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Esa era la mujer que recordaba. La mujer que le ofrecía una jugosa recompensa por hacerle favores, misiones, los cuales casi siempre incluían derramar sangre.

—No contestes aún. Déjame decirte de que se trata. Mi hermano, está por heredar una generosa fortuna familiar, está se celebrará en una semana. Yo tengo que ser á quien herede ese dinero, no él.

<<Si el muere, yo seré quien reciba el dinero y los imperios que nuestros padres dejaron. Necesito que él muera. Yo no puedo hacerlo, es familia, pero tú.  Tú tienes la capacidad de asesinar sin tentar el corazón>>

La rubia escuchaba atentamente. Mackabi pronunciaba cada palabra con seguridad y firmeza, además de un toque de diversión mezclada.

—Recuerda que me debes ciertos favores... —, la pelinegra pone de madera sutil en la mesa de cristal un pequeño círculo plateado, en el centro de este porta un líquido rojo.

Una promesa, así se llama ese objeto hecho de plata pura, promesa. Todo quien se hospeda en el hotel, tiene la obligación de entregar una pequeña porción de sangre para sellar una especie de pacto entre todos los huéspedes, cosa que asegura que ningún miembro matara en el hotel. Si alguien más tiene esa promesa, significa que le debe un favor. ¿Raro, No?.

—Debes respetar la promesa, Smith—, de un semblante amigable cambio a uno serio y neutro.

—Quieres que le arrebate la vida a tu hermano... ¿estoy en lo cierto? —, a pesar de que Mackabi era una mujer temida, Scherlott se mostraba como siempre, segura de si misma.

—Fui clara —,acerca su rostro al de Scherlott levantando una ceja sublimemente.

No tenía mucho que pensar. Esa promesa era obligatoria y además de ello, le debía favores a Giselle. Sumando a esto, le pagaría muy bien.

—Está bien. Dame detalles de ese día y espero que no te arrepientas después porque no me detendre —, finalizo la rubia levantado su cuerpi de la silla y caminando lejos de Mackabi, quien rio sonoramente.

Logan estaba incómodo. Sentado a un lado del de pelo grisáceo mientras esperaban a que Scherlott saliera, ya había pasado media hora y ella no daba señales de querer salir.

—Dime, ¿qué eres exactamente de Scherlott? —, rompió el silencio Zedequiel.

Logan lo miro extrañado, no esperaba que ganará y menos que le preguntara tal cosa.

—La conocí hace tres años, después de la explosión ella desapareció,


[AVISO]
Hasta aquí la edición a terminado. Todo después de este capítulo podrá no tener sentido o no estar relacionado con lo anterior.

No he concluido la edición así que por ahora estará así.

𝕽𝖊𝖎𝖓𝖆 𝕸𝖆𝖋𝖎𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora