En el que hay una especie de tortura

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La chica temblaba, abrazándose las piernas en un extremo de la habitación.

Aquel había sido el primer método de tortura empleado.

El frío. El frío intenso y puro, que lamía la piel y quemaba muy dentro. Habían bajado la temperatura conforme la interrogaban, hasta que se le amorataron los labios, se le pusieron rígidos los dedos, y sus dientes castañearon tanto que le fue casi imposible volver a contestar.

De todas formas, aunque hubiera podido, seguro se trataría de otra de sus bromitas de adolescente boba. Había estado soltándolas desde el inicio, como si creyera que si actuaba como una descerebrada, sus captores llegarían a tragárselo y a dejarla ir.

Pero eso no pasaría. Sabían que era lista. Tal vez demasiado.

-Por ultima vez, Lovett. ¿Cual es el nombre verdadero de L?-

-S-Su n-nombre es-s-s- le era imposible controlar sus espasmódicos movimientos, y tenía miedo de arrancarse la lengua al hablar, no obstante, reunió todas sus fuerzas para pensar en una respuesta.

-E-Es-s-s... Lu... L-Lucious...-

-Lucious ¿qué?-

-¿Ma-Ma- M-Malfoy?-

Furibundo, su captor bajó otro par de grados a la temperatura de su celda, y ____ lo notó de inmediato. Trató de estirar la holgada camiseta un par de centímetros más, para cubrirse una mayor superficie de las piernas.

Fue en vano. Sintió que en cualquier momento se le caería la nariz de la misma forma en que caería un tempano de hielo.

Mierda...

-Seriedad por favor, tu vida depende de esto.- la voz hizo una pausa. -Su ubicación, ____. La sabes ¿no es así? ¿En donde podemos encontrarlo?-

-E-En... E-En... Oh... E-Eso s-si lo s-sé...  S-Seguro...-

-¿y bien?-

-E-Era... E-Era... ¿E-Estas gra-grabando?-

-Así es.-

-E-Es... P... P. S-Sherman, c-c-calle Wa- Wallaby... N-N-Número 42... S-Sidney.-

Hubo una pausa, que duró quizás el tiempo en que su captor buscaba aquella dirección, y el tiempo que le tomaba darse cuenta de que aquella dirección era más bien famosa, en lugar de secreta, como había esperado. ¿Como no iba a ser famosa si Dory y Marlín se la pasaban repitiéndola durante toda la película de buscando a Nemo?

-Tal vez debería darte el reconocimiento de poder bromear aun cuando estas por morir congelada.- dijo el captor con rabia. -No obstante, me temo que no podrás hacerlo por mucho.-

Después del frío extremo, la expuso a un calor extremo. Se le espesó la sangre, se le agrietaron los labios, se le perló de sudor el cuerpo, y apenas si podía soportar estar sentada en un mismo sitio por un par de segundos, pues la superficie del suelo estaba ardiendo como arena en la playa, después del día mas soleado del año.

Ahí si que lloriqueó, aunque las lágrimas pronto se le acabaron, y sufrió un cuadro severo de deshidratación, pues, además de los extremos cambios de clima, también se le había limitado a un vaso de agua y un pedazo rancio de pan por día, así que de ninguna manera habría podido sobrevivir a aquello por mas de unas horas.

Alucinó un poco. Pero, por fortuna, eso era lo que sus captores estaban esperando.

-¿Saben que era lo gracioso...- tuvo que detenerse para relamerse los labios y tratar en vano de tragar saliva. -... Lo gracioso de L?-

-¿Que era lo gracioso de L?-

-Tenía... Tenía estos... Estos ¡fetiches! ¿O eran caniches? Creo recordar unos caniches... ¡Ah! No, no eran caniches. ¿Serian afiches? ¿Que es un afiche? ¿Existe esa palabra? Por que... Ahora que lo pienso...- se quedo repitiéndola una y otra vez para frustración de sus captores. -afiches afiches afiches afiches ¿les sigue sonando como una palabra? Por que a mi... A mi me gustan los caniches. ¿Les digo quien tenía uno? Kira. ¡Y volaba!-

-¿Es que te parece muy fresca tu habitacion?- amenazó la voz robótica -Por que podríamos solucionarlo. Otro par de grados no le hará nada a nadie...-

Por supuesto, aquella era tan solo una forma de hablar. Si cualquiera de nosotros tocara un solo centímetro de aquel lugar, habríamos apartado la mano de inmediato, como haríamos al tocar una plancha encendida.

_____ no pareció registrarlo. Seguía demasiado distraída pensando en el caniche volador de nombre Ryuk.

Luego del calor, intentaron con choques eléctricos, pero tampoco tuvieron éxito con ello. No solo por que esta tomaba al verdugo que habían enviado como un juguete, y se reía de él, y le coqueteaba de forma descarada, sino también por que tenían que meter en su boca un madero y evitar así que se mordiera la lengua, y con la boca tan ocupada, le era imposible decir la gran cosa.

Luego intentaron atándola a una rueda con el fin de estirarle piernas y brazos hasta dislocarlos, pero de todo, aquello fue lo que mas contraproducente resultó.

Al parecer, le gustaba esa clase de dolor de una forma poco sana. No oponía resistencia alguna al ser atada, sino que se quedaba quietecita y gustosa esperaba a sentir como la maquina de tortura hacía su trabajo.

El hombre contratado para llevar a cabo los castigos renunció al cabo de una semana, al ver como esta se arqueaba, jadeaba, gemia y le pedía que lo hiciera con mas fuerza, que no fuera un marica, que ¿que clase de verdugo de quinta le habían enviado? ¡Venga! ¡Seguro podía dar mas de si!

Aquello acabó con el autoestima del pobre, y tal vez hasta podamos decir que nunca más volvió a hacer algo como aquello en su vida. ¿Y que si su próxima víctima también lo humillaba de tal forma? Ni hablar.

-Parece imposible- gruñó su captor al apagar el micrófono que daba a la celda. -La chica esta loca. L se consiguió a toda una desquiciada.-

-A mi me gusta.- dijo el joven de gafas exhalando una bocanada del humo de su cigarrillo. - El dolor físico parece ponerla caliente ¿eh?-

-Claro que te gusta.- contesto su interlocutor, asqueado. -Tu mismo eres un desquiciado.-

-No empiecen otra vez.- interrumpió una voz mas joven. -Apenas han pasado tres semanas. Tal vez deberíamos empezar a alimentarla por la nariz, eso seguro no podría causarle ningún placer.-

-Eso dijiste cuando el hombre vino a estrangularla.-

-¿Es que no se dan cuenta? Solo mirenla.- los tres miraron a la pantalla, desde donde ____ Lovett les sonreía con ponzoña, preguntando que nueva sorpresa le traerían. Temblaba, pero no de miedo sino de rabia.

Estaba lista para cualquier cosa.

-¿Darnos cuenta de qué?- preguntó el rubio malhumorado, pues para él no había mas que desafío en ese bonito rostro frente a él.

-Ahí.- señaló el albino con pereza. -En las comisuras de los labios.-

Al observar con mas detenimiento, tanto el rubio como el de las gafas creyeron ver a lo que se refería. Una casi perfectamente bien disimulada mueca de dolor.

-Se esta rompiendo.- dijo Near, y el resto de los presentes, asintieron.

The Loveliest Boy I've Ever Fucked (L&Lightxtú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora