Miércoles 03 de enero, 2016. Cuidad de México.
El año comenzaba, nuevos proyectos por realizar, nuevas personas por conocer. Muchas cosas por hacer en los siguientes meses.
Naraku Kishaba, dueño del cincuenta por ciento de la Industria Automotriz, tenía veintisiete años, cabello negro que le llegaba a lo hombros con unas ondas, sus ojos de color carmín, piel blanca, labios delgados. Alto, cuerpo de atleta.
Tenía nueve viviendo de planta en México. Su madre, Tsubaki era mexicana y su padre era japonés. Un tiempo vivió en Japón, aunque sólo fue los primeros años de su vida, al cumplir cinco fue llevado al mejor colegio de Inglaterra, donde estudio hasta los dieciocho años que se graduó de la preparatoria. Regreso a México con sus padres, los cuales estaban trabajando con la industria automotriz en sociedad con otra familia.
Dejo los papeles que estaba revisando de lado. Se llevo la mano a la sien y respiro profundo. Se puso de pie y camino hasta la gran ventana donde se podía ver la cuidad, autos y la gente pasar, metió sus manos a los bolsillos de su pantalón, mientras soltaba un largo suspiró.
Tenía todo lo que un hombre de veintisiete años desearía tener a esa edad, una empresa que estaba siendo reconocida mundialmente, dinero, prestigio y muchas chicas tras él intentando conquistarlo. Pero ninguna de las anteriores lograba llenar el vacío que sentía, ni con todo el dinero que poseía lograba estar en paz consigo mismo. La deseaba, la extrañaba y quería estar con ella. Eso era imposible ya que a ella no le importaba y se lo dejo en claro aquel día en el cual contrariaran nupcias. Pues no apareció.
Escucho la puerta abrirse pero no se movió de su lugar, sabía que se trataba de Sesshomaru.
Sesshomaru Taisho, de veintisiete años, cabello plateado de altura hasta la cintura, ojos ámbar, piel más clara que la de Naraku, eso se debía a su madre de descendencia inglesa, su padre era japonés. Su expresión seria e intimidante para muchos menos para Naraku, se conocieron el colegio en Inglaterra, desde entonces se hicieron amigos. Algo raro ya que el peliplata era muy serio y callado y Naraku a veces parecía guacamaya, al menos cuando era niño.
Ambos eran dueños de la empresa. La cual fue iniciada por sus padres; Onigumo Kishaba e Inu-No Taisho. Ya hacía quince años de eso.
Pero ahora, Naraku y Sesshomaru tomaron los puestos de sus pares al cumplir veinte años ya que según sus padres era para que ellos mismos supieran el trabajo y esfuerzo que era sacar un negocio adelante y mantenerlo en la cima. No había sido nada fácil los primeros años, pues como todo ser humano cometieron errores, nada grave ya que la empresa no se vio en serios problemas, pero el problema lo tuvieron ellos con sus respectivos padres.Nunca se les impuso que tenían que hacerse cargo de empresa, podían decidir estudiar en lo que deseaban, pero a ambos les agradaba su trabajo. Estudiaron mucho y trabajaron duro para que la empresa fuera lo que es hoy en día.
Escucho como Sesshomaru se encerraba en su oficina como de costumbre, a pesar de convivir todos los días hablaban poco, pues cada quien tenía deberes que hacer y cumplirlos a tiempo. Hablaban al final de la jornada laboral, a veces cosas personales y otras veces sobre el trabajo.
Suspiró nuevamente, ya era casi rutina que pensara todos los días a la misma hora en ella. Bueno, siempre la tenía en mente, pero a ratos como en ese momento, aquellos recuerdos tormentosos venían a su memoria.
Inicio de Flashback
Sábado 22 de mayo, 2014.
El día esta soleado, el clima era perfecto para la celebración que se llevaría en unos minutos, la boda más esperada para los novios, claro estaba. No había muchos invitados afuera de la iglesia esperando la llegada de la novia. Sólo estaban algunos socios de suma importancia, los padres del novio, padres de Sesshomaru, el mismo Sesshomaru el cual le costo convencerlo para que asistiera ya que el peliplata no era de asistir a ese tipo de eventos. Y algunos conocidos de la universidad.
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I miss you {NarakuxKikyo}
Fiksi PenggemarUna boda que no llego a realizarse, ella nunca apareció dejándolo con una enorme tristeza. ¿Por qué se fue? Sí era el día más esperado por ambos. ¿Se volverán a encontrar? ¿Estarán juntos de nuevo? No lo sé, nadie lo sabe. Ni ellos mismos. ...