𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆

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¿S C H E R L O T T?

Después de todo había llegado a la conclusión de que una Scherlott ebria era definitivamente más divertida, pero no por eso más fácil de tratar.

Sólo ella podía hacerse creer que el chico castaño delante de ella era producto de su imaginación o en otro caso del alcohol. Logan no tuvo alternativa que ayudar a Scherlott, además de que no logró escapar del agarre casi doloroso que Scherlott tenía en su brazo derecho. Optó por bajar de las escaleras a Scherlott junto a él hasta estar en un lugar más seguro.

La confianza con la que la rubia se acercaba a él provocaba que sus latidos se aceleraba. Esa mujer tenía un talento para ponerlo nervioso.

—¿En verdad eres tú? —, señaló Scherlott mientras tanbaleaba sujetandose a una barra. —¡Wow! No pensé volverte a ver angelito...

A pesar del aroma a alcohol mezclado con menta fresca, el aliento de Scherlott a Logan le parecía atractivo. Pero eso no lo admitiría.

—Mi nombre es Logan, no angelito —, recriminó   atrapando a la rubia que estuvo a punto de caerse nuevamente —, tampoco pensé verte de nuevo, Scherlott.

—Lo sé, lo sé, te llamas... Luján, si. Para mi eres un ángel, un lindo y sexy ángel.

Están por cruzar la entrada principal del antro, hasta el gritó de Kim para detener su paso. Logan maldijo por lo bajo y dio vuelta junto al cuerpo ebrio que sostenía. Estaba jodido, Kimberly no pararía hasta saber el último detalle.

—¿Quién diablos es ella? —, reprochó.

—Una conocida, Kim, después te explicaré a lujo y detalle. Ahora necesito que me ayudes a llevarla al auto.

El semblante molesto de Kim se contrajo más. ¡Diablos, esa chica si era celosa!.

Kim no siguió hablando y ayudó a su esposo a cargar a esa mujer que no paraba de balbucear casi dormida. Después de llegar a la entrada del auto empezaron una discusión por quien debería manejar. Logan quería terminar rápido con la situación así que dejó de pelear con Kim y dejó que ella conducira.

Al regar a la residencia empezaron las miradas asesinas por parte de Kimberly, que tratándose su orgullo dejó que Logan acostara a la desconocida en una de las habitaciones.

—Tenemos que hablar —, habla Kim—, ya dime, ¿quién es ésta mujer?—, intenta controlar el tono de su voz, pero no puedo evitar que sonara a reclamo.

Logan inexpresivo cubrió a Scherlott con una manta y junto a Kim salieron de la habitación.

—Su nombre es... S-scherlott —, la pareja se sentó en la sala principal y empezo una plática inialmente controlada.

—Scherlott —, dice seria.

Logan comenzó a contarle la manera en que conoció a la mujer rubia que descansaba en la habitación. Kimberly no pude evitar enfadar en algunas escenas de la historia, pero de igual manera prestó atención. Al terminar, ambos quedaron en silencio esperando a que el otro dijera algo, lo que sea, sólo querían liberar la tensión.

—Dime algo...¿Realmente no sientes nada por mi? —, a midad de la oración su voz se quebró.

Tardó en responder un poco
—Claro que siento algo por ti—, se atrevió a decir.

—Pero no me amas—, Kimberly tiene un señala te triste en su rostro y lágrimas escapando por sus mejillas.
—Eres una persona grandiosa, pero no eres para mí.—, dijo.

—Eres un idiota, Logan.

Eso dolió.

—Intente enamorarme de ti pero es imposible, tu no tiene lo que ella si—, vuelve a decir inconscientemente.

—Lo lamentó, pero no puedo intentar ser alguien que no soy Logan.

—Solo deja me intentar quererte y quizá...— intenta decir.

—Cállate Logan, tu no me quieres y nunca lo harás, por más que intenté. Te amo, pero no puedo permitir que me compares y me uses para olvidar a aquella mujer. Está más que claro que no la puedes olvidar, si al menos tienes un poco de lastima por mis sentimientos...deja de buscar lo que no encontrarás en mi.

Suspiró pesado. No  quería hacer más daño, verla llorar tan sinceramente dolía.

—Es que no puedo, me suele estar así, perdona mi amor, ya no quisiera discutir. No juego y no quisiera lastimarte, te quiero, pero es difícil acostumbrarme a otros labios, otro aroma. No te comparo con nadie. Eres hermosa, una gran mujer, pero lo siento, no puedo sentir contigo cosas que no...—Le responde a todo lo que dijo con total sinceridad. Ella sigue llorando.

Porque aunque otros labios i