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Manteníamos ese silencio, permitiendo que la noche nos brinde su mejor sintonía, la tranquila marea reflejaba la luna convirtiéndola en algo tan brillante y hermoso. Nuestra cercanía se mantenía con cierta distancia, la suficiente para observar el uno al otro.

Seguía memorizando cada faceta de él, esos dedos jugueteando entre si me indicaban que estaba nervioso, ancioso al igual que yo. Su cabeza gacha me decía que estaba asustado cuando no debería, sonreí triste y me removí de la fría arena para acercarme a él, recibiendo una ventisca pasar por nuestros cabellos y removerlos. Al tenerlo cerca apoye mi mano en su coronilla, sintiendo sus finos y suaves cabellos, a lo que él elevo su rostro, su mirada reflejaba inseguridad, dolor y cansancio.

-Tae..- Volví a pronunciar su nombre con timidez, recibiendo su atención. Pase mi mano por el costado de su cara, hasta llegar a su mejilla y acunarla en mi palma, sintiendo esa quemadura. Le sonreí, desprevenidamente tome asiento en su regazo cómo si no hubiese más espacio, sin permiso y sin negación por su parte, que simplemente quedó estático en el lugar. Pase mis piernas por cada costado de sus caderas y lo encerré entre ellas, acercándome a él cada vez más, sentí como sus brazos me enredaban a él pasando por mi cintura, un cosquilleo el cual pensé que se había evaporado volvía a mi estomago, provocando que el llanto vuelva.

Lo tenia a centímetros de mi rostro, detallando a la perfección el suyo, sus ojos destellaban un brillo que había olvidado, sus labios tan gruesos, esos labios nunca se habían ido de mis recuerdos, reviviendo las ganas de tenerlos solo para mi. Relami mis labios con lentitud, a lo que él notó y se quedó observando. Pase mis manos por detrás de su nuca y lo acerqué mucho más a mi, hasta apoyar mi mentón en su hombro, manteniendo un delicado y tan faltante abrazo.

-kookie..- Me nombró susurrante, provocando erizar mi piel.- hueles bien- sentí pasar sus labios por mi cuello, como inhalaba mi aroma con su gruesa nariz, mis mejillas se colorearon por primera vez en años.

Un nudo se formó en mi garganta, aprisionando mi respiración de nuevo. Sus labios seguían paseando por mi cuello hasta que eleve mi rostro al suyo, enfocando mi vista en esos ojos, trague duro y me limite a posar mi frente contra la suya, cerrando mis ojos y disfrutando de su presencia, de su toque, de su amor.

-Te extrañé... Tanto- Mencioné entre quejidos, apretando de su nuca para atraerlo, cómo si fuese insuficiente la cercanía que manteníamos y es que, aún siento ese hueco en mi interior.

-Yo igual...- Oí esa rasposa voz, logrando que muerda mi labio inferior.- Lo siento, kook- Un fuerte viento golpeo mi cara, despavilandome, años pasaron y por fin escucho esa palabra tan destructiva, cómo si solucionara algo después de tanto, no pude más y largue un sollozo, ¿A caso creé que eso solucionara mis días de puro ahogamiento? ¿De descontrol? ¿De soledad? Claro que no. Y no me refiero a que lo odio ni mucho menos, es el simple sentimiento de impotencia, de dolor al haber sido abandonado sin algún motivo.

-Sabes...- Hablé firme pero nervioso, llamando su atención- Aunque me duela... No-No me molestaré- Trague un sollozo, negando con mi cabeza, provocando frotar mi frente con la suya - Pero...- Mi vista se nublaba por las húmedas gotas pidiendo salir- No lo hagas de nuevo...- Rogué con mi aguda y rota voz- Por.... Por fa... Por favor...- Largué un lloriqueo junto a esas lágrimas que caían una tras otra.

-No lo haré..- susurró apenado, tomando mi húmeda mejilla con una de sus manos, acariciando de ella, tratando de calmarme. Mantuve mis ojos cerrados, queriendo que no me vea en ese estado otra vez, hasta que sentí sus labios apoyados en mi otra mejilla, un pequeño beso que parecía eterno y que hundía mi rubultosa piel, transmitiendo todo su amor a mi roto corazón.

-Jungkook- Me nombró ya calmado, emití con dificultad un simple sonido ya que mi garganta no me permitía hablar - Mirame - Pidió susurrable, sorbi mi nariz he hice caso omiso, recibiendo su pequeña sonrisa.- estas más hermoso, kookie- Rió delicado, perforando mis oídos. Me impactó oír aquello, me dejo en total anulación, sin saber que responder cómo si fuese la primera vez en haberlo dicho, revolcando mi corazón.

-B-bu-b..-y..e-em-m...- Balbucie sonrojado, había escuchado aquello de una manera tan sincera, mis labios secos emitían sonidos extraños y mi cuerpo se estremecía por la brisa del mar. Oí su risa esta vez más fuerte, provocando que deje de balbucear y sonría junto a él. - Tú eres precioso, Tae.- Devolví el alago, acariciando una de sus tibias mejillas, recibiendo su avergonzada sonrisa.

Fue ahí donde me di cuenta de lo apuesto que estaba, de cómo sus labios eran tan carnosos. Me atreví en hacer lo que tanto deseaba y anhelaba, lo que había extrañado y amado siempre. Acerqué mis titubeantes labios a los suyos, queriendo unir esa pasión que había muerto, descubrir el sabor de sus labios, si algo había cambiado, pero definitivamente no hubo ningún cambio. Apoyé con miedo mis labios a los suyos, suspirando de manera profunda, disfrutando ese toque tan hermoso el cual quemaba y me estremecía por completo, manteniendo esa chispa que al parecer nunca se habia apagado entre ambos, poniéndome de una vez por todas alegre, satisfecho y cálido, lo cual hace tiempo había olvidado.

Pasé ambos brazos detrás de su nuca, atrapando su cuello para mi, apretando de él para profundizar del cálido y pasivo beso que tan bien se sentía. Taehyung sujetaba con firmeza mi cintura, atrayendo nuestros cuerpos y disfrutando del estático beso. Me sentía tan desesperado, comencé a moverlos con torpeza, cómo si fuese mi primera vez en besarle. Sonreí sobre sus labios al recordar nuestro primer beso, más bien dicho el beso que él me robó.

Mis manos subieron por sus cabellos, acariciando de ellos de una forma dulce y tranquila, chasquidos resonaban en el silencioso ambiente; su manera de besar había cambiado por completo, ya no era ese niño inocente que temía a lo nuevo, ahora se veía como un verdadero adulto cautivando mis labios y manejando del fogoso beso.

Sus manos se metieron traviesamente dentro de mi camiseta, provocando que arqueara mi espalda al sentir su tacto tan frío en mi cálida piel, emití un pequeño suspiro por la extraña sensación, Taehyung deslizaba con delicadeza sus largos dedos por la longitud de mi lomo, provocando que me acercara más a él y que no me canse nunca de sentir su pesada mano en mi.

Nos separamos de aquel beso y nos observamos, sonriendo cómo idiotas, seguía con sus caricias alborotando mis latidos, reí por el cosquilleo que atravesó todo mi cuerpo, a lo que él imitó. Mi cabeza se siente tan agotada, me limité en abrazarlo sutilmente, cerrando mis ojos sin pensar más allá del momento.












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El pequeño Tae....// vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora