En el que el salón de clase se vuelve una sala de castigo

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Narra ____:

Ya no era una empleada de L, pero tenía que seguir asistiendo al instituto de Light, lo que no pudo haber sido más extraño. (Ya sabes, la parte de planchar un uniforme en lugar de enfundarse en látex e ir a estudiar álgebra en lugar de ir en busca de un callejón).

¿Que más podía hacer, al fin y al cabo? Si Light no me veía ahí al día siguiente de la confesión que me hizo, seguro que lo tomaba a mal. ¿Quien aseguraba que no iba a matarme en un arrebato de ira? No, era mejor no provocarlo, por mas que me sintiera cansada y me ardieran los ojos de tanto llorar por L anoche.

L... ¡Oh! ¿Como pude decirle todas esas cosas?

Soy la segunda en llegar al salón de clases. El primero, por supuesto, es Light.

Me siento delante suyo, pero de inmediato me dice que me quiere a lado. ¿Así sera todo de ahora en adelante?

-Tienes los ojos hinchados. Has estado llorando.- observa al instante.

-Ha sido cosa de Charlie.- escupo, ya que es lo único que podría sonar medianamente convincente. -Le ha parecido inapropiado el vestido que me he puesto ayer, y me ha dado una regañina hasta hacerme llorar.-

-¿Es que te ha tocado?-

-No.-

-No me mientas si no quieres que me enfurezca contigo.-

-No estoy mintiendo- gruño por lo bajo, ya que si una cosa detesto en el mundo, es que me llamen mentirosa cuando estoy diciendo la verdad.

Nadie me ha tocado anoche.

-Entonces muestrame.-

-¿Qué?- casi me atraganto por la sorpresa, pero el rostro de Light es frío, impasible, tan indiferente como siempre.

-Quitate las bragas. Lo comprobaré yo mismo.- dice, aunque no con ese tono excitado que una esperaría.

Trato de descubrir el por que de este cambio subito de actitud, aunque algo en el fondo de mi ya lo sospecha: De verdad se cree mi dueño.

-¡Ni se te ocurra ponerme las manos encima!- le grito, con el ceño fruncido. -¡Me das asco!-

-¿Acaso crees que te lo he preguntado?- continua el castaño, y sus ojos son serios, severos, y asesinos. -Es una orden, _____, y si estuviese en tu posición la cumpliría. No empecemos este día con el pie izquierdo.- me advierte.

-Eres un cerdo... De haberlo sabido jamás...-

-Pero no lo sabias. Esa es la cuestión ¿o no? Así que ten mas cuidado con como me hablas, preciosa. No querrás terminar como el hombre de ayer.-

¿Eso quiere decir que él lo ha hecho? ¿Como? ¿Como? ¡En frente de mis narices!

-Vamos, no querrás que llegue alguien y te vea.-

Me tiembla la barbilla, pero se por su postura, orgullosa y magnánima, su voz fría y calculadora, y su mirada intensa e inflexible que nada le hará cambiar de opinión y que lo mejor es no poner a prueba su paciencia. Me levanto con precaución y camino hasta estar en frente suyo.

-Subete al escritorio.-

Le dirijo una mirada cargada de odio antes de obedecer y siento como sus invasoras manos se dirigen debajo de mi falda de forma autoritaria. Luego tocan mis bragas y sin mas preámbulos comienzan a deslizarlas por mis muslos.

-No...- trato de detener el avance de sus manos con las mías.

-Quieta.-

No tengo de otra mas que obedecer. Me las baja hasta quitármelas, haciendo caso omiso a mis oposiciones. Aprieto las rodillas en un último intento de conservar mi cuerpo para mi.

The Loveliest Boy I've Ever Fucked (L&Lightxtú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora