𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆

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I N T E L I G E N C I A

Hasta ese momento jamás pensó en tener esa sensación amarga.

Era una mezcla de angustia y molestia que estrunjaban su estómago, como garras que tiraban desde adentro y le hacían tener ganas de llorar. Era algo parecido al miedo y la adrenalina, a querer correr y tener los pies sujetos al suelo.

Eyden recuerda haber sentido esa sensación antes, cuando de niño y miraba la puerta de la habitacion de su mejor amiga; vestido de negro y con rosas del mismo color, se había quedado parado frente a la puerta queríendo disculparse por algo que ni él entendía. Y lo recuerda tan vividamente que se queda anclado frente a la puerta de Scherlott alzando el puño que nunca llega a tocar la puerta.

Sus labios forman una línea en expresión preocupada, su corazón late con rapidez y sus lágrimas amenazan con salir. Al girar en dirección de alejarse, detiene sus pasos y cae en la frialdad del suelo rompiendo en llanto.

Quería ser esa persona para Scherlott, pero no podía. No cuando esa emoción oscura como el alquitrán envolvía su corazón mientras recordaba a su dulce Lotti.

<<Nunca voy a ser la persona adecuada para ella.  Tan perfecta, inteligente, valiente, astuta y encantadora. ¿Qué puedo ofrecer yo, además de una alma rota?. Tengo que alejarme, pero no quiero. Quiero correr a abrir su puerta y disculparme de rodillas, quiero decirle que me enamoré de ella desde hace años, quiero...>>

Sólo se alta en la pared mirando la poca luz del pasillo. No contó los minutos que pasó allí, tirado en  el suelo con la cabeza inclinada hacia atrás tratando de detener sus lágrimas  y secar sus mejillas. Corría el tiempo y sus esperanzas eran vaciadas de poco en poco.

Al notar el oscurecimiento en la pequeña ventana a un costado de la puerta, aquella que tenía pequeñas rejillas de metal, se levantó adolorido pero eso poco importó. Cerró sus ojos fuertemente intentando evitar us propios pensamientos con miedo y angustia.

Se alejó de la puerta y subió las escaleras después de cruzar el pasillo por completo. Al cerrar la puerta del sótano, encontró  su hermana.

—Tranquilo solo es por venganza —, musita Emily sin dejar de mirarlo fijamente.

—¿Cuanto planeas que dure esta "venganza"?—, dudó.

—El tiempo que sea necesario para que dejen de buscarla y la Mafia Smith deje de ser la "más poderosa", aunque claramente no lo es—, respondió guiando a Eyden al patio trasero.

—Por cierto, ¿quién era el chico?
—, ella se sorprende por el comentario repentino.

—¿El chico? Oh, no lo sé.

Suspiró y caminó lejos de ella, sin ganas de seguir a Emily se refugió en su habitación, donde no hizo más que acostarse pecho arriba sobre la cama y cerrar los ojos.
Si ese chico es tan importante como para arriesgarse a una trampa, ¿quien es?

El espejo parecía gritar insultos en la cara de Scherlott.

La habitación estaba conectada a un pequeño baño color blanco donde encontró un espejo de cuerpo entero. Donde al terminar de curar sus heridas, con sólo una toalla cubriendo su desnudez, miró con ojos asesinos su propio reflejo.

<<No soy fuerte. No soy hermosa. No soy inteligente. Mi cuerpo está cubierto de cicatrices. Mi corazón está herido de recuerdos.
¿Qué ven en mi? No tengo nada más que un corazón vacío.
¡No lo soporto! Todo está cambiando. Me siento inestable como no había sentido en mucho tiempo. Honestamente nunca he creido en mi, sólo veo una máscara que cubre mis heridas.

Es inevitable para mí no pensar cada noche la persona mierda que soy. No puedo amar a alguien sin dañarlo, si ni siquiera logró aceptar lo que soy. ¿Quién soy? >>