No tenía la menor idea sobre lo que me iba a hablar y miento si digo que no me estaba poniendo nerviosa. Al escuchar sus palabras y su forma de decirlas entendí que era un asunto serio, por esto no dejé de imaginarme mil y una historias de lo que me iba a contar, todo en segundos.
Después de un par de suspiros se separó de la pared y se puso a mi lado. Yo me giré para poder verle la cara mientras ella se planteaba si contármelo o no. «Ya puede ser muy importante para que no me lo quieras decir» me dije una y otra vez. Al fin, se giró hacia mí y se empezó a acercar a mí. Más cerca. Mucho más cerca. En lo que me di cuenta nuestros labios ya estaban unidos.
No sabía qué estaba pasando, estaba muy confusa y lo único que hice fue dejarme llevar.
–¿Qué haces? –pregunté al fin, separándome de ella.
–Creo que era más sencillo... Por lo menos para mí –rió nerviosa.
Yo no sabía qué contestar. ¿Qué podría decir en esta situación? Yaneli era una persona muy importante para mí y no quería dejar que esta estupidez nos separase, tenía que pensar las palabras perfectas para no ofenderla.
–Tengo novio y sabes que no me gustas de esa manera –«muy sutil, Aina, muy sutil».
–Lo sé, por eso quería hablar. No quiero verte más –esas palabras se clavaron en mi corazón como mil espadas cayendo sobre él–. No me malinterpretes, eres muy buena amiga y todo eso –agarró mi mano–. Estoy enamorada de ti y no quiero estarlo porque no voy a ser correspondida y estoy sufriendo mucho, ¿entiendes? No es bueno que nos veamos.
–Claro –miré al suelo, una lágrima cayó por mi mejilla y la sequé–. T-te entiendo –pude decir sin romper a llorar.
Salí lo más rápido que pude de allí. No entendía absolutamente nada de lo que acababa de pasar. Acababa de perder a una de las mejor personas que han aparecido en mi vida en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué tenía que hacer en esa situación? Lo primero de todo, alejarme para no causarle más daño. Lo segundo, tratar de olvidarla —difícil, pero habría que intentarlo—.
*****
Sobre la una de la madrugada entré a hurtadillas a mi casa para que mi madre no notase que estaba entrando, no podía permitirlo. Fui a mi habitación y tras de mí cerré la puerta sin hacer ruido. Me acosté en la cama e intenté dormir, cosa que no conseguí así que comencé a recordar.–No puedo seguir así –suspiré con las manos en la cara–. No hago más que estorbar.
De nuevo, una lágrima cayó por mi mejilla, a diferencia de que esta vez dejé a mi cuerpo llorar.
–No –dije después de estar llorando muchos minutos–. Algo tengo que hacer bien –cogí mi móvil.
Entré a Whatsapp y busqué el chat se Ismael, cosa que no fue muy difícil ya que había sido de las últimas personas en hablarme.
Es muy tarde y no me querrás contestar, pero quiero y necesito hablar contigo, nunca me molestas. Si quieres quedar antes del sábado: por mí genial, quiero verte de nuevo. Te quiero, no lo olvides.
No, no podía escribir todo eso. Era demasiado informal y, a lo mejor, lo entendía mal, quién sabe. Borré el mensaje y empecé a escribirlo de nuevo.Sé que es muy tarde y, quizás, no me quieras contestar pero estoy dispuesta a hablar contigo, no hay ningún problema por ello. Si quieres quedar antes del sábado, por mí bien.
Eso sí. Lo envié y en menos de cinco minutos me contestó.
Ismael: está bien :D
Ismael: ¿qué te parece mañana?
Aina: pues claro:)
Ismael: ¡genial!
Ismael: por cierto, ¿qué haces despierta a esta hora? u.u
Aina: podría preguntarte lo mismo.
Ismael: touché xD
Ismael: buenas noches.
Aina: adiós.*****
A las seis de la mañana ya estaba despierta. No era porque no había podido dormir, qué va, me puse el despertador para salir de casa una hora antes de que se despertase mi madre, seguía sin querer que me viese.
Por la tarde fui al parque donde quedé con Ismael. No lo vi por ninguna parte, así que me senté en el primer banco que vi, a pesar de haber dormido “bien” por la noche estaba muy cansada.
Miré alrededor, dos chicas pasaron a mi lado. Iban de la mano y riendo.
–No sé qué haría sin ti, María, te quiero tanto –dijo una.
–Yo también –contestó la otra–. Te quiero, mejor amiga.
«¿Mejor amiga? ¿Quién llama así a su mejor amiga? Qué horterada» pensé primero. Luego recordé lo bien que me lo pasaba con Yaneli y lo mucho que la iba a echar de menos. Se me va a hacer imposible olvidarla... Aún lo sigo intentando.
El caso, unos minutos después llegó Ismael y estuvimos hablando lo que había pasado.
–Siento mucho haberte besado, no era mi intención.
–Pero de todas formas lo hiciste y sabes perfectamente que tengo novio –empecé a enfadarme al recordar la situación–. ¿Y si se entera? Es el amor de mi vida –tomé aire–. ¿Qué es lo que pretendías? ¿Que estuviese contigo, así de fácil?
–¿Así de fácil? –preguntó–. ¿Qué te crees, el centro del universo?
–A ver, me has besado.
–¿Y qué? –se levantó–. Fue un error.
–Menos mal, yo solo te quiero como amigo –en su cara se dibujó una sonrisa, una sonrisa que era totalmente fingida. ¿Qué le pasaba? Sólo estaba siendo sincera y él ya me había dicho que había sido un fallo.
–Eres tan... –miró al cielo–. Tan tonta.
–Lo sé –guiñé un ojo y lo abracé–. No quiero que estemos mal, ¿vale?
–Claro... –se separó y le noté una sonrisa triste.
Seguimos por nuestro camino y hablamos. Ismael es un chico fantástico, no entiendo como no puede tener pareja. Es extraño, yo me había enamorado de él la primera vez que le vi, ¿por qué había sido tan dura antes con él si en realidad ya me había enamorado desde el primer día? Y, aún saliendo con Manu, me siento muy nerviosa al estar con él. ¿Me seguía gus...? No, no puede ser. ¿O sí? No. Estaba con Manu, no podía ser así.
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Tenían que ser dos.
Fiksi RemajaEl amor adolescente no es nada fácil y menos la adolescencia, todos lo sabemos excepto Aina. Está empezando a sentir cosas que nunca había sentido antes y está muy confusa, más de lo normal, ¿se le complicarán las cosas?