Reunión

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Los días pasaron y la rutina que tanto amaba se rompió completamente, Jimin seguía en cada aspecto de sus días, salían, comían y estudiaban juntos pero algo atormentaba al gatito, algo ensombrecía el hermoso brillo que siempre desprendía su aura. Parecía distraído cuando caminaban, no se concentraba cuando estudiaban y parecía que miraba con cierto anhelo cuando él Alfa se descuidaba.


El lobo no podía darle un nombre al comportamiento de su omega, solo que estaba más distante y parecía no buscar su contacto como antes, lo extrañaba tanto, ¿Cómo puedes extrañar a una persona que está justo a tu lado? Como algo tan inverosímil podía ocurrir, el Alfa solo podía darle la razón a todos esos debates en torno al amor, para algunos era la mayor desgracia, para otros lo mejor que podía pasarles, tal vez solo era sufrir constantemente. Sería más sencillo si solo se tratara de uno mismo, pero era una emoción que dependía tan enteramente de otra persona, eso lo hacía impredecible y traicionero.


-Jungkook- El gatito llego como era usual en esos días, cabizbajo. El lobo no tenía ni una remota idea de cómo animarlo, había tenido que recurrir a los consejos de toda la manada y en últimas a Taehyung, el mejor amigo de su omega. Pero ni los regalos, las invitaciones o poemas surtieron efecto, Jimin parecía contento en el momento, pero algo arraigado con más fuerza parecía ya no ser talado con sus muestras de afecto, estaba perdiendo la batalla, lo sentía.


>Esto puede sonar raro, pero yo quisiera pedirte que nos dejáramos de ver por un tiempo, hay una cuestión familiar que está molestándome, no estoy del mejor humor y creó que lo mejor es que este solo para resolverlo- El semblante algo enfermo, con las marcadas ojeras y la tez pálida le decían todo lo contrario, que lo envolviera en sus brazos, porque estaba a punto de quebrarse y lo necesitaba.


Y así lo hizo, abrazo el pequeño cuerpo de su omega, sintiéndolo temblar, como si aguantara la necesidad de corresponderle, Jimin siempre había sido tan sensible, sus emociones eran tan fuertes que afectaban hasta los aspectos fisiológicos, era su deber cuidarlo, estar siempre a su lado, aunque este no quisiera -Lo prometí, ¿No lo recuerdas? Que siempre velare por ti, jamás te dejare solo.


Jimin lloró mientras le correspondía con fuerza -Jungkook, necesito que aguantes, porque ten por seguro que mejoraré y volveré para amarte como se debe- El Alfa sonrió como no sabía que podía, una mueca que oscilaba entre dos emociones contrariadas. Ahora entendía que lo que molestaba al omega eran aspectos internos, aquellos esbirros que atormentaban el subconsciente, a los que tristemente no sabía cómo llegar. La mejor opción era que el gatito los enfrentara en soledad, porque la reflexión tenía ese toque en solitario que la hacía efectiva, mirarse a uno mismo en el silencio de nuestros propios pensamientos.


Jungkook no necesitaba ser amado de una forma correcta, creía que como venía estaba bien, de igual forma cumpliría los caprichos de su gatito -Lo haré, confió en ti- Pero el lobo lo prometió, él nunca se perdonaría romperla. Siempre estuvo a su lado, cuidándolo a la lejanía, sin importarle llegar tarde a clases o a su trabajo con tal de asegurarse que su omega llegaba a salvo a cualquier lugar a donde fuera.


Y lo hubiera cuidado toda su vida sin quejarse, como una autentica sombra, ¿Por qué? Ni él mismo tenía una respuesta coherente, era raro, el amor era ilógico, guiado por un instinto libre de cualquier regla. Estabas condenado en el mismo instante cuando a la distancia veías feliz a esa otra persona e inmediatamente tú eras feliz, sin importa la razón, o tu estado de ánimo. Es aterrador pero valía la pena, Jungkook esperaría el tiempo necesario para volver a sentir al omega entre sus brazos.


Aunque parecieron años, no tuvo que esperar mucho, Jimin ya estaba buscándolo, Taehyung se lo dijo, que fuera a buscar al minino en auto, ¿Por qué? Esas eran cuestiones en las que no iba a hondar, estaba feliz solo siguiendo la corriente si eso le traía de nuevo a su gatito.


Se estaciono enfrente de la casa azul, con un hermoso y cuidado jardín, con el aroma a vainilla impregnado en cada lugar. Presionó la bocina un par de veces, nervioso de repente, como si de verdad hubiera estado alejado de Jimin todo ese tiempo. No podía evitar sentir algo de pena por él mismo, quería prometerse a sí mismo actuar con más firmeza en el futuro, no quería volver a dejar solo a su omega, lo resolverían juntos, aunque se quemara hasta la última neurona tratando de comprender al sensible felino.


Mientras esperaba no pudo evitar pensar en aquello, las neuronas que función cumplían realmente, siempre usaban esa expresión pero ¿Era correcta? O ¿Qué parte se encargaba de analizar las emociones? Creía recordar que era el lóbulo frontal, bueno no era su área de interés como para que estuviera pensando en eso. Aunque siempre comenzaba a desvariar cuando se encontraba nervioso, tal vez por eso Jimin no lo buscaba para resolver problemas, ¿Sería un inútil a los ojos del omega?


No pudo profundizar más en sus inseguridades, cuando escucho como la puerta era abierta y el menudo pero cálido cuerpo de su omega se le abalanzaba, sintió una paz indescriptible, no había caído en cuenta de todo el caos de su interior, aquel hoyo negro. Suspiro profundamente, mientras correspondía no dejaba de pensar que el amor era como una fuerte píldora, adormecía sus sentidos.


-Jungkook, he vuelto- Anunció totalmente feliz lo que contrastaba mucho con sus ojitos hinchados y rojos de tanto llorar.


-¿Me contaras que pasó?- Pregunto tranquilo, medio adormecido, acariciando con devoción los irritados parpados, besando suavemente cada uno, provocando la dulce risa del minino.


-Lo haré, pero primero vamos a casa- Jungkook iba a bajar, Jimin lo dejo solo para que se topara con las tres maletas que dejo tiradas en la entrada, las cuales miró por largo rato antes de voltearse de nuevo en dirección al omega -A nuestra casa- Respondió a la pregunta no formulada.


-¿Te refieres a...- El Alfa estaba alucinando, no podía pensar bien, todos sus pensamientos trancados como si esas maletas estuvieran obstruyéndolos.


-Si vamos a vivir juntos, trae mis maletas y vámonos- Se acomodó en el asiento de copiloto, dejándole todo el trabajo pesado a su Alfa. Jungkook soltó varias risas entrecortadas, su caprichoso omega no tenía remedio y así lo amaba. La mamá del lobo tenía razón, debía pensar como el minino, ahora podía llevarlo a un departamento espacioso, ideal para los dos, un nido para su familia.


CONTINUARÁ

C.A II "Amar y ser amado" [2]/Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora