Porque cuando le dije «vámonos», lo decía enserio, si ella hubiese dicho que sí, la hubiese seguido hasta el fin del mundo con tal de estar a su lado.

The Bet (Justin POV's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora