C.A II "Amar y ser amado" [2]/Kookmin (Omegaverse)

Rutina: Lunes

Para todos sus conocidos fue una grata sorpresa que volvieran a estar juntos, esta vez para la alegría de Jimin, nadie parecía querer interferir, ni siquiera Yugyeom. Por lo que solo se preocuparon por llevar adelante su relación, las semanas siguientes pasaron acomodándose al horario del otro, hasta que las clases comenzaron en forma y con ello la estricta rutina de Jungkook, que no admitía fallos, ni retrasos.

El omega agradecía que el lobo lo incluyera en todos sus planes y quisiera pasar tiempo juntos, aunque la primera semana hubiera sido hostígate, porque aunque ahora era más organizado, jamás llegaría al nivel del Alfa. Sumado a todos los nuevos acontecimientos, Taehyung se había rendido, lo que no sorprendió a nadie, por lo que ahora estudiaba en la misma universidad que su querido Hoseok, dedicada al desarrollo agrícola, cosa que le dio bastante privacidad a ambas jóvenes parejas. Todo parecía brillante y prometedor.

Salían juntos todas las mañanas a las 5, excepto los festivos, porque era sagrado para Jimin dormir hasta tarde los sábados y domingos, no entrarían en discusión. Constantemente, por no decir siempre, al mimado gatito le daba flojera caminar y se subía sin permiso a la espalda de Jungkook, esté igual no se negaría pues de esa forma sus aromas quedaban mezclados, impregnados en las prendas de ambos. También le gustaba sentir en sus palmas el calor, la firmeza y a la vez suavidad de los muslos del omega, forrados en la tela de algodón del jean.

Recuerda con cariño aquella mañana fría, llena de niebla, donde el gatito se recostó contra su hombro, tomando una pequeña siesta, respirando pausadamente contra su cuello, trasmitiéndole tranquilidad por medio de la tenue palpitación acompañada de la vibración de largos ronroneos. No sintió frío en todo el día pues se sintió arropando con el calor del omega.

Jungkook adoraba ese tiempo por las mañanas, se sentía tan a gusto que no le molestaba llegar un poco tarde solo para alargar el contacto.

-Jungkook- Lloriqueo levemente el omega a su espalda, en el limbo entre la inconciencia.

-¿Pasó algo?- Preguntó preocupado, torciendo su cuello para poder ver al minino, detallando aquella sonrisa que estaba empezando a entender y asociar con el peligro. Jimin en un rápido movimiento deposito un beso la barbilla del lobo, solo centímetros debajo de la tentadora boca, jugando a provocar.

Jungkook quedó estático, deteniendo su andar, para disfrutar a plenitud de la ligera danza que el omega trazaba con sus húmedos labios sobre su piel al hablar -Desde ahora cada vez que nos encontremos y nos despidamos, debemos darnos un beso- Dejo que su beso siguiera enviando leves escalofríos por todo el cuerpo del alfa -¿Quieres hacerlo?- Ronroneo lo último mientras dejaba su boca a milímetros de la contraria, pero sin tocarse.

Jungkook no sabía si debía responder, cualquier leve movimiento lo haría rozar esos esponjosos y gruesos labios contra los suyos, y no era que no lo deseara, porque lo hacía y mucho. Cerró los ojos frustrado por simple instinto, cuando sintió perfectamente la mueca de la sonrisa de Jimin formarse contra su piel, el gatito estaba jugando con él.

El omega estaba seguro que podía adivinar lo que estaba pasando por la cabeza del alfa. Tenía toda la intención de no tocar los labios del contrario, buscaba confundirlo, porque quería que Jungkook se sintiera seguro al responder a su coqueteo y solo tal vez, tomara la iniciativa al jugar.