The Bet (Justin POV's)

37. Lucha interna

Mire a mi padre completamente serio. Eran las 5:45pm.

–¿puedo irme? –pregunte. –no quiero estar en esa reunión.

–Hijo –se levanto de su asiento. –eres el heredero, él futuro dueño de esta empresa, necesitó que estés pendiente de esto –se acerco a mi. –es el patrimonio de la familia Bieber.

–dasela a Jaxon, no a mi.

–Justin, basta! –negó –estarás en la reunión, punto. Así que apurate, estaremos esperándote. –dijo y salio de la oficina.

Mire para todos lados tratando de buscar un lugar por donde salir, que no fuese la puerta pues Daisy me vería y me llevaría a la sala de juntas.

Después de un rato me di por vencido y salí de la oficina, camine lentamente a la sala de juntas y entre.

–Buenas tardes! –dije sin ánimos, cuando todos me miraron, incluyendo él señor Walker.

–Buenas tardes, señor Bieber –dijeron.

"Señor", soy más joven que ustedes, ancianos.

•••

Jeremy y yo fuimos los últimos en salir de la sala de juntas.

–¿vamos a casa? –preguntó y negué con la cabeza.
Ya era de noche, habían pasado hablando algunos temas, mi padre comenzó a discutir con el señor Beadles y yo sólo miraba a todos sin interés alguno en esa estúpida reunión, que duro más de una hora. Raramente ahora yo era el vicepresidente de la empresa.

–iré a la casa del bosque –dije.

–bien! –dijo él y me fui.

Subí al auto y comencé a manejar para irme a la casa. No quería estar en la mansión en este momento, solo necesitaba ir a pensar las cosas. Necesitaba reflexionar. Al llegar me baje rápidamente del coche y camine hacia la puerta. Estaba abierta, fruncí el ceño, algunas luces estaban encendidas. Iba subiendo las escaleras sigilosamente, cuando la voz de alguien me detiene.

–estábamos esperándote –dijo. –¿estas cansado? –me di la vuelta y me encontré con Ryan sonriendo detrás mio. Me miraba fijamente.

–algo, sabes ahora tengo una oficina en la empresa y ahora soy el vicepresidente –bufé. Él se acerco a mi aún sonriendo.

–¿es eso malo? –preguntó.

–claro que sí!

–debería ser lo contrario –me di la vuelta y ahí estaban Chris, Fredo y Hails, bajando.

Todos fuimos a sentarnos en el sofá, mientras Ryan traía las palomitas de caramelo.

–no es por nada, pero hacer palomitas es tan fácil! –exclamó y todos reímos.

–Cait quería venir, pero no la deje –Chris hablo, comiendo un poco de palomitas.

–¿por qué?

–¿como qué por qué?, ¿quieres que sepa lo de la apuesta y vaya corriendo a decírselo a ______?. –preguntó.

Ellos continuaron comiendo palomitas y Hails puso música, con su iPhone, algo baja para que pudiésemos hablar tranquilamente.

–¿como te has sentido últimamente? –me preguntó Fredo.

–mal –respondí.

–¿has tenido más esas batallas donde dices algo y tú corazón no esta de acuerdo?

–Es ridículo, ¿cierto?, jodidamente estúpido –todos me miraron atentamente. –el corazón no tiene voz.

–tu hablas por él, ¿sabes por qué? –negué con la cabeza. –porque muy en el fondo sabes que lo que dices no es lo que sientes y a veces piensas cosas que tampoco sientes como para tratar de convencerte tu mismo, pero al corazón no se le pude engañar, el es quien nos engaña a nosotros. –término de hablar y todos le dieron la razón.