Scherlott es una mujer poderosa, algunos la tachan de cruel y despiadada. Logan es un joven estudiante de universidad que es secuestrado por una red de trata de personas. ¿Cómo es que sus caminos se cruzaron?
El objetivo de Scherlott es descubrir qu...
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Logan centraba su completa atención en las palabras de la rubia, perdiense en sus labios carnosos de tono rojizo. Encontrando sus miradas de vez en cuando, intentando ocultar su evidente interés. Le causaba curiosidad conocer que había trasformado a Scherlott.
Trataba de visualizar las escenas que Scherlott narrada, sintiendo empatía por ella. Con sus palabras, la rubia logró persuadir al menor logrando su cometido, sensibilizar su corazón puro, preguntándose internamente si aquel muchacho de ojos negros, tez pálida y labios finos tenía un toque de inocencia ingenua que la invitaban romper esa ilusión. Quería corromper esa alma pura.
–Por otro lado, mis padres firmaron un acuerdo con los tuyos –, murmuró –, allí es donde estas tú –, al notar la facciones de Logan contraídas se apresuró a aclarar –, necesito encontrar a mi padre y al causante de la muerte de mi madre. Eres la clave para ambas cosas, talvez no recuerdes a tus padres pero otra pieza de este rompecabezas es Lío Parker, tu tío.
–¿M-mi tío? –, cuestionó confuso.
–Él fue quien te proporcionó los códigos, porque es importante para él que tu conserves esa información, ¿crees que fue una casualidad que yo te encontrara en aquella subasta?
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La mañana comenzó con la llegada de los Dubracko. Dos hermanos rubios bastante similares, con brillantes pieles canela y intensos ojos azules, a decir verdad muy atractivos. Habían pasado muchos años desde la última ves que se vieron. Ahora, el mayor, Eyden, lucia más fornido que antaño y sus facciones se marcaban más. Su hermana, era su réplica exacta en versión femenina, con facciones casi perfectas y cuerpo deseable.
Para los ojos de Scherlott, por más que lucieran su gran porte, seguían conservando sus mentes vacías y sus irritantes personalidades.
Scherlott los recibió frente a frente, analizando a ambos y dando su criterio de lo que se avecinaba solo con verlos.
–Scherlott –, comenzó a hablar Eyden tomando la palma de su contraria y besando delicadamente su piel, mientras la miraba fijamente. Scherlott no tardó en demostrar su disgusto y sin vergüenza rodó los ojos liberando su mano bruscamente.
