En el que el mejor detective del mundo prueba ser bueno en la cama

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-Esta bien... L... ¿Como quieres hacerlo?- pregunto agitada, conforme el interludido me despoja de mi sostén de encaje y lo tira al suelo.

No contesta.

Sus labios ascienden suavemente por el valle de mis senos hasta detenerse en mi clavícula, su cabello oscuro acaricia mis poros, y se aparta únicamente para quitarse la camiseta y hacerla a un lado como si tenerla cerca le estorbara.

-Eres la criatura más bella del mundo- suspira, -Lo sabes ¿verdad? No existe un hombre que sea capaz de resistirse a... a todos esto.-

Pierdo el aliento admirando la obra maestra que es el pelinegro, tiene un aspecto casi fiero, ahí con el cabello alborotado y las pupilas dilatadas; casi es posible oler su frenesí contenido, uno que esta a punto de desbordarse, y me temo que yo no soy lo suficientemente desinteresada como para ayudarlo a reprimir sus impulsos.

Su cálido aliento roza mi cuello provocándome escalofríos, y los músculos de sus brazos se estiran a ambos lados de mi cabeza como haciendo flexiones.

Abro las piernas para dejarlo posicionarse entre ellas, y mi calidez se transfiere a la dura mezclilla de sus pantalones.

-L...- alzo la mano para trazar caminos en su rostro.

Gimo fuertemente cuando hace el primer movimiento pelvico, aun sobre la ropa, y paso los brazos alrededor de su cuello para sostenerme de algo desesperadamente.

-Tranquilo...¡ah~!.. va- vaquero...- jadeo -Aun hay... Ah~... tres capaz de... de ropa interponiéndose en... Ah~... tu camino.-

A pesar de su desesperación parece escucharme, deteniendose para mirar intensamente las bragas que llevo puestas, como si de ellas fuera toda la culpa.

-¿L?- pregunto.

-Comprendo.- murmura con gravedad.

Une sus labios con los mios nuevamente, y esta vez su lengua entra en el juego. Es asombroso. Siento que podría desfallecer solo con que siguiera besándome así.

Trato de grabar todo esto en mi memoria. Un L salvaje y lujurioso, deslizando juguetonamente su lengua contra mi boca con necesidad de más. Robandome el aliento, haciéndome desear realizar con él miles de perversiones. Su cuerpo ardiendo por el deseo, piel contra piel, prenda con prenda.

Aparto los brazos de su cuello y redirijo mis manos hacia el cierre de su pantalón, deleitandome con el sonido que despiden los labios de L contra los mios conforme lo bajo.

Gruñe de una forma condenadamente seductora y no tiene que hacer más esfuerzo para ponerme a temblar. Lo necesito, ahora.

-Por favor...- prácticamente imploro, con aquella voz y aquellos ojos capaces de poner a cualquier hombre duro como a una roca.

L no es la excepción esta vez.

No tardo en ver como su amigo despierta levantando una tienda de campaña en el bóxer del detective y contengo el aliento al apreciar el tamaño de lo que se oculta debajo.

Demonios. ¡En que lío me he metido! Eso es... Vaya... ¿Como decirlo para que suene gentil?

Trago en seco. Casi espero que se trate de un calcetín, una broma...

Vaya...
"Eso no puede ser real." pienso, aunque pronto la realidad me golpea la cara, cuando se deshace de esa ultima prenda de ropa que cubre su cuerpo y empuja bestialmente su miembro contra mi intimidad apenas resguardada por unas delgadas bragas negras repletas de encaje, arrancandome el mas placentero de los gemidos.

The Loveliest Boy I've Ever Fucked (L&Lightxtú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora