En el que todos los intentos son infructosos

7.9K 736 75
                                    

Estampo mis labios contra los de L dejando escapar todas las ganas que me contuve en los últimos días. Le deseo y ahora no puede rechasarme ¿verdad? Por que hemos ganado y Light es Kira, y no hay razon alguna para no celebrarlo. No obstante, aunque el detective me devuelve el beso, lo hace con tan pocos ánimos que de inmediato sé que algo malo ocurre.

Me alejo y abro los ojos, preguntándome por qué demonios tiene esa expresión derrotada en el semblante.

-¿Qué pasa? ¡Has ganado!-

-El contenido de esa grabación ha quedado entre tu y yo, _____. Nadie más lo ha visto, ni lo vera a menos que no quede otra opción.-

Se me descompone la cara. ¿Qué? ¿Todo nuestro trabajo había sido para nada?

-¿De que hablas?- le pregunto, sin entenderlo ni un poquito. -¡Ese video es una prueba suficiente de que Light Yagami es Kira y ¿dices que no se lo mostrarlas a nadie?!-

Suspira y me mira con tristeza antes de reunir ánimos para explicármelo.

-No, lo único que hay es una manzana desapareciendo y un joven hablando solo. Si lo revelaramos ahora Light podría alegar demencia para explicar su conversación con la nada. Y en cuanto a la fruta, sí, la vimos desaparecer pero el aceptar aquel hecho nos obligaría a creer académicamente en fuerzas desconocidas por la humanidad. A la gente le parecerá más factible que se haya caído o que se trate de un error en las cámaras. Nada más que una broma. Admitir que desapareció, así como así, nos haría quedar como unos idiotas ante las leyes criminalisticas. Ambas cosas no prueban nada por si mismas. El vídeo es inútil a menos que tengamos más pistas. Solo es un comodín que podríamos jugar más tarde.-

Frunzo el ceño y me cruzo de brazos. -Ah... Entonces supongo que lo que querrás es que prometa que me quedaré callada.-

-____-san...- hunde las manos en los bolsillos de sus pantalones, con actitud reflexiva. -¿Alguna vez te he dicho lo que pasaba por mi mente cuando te conocí?-

-Quedaste perdidamente enamorado de mi- lo interrumpo con descaro. -¿Robaste esa linea de alguna película?-

Me mira y prosigue.
-Pensé que eras una mujer hermosa, terriblemente atractiva, desbordante de sensualidad, pero nada que no conociera. Existen mujeres bellísimas en este mundo capaces de cometer los crímenes más atroces. Antes de ti, la mujer más bella que había visto ahogo a su recién nacido en una bañera solo por que no lo consideraba lo suficientemente agraciado para ser su hijo.- suspira -La belleza engaña, y no se debe fiar de ella, era lo que pensaba al llevarte conmigo aquella noche... Después de lo de el señuelo en la habitación de Light, de que sospecharas que era algo más, de que consiguieras hacerlo creer estar seguro, te has vuelto la mujer a la que más respeto le he profesado en toda mi existencia. Aunque seas tan joven. No hay modo de que esto cambie.-

Mi corazón se acelera levemente al escucharlo, a pesar de que estoy casi segura de que se hartara de mi.
Todos lo hacen.
Incluso los mas insistentes clientes.
Y mi corazón es un estúpido por ilusionarse con él.

Vamos, ni siquiera ha hecho el mas mínimo intento de tocarme en todo el tiempo que he estado aquí, siempre dice que soy demasiado joven, o que tiene demasiado trabajo, o alguna de esas tonterías... Eso debería darme una pista.

-Sé lo que estas pensando- exclama el pelinegro arrancandome abruptamente de mis alborotados sentimientos. -Pero te equivocas...-

-No lo hago. Me vez como si fueras mi padre, como si debieses cuidarme del resto de los hombres, mantenerme en tu regazo por siempre, pero sin tener nunca segundas intenciones.-

Sus dilatadas pupilas se desvían hacia mis labios. Y se remueve en su sitio de forma casi imperceptible. Casi puedo sentir el interior de mi estomago estallando en llamas al verlo considerar algo conmigo... Pero no. Se que al final ganara su sentido común. Siempre lo hace.

-¿En verdad deseas que te toqué?- pregunta al cabo de un tenso silencio, con la voz una octava mas grave.

-¿Huh?-

Me obligo a calmarme. Tengo que calmarme.

Me ha hecho esto otras veces. Me dejara humillada y se ira a otra parte. O comenzara un interrogatorio. O me encerrara tras la puerta.

Frunzo el ceño.
-No importa lo que yo quiera. No se puede obligar a alguien a que quiera acostarse contigo ¿lo sabes? Y tú, claramente no...-

L cierra los párpados para serenarse antes de volver a hablar. -¿Y no hay manera de hacerte cambiar de opinión, _____?-

-Solo una, y ya sabes cual sería.-

-¿Podría hacerte el amor?- me pregunta al fin, y por un instante olvido como respirar. No recuerdo que nunca nadie me hubiese pedido hacerme el amor, cogerme sí, por supuesto, pero nunca hacerme el amor.

Habla en serio.
Sus ojos me miran fijamente en busca de una respuesta.
Me abrazo a mi misma con nerviosismo y sonrió titubeante. Mi valentía se esfuma conforme asiento, incapaz de articular silaba alguna.

Hacer el amor. Es lo que ha dicho, y L nunca dice nada sin pensar.
Sabe la diferencia.

-Sabes que no... No tienes ni que preguntar...- le digo, aunque no soy mas que una colección de materia inestable a punto de derrumbarse.

-Te equivocas, ____-san. Si tengo qué.- suspira con tranquilidad, y se acerca.

Trato de lucir segura conforme la distancia entre nosotros se acorta, como si supiese lo que hago, como si no fuese algo nuevo. Pero no lo logro. Me quedo quieta y olvido cualquier frase burlona que pueda ayudarme a destensar mi situación.

En menos tiempo del que esperaba, me levanta a horcajadas, obligándome a enrollar las piernas en torno a su torso y me lleva a mi habitación a volandas, depositándome suavemente en un extremo, y subiendo sobre mi de forma que mi cuerpo queda inmovilizado y vulnerable bajo el suyo.

-¿Puedo?- pregunta mirandome a los ojos con una arrebatadora voz repleta de deseo.

Asiento y cierro los ojos antes de sentir sus labios entrando en contacto con los míos. Cálidos, suaves, dulces.

Casi había olvidado lo dulce que era aquel sabor. Sus manos recorren con cuidado la gélida piel de mis mejillas, como si temiera romperme como a una pieza de porcelana. Mi pecho sube y baja agitadamente, y casi temo que pueda escuchar los latidos de mi corazón.

Me estrecha contra si, comenzando a perder los estribos, a deshacerse de aquel pelinegro propio que me llama ____-san, para dejar salir a su otra parte, la salvaje y arrebatadora.

Mi cuerpo tiembla con anticipación.

-L...-

-¿Sí?-

-Por favor... Por favor no seas amable.- ruego.

Sonríe, y acerca su cálido aliento a mi oreja.

-Descuida, pienso cobrarte toda y cada una de la que me has hecho hasta ahora.- ronronea. -¿No era eso lo que querías, _____?-
Jadeo bajo su cuerpo, ahogada en una nueva oleada de calor embriagante.

Y yo que pensaba que este chico era un fracaso en hablar en ese tono...

Llevo mis manos a su espalda para subir lentamente su camiseta a la vez que mi lengua recorre seductoramente su pálido cuello.

Se tensa sobre mí, intentando mantener el ritmo de su respiración, aunque apretando mi cuerpo contra el suyo cada vez con más fuerza.

Me necesita. Lo sé. Y yo lo necesito tanto como él a mi.

Suelto una especie de risa mezclada con jadeo.

-Sí, L.- respondo al final. -eso es exactamente lo que quiero-

The Loveliest Boy I've Ever Fucked (L&Lightxtú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora