Aquí vamos otra vez

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Habían pasado 4 años, en los que no hubo un día que no se preguntara ¿Cuándo lo volvería a ver? ¿Por qué se fue sin decir nada? Era difícil de asimilarlo. Todo ese tiempo lo oculto, su dolor, las lágrimas que a veces derramaba por esas noches que pensó que fue su culpa. Lo amo tanto, desde que vio su despeinada cabellera castaña, su extraño caminar, sus manías raras, tanto que llego a superar su extrema timidez, haciendo cosas de las que nunca se vio capaz; alzar la voz, reñirle a los adultos, confesar cosas vergonzosas, hablarle a un Alfa, dar el primer paso, confesarse, todo eso fue despreciado, lo rechazo y luego se fue, torturándolo por años con la idea de que él era el problema.


Pero eso ya era historia antigua, ya no era ese cachorro, caprichoso e impulsivo y lo demostraría, tomaría esta oportunidad para volver a empezar, hacer las cosas bien, si es que hay una manera -Puedes hacerlo Jimin, ya no eres un cachorro, eres valiente, acércate y saluda, como lo practicamos- Le animó su subconsciente pero al parecer solo esa pequeña parte, porque el resto de su cerebro estaba en desacuerdo, manteniéndolo anclado en el mismo sitio.


-Te van a salir raíces- Vaya, casi olvidaba al agregado -Vas a seguir con la ley del hielo- Podía parecer que Jimin se comportaba infantil, porque en su interior siempre lo seria. Pero para excusarlo, el omega estaba muy afectado, sus pensamientos eran un lío monumental y sus sentimientos, bueno eran una situación más estable, aunque fuera difícil de creer, al menos podía describir su estado de ánimo, expectativa, aquella ansia nerviosa de volver a conocer a un amigo cercano después de una larga ausencia -aahhh- El lobo a su lado soltó un dramático suspiro, al parecer los años lo habían vuelto peor, pensó perdiendo la paciencia el minino -Que decepción, no has cambiado nada.


El Omega le dirigió la mirada de nuevo, afilando los ojos - ¿Qué hay de ti? Sigues siendo la sombra de Jungkook.


-Te equivocas, todos le hemos dado completa libertad y autonomía en sus decisiones. Estoy aquí por ti, gato miedoso, tal vez Jungkook quería darte tu tiempo pero no quería arriesgarme a un nuevo drama largo y conociendo tu historial...- El gatito rodó los ojos mientras era examinado por el lobo, quien no podía expresar su asombro al ver en la belleza en la que había madurado aquella bola de pelos mimada, definitivamente su primo se quedaría sin habla, sería un espectáculo vergonzoso.


-No caeré en tu provocación, ve y búscate tu propio drama largo, porque de eso se trata el amor- Aquella característica sonrisa apareció, la que abultaba sus regordetas mejillas hasta empequeñecer sus ojos -Por mi parte te ignorare para vivir el mío- Le sacó la lengua entre risas. No tenía nada que temer, Yugyeom al menos había hecho algo bien, le confesó sin saberlo que Jungkook lo estaba esperando.


Jimin estaba feliz, justo ese día se había arreglado más de lo normal por ser el primer día y querer dar una buena impresión. Aliso sus pantalones negros, acomodándolos para que se pegara mejor a sus piernas y trasero, se sonrojo ante ese pensamiento pero ya era grande, ya podía ser consiente de esos detalles, no tenía que sentir vergüenza. También peinó su cabello de esa forma en la que el flequillo estaba esponjoso sobre su frente, dándole un aire sexy, cautivador y misterioso, todos en algún momento se miran en el espejo buscando aquellos detalles que resaltan las facciones.


Arreglando por último el cuello de su camisa holgada, para que se viera su clavícula, dejando que una de la mangas se resbalara un poco por su hombro. Se mordió el labio nervioso, consciente de que su omega estaba tratando de seducir al Alfa, típico de los gatos, si quería llevar las cosas con calma pero por nada volvería a caer en la simple categoría de amigo, esta vez lo enamoraría.

C.A II "Amar y ser amado" [2]/Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora