The Loveliest Boy I've Ever Fucked (L&Lightxtú)

En el que se vuelve al cuartel general

Antes:

La hija de perra le había mordido en cuanto tuvo la oportunidad de hacerlo. Por fortuna para él, no lo hizo con la fuerza suficiente como para arrancar su miembro de un tajo, pero si para hacerle brotar sangre y tenerlo ahí doblado lanzando gritos de dolor como por media hora.

____ le había mordido, uno de los actos mas traicioneros e hijos de puta que podría haber hecho (apenas menos grave que el ir a acusarlo con L directamente) y si bien, se había quedado ahí, de pie, como paralizada durante todo el rato que el castaño se doblo de agonía, y no había tratado con tantas fuerzas de librarse cuando este se recupero, se puso en pie, y la tomo con ira de la muñeca, eso no significaba que iba a dejarla ir sin más.

¿Y que si el imbécil de su padre era un abusón de mierda? ¡Eso no restaba el hecho de que su hija era una zorra despiadada! ¿Y que si había tenido una vida difícil y el principal propósito de Kira era ayudar a personas como ella? ¡Kira le daba igual a Light en aquellos momentos!

Por ello, cuando la llevó a rastras a aquel motel barato, tan frecuentado por criminales de la peor calaña, no sintió mucho remordimiento. No lo sintió, tampoco cuando cerró la puerta tras de ambos y la arrojó a la cama, con una fuerza que ningún hombre bueno consideraría usar nunca con una mujer cualquiera. Y menos con una jovencita tan encantadora.

No lo sintió, ni siquiera, cuando le ordenó que se quitara la ropa a pesar de sus ruegos, lloriqueos y disculpas, y aun menos lo sintió cuando la obligó a ponerse de espaldas sobre la cama, se quitó el cinturón, y lo pasó varias veces sobre el redondeado trasero, tan apetitoso, de su chica, para que pudiese sentir la frialdad del cuero, y escuchara el tintineo de la hebilla.

Se le erizó la piel incluso antes de que le diera el primer azote, y cuando se lo dió, duro cuero sobre la delicada piel, trato de recorrerse hacia adelante, como tratando de escapar del castigo que tan merecido le estaba.

-Di que te lo mereces- ordenó el castaño, con la polla punzante aun de dolor y el brazo tensó, preparado para volver a golpear con todas sus fuerzas.

-Lo... L-Lo siento- lloriqueo la chica de forma patética, y volvió a escucharse en chasquido del cinturón, que esta vez no solo le torno la piel roja, sino que hizo aparecer un fino hilito de sangre ahí por donde había pasado. -¡Ah! ¡Para!- incluso antes de acabar dicha frase, volvieron a azotarla, y de nuevo, trato de recorrerse a la cabecera para huir del dolor, pero fue detenida por una mano firme, aunque suave, que se detuvo sobre sus talones.

-Quieta... O sera peor.- de nuevo, alzó contra ella el arma de tortura, y la dejo caer, aun con mas fuerza que las anteriores. ____ lloriqueó, y se removió, y acepto que se lo merecía con la esperanza de que ello lo hiciese detenerse.

Pero Light Yagami no se detuvo. No, al menos, hasta que juzgo que le había devuelto el favor... Siete veces siete.

Después:

No tengo idea de que hora es cuando llego al cuartel general, solo se que estoy cansada como nunca en años, tengo el trasero al rojo vivo, la ropa semi destrozada, el cabello revuelto y en mi cara prácticamente hay un letrero de "chica mala" que no tengo idea de como ocultar.

Timbro y en la contestadora suena la voz de Watari.

-¡Señorita, ___ ! ¡Que grata sorpresa! ¿Hay algo que podamos hacer por usted?-

-Yo... Eh... Pasaba por el lugar...- pésima, pésima excusa -y me pareció una buena idea venir a... A saludar-

Mentira. Mentira. Mentira. Mentirota.