Cena

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Irasue estaba sentada en su sofá predilecto, se encontraba en su casa disfrutando de la lectura de un buen libro. Escucho la puerta de su despacho abrirse pero no le tomó importancia, siguió concentrada en lo suyo. 

—¿Por qué lo hiciste? —se escucho una voz seria. Irasue a penas despego unos segundos sus ojos de su lectura.

—¿Qué te trae por aquí, Inu-No? —pregunto en tono seco, mientras volvía a mirar su libro.

—No estoy para formalidades, Irasue —dijo serio Inu-No serio.

—Bien —dejo su libro de lado y lo miro a los ojos—. ¿Qué quieres?

—¿Por qué le hiciste eso a Rin? 

—¡Ah! Es por eso que estas aquí —hablo sin tomarle importancia al asunto.

—Sesshomaru me llamo para reprocharme, cuando ni siquiera sabía que era abuelo —dijo en un gruñido y ella soltó una risa burlona. 

—Yo me entere hace poco —miro sus uñas—. No hay tal proceso para quitarle sus hijos a Rin —dijo con tranquilidad.

—¿Qué? 

—Lo que escuchas, solamente le pedí un favor al juez para que enviara ese aviso, pero realmente no pasa nada.

—¿Por qué lo hiciste? —no entendía nada.

—Simple, Rin se negaba a darle a Sesshomaru una oportunidad para que conociera a sus hijos...

—Merecido se lo tenía —interrumpió él, pues le bastó una platica con Naraku después de la llamada de Sesshomaru para saberlo todo—. ¿Acaso me hubieras dejado acercarme a Sesshomaru si yo te hubiera dicho que no lo quería?

—Nuestra situación fue distinta —le recordó—. Nosotros sabíamos que queríamos a un hijo para así tener más poder, ¿lo olvidas? —él negó.

—Aún así, ¿para qué hacer todo esto?

—Quizás te suene tonto —resopló—. No quiero que Sesshomaru pase toda su vida en una oficina —desvió la mirada de sus uñas y se levanto para ir a la ventana.

—Nació para eso —dijo Inu-No con cierta tristeza, recordando aquellos tiempos en los que acordaron que su hijo sería quien se haría cargo de todos sus negocios, los cuales estaban empezando. 

Hubo pasión en su relación, inclusive hubo un tiempo en el que parecían una pareja "normal", pues su matrimonio había sido arreglado, pero todo cambio pocos meses después de que Sesshomaru naciera. Lo cuidaron por unos años y después lo enviaron a un internado.

El silencio reino por largos minutos, ambos hundidos en sus pensamientos. No justificaban el comportamiento del peliplata, pero entendían y aceptaban que él era así por su culpa, ya que durante muchos años no lo vieron como hijo, sino como una fuente de fortuna y poder que, había dado resultado, pero el más afectado era Sesshomaru.

—Espero que esto funcione —hablo Inu-No después de largos minutos.

—Eso ya no depende de mi —lo miro de reojo—, o de ti, ya depende de Sesshomaru —solamente hizo aquella pequeña amenaza para darles un empujón.

~O~O~O~

Los días pasaron y tal como Irasue lo había dicho, el proceso para no quitarle a sus hijos se detuvo. Ahora ella debía cumplir y dejar que él se acercara a Mei y Kai. Agradecía que en esas dos semanas Sesshomaru no la presionara y le diera su tiempo.

Aún no sabía como decirles a sus hijos que su padre estaba de vuelta, ya que según les contó, él estaba de viaje. Pensaba seguir con esa mentira hasta que estuvieran más grandes para que pudieran comprender la situación, pero ahora todo cambiada. No esperaba que Sesshomaru apareciera después de tres años, según ella ya no se volverían a ver.
Tampoco podía decirle a sus hijos que Sesshomaru no los quiso al principio, ellos eran tan solo unos niños y no quería que odiaran al peliplata.

I miss you {NarakuxKikyo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora